Oración escrita por Ann Fitch
San Bernardino de Siena,
tu fuiste curado de una enfermedad respiratoria
y predicabas el amor y la misericordia de Dios donde quiera que fueras.
Ahora Vengo a ti ahora buscando tus oraciones por
[Nombre de la persona]
y todos los que sufren enfermedades respiratorias.
Suplica por sus casos en unión con María, la Madre de Dios,
y pide sanidad para ellos si esa es la santa voluntad de Dios.
Ora, querido santo, que sufran de alegría,
perseveren con esperanza,
y que unan sus aflicciones con Jesús para la salvación de las almas.
A nombre de ellos pido tu intercesión en el Santo Nombre de Jesús.
Amén.
San Bernardino de Siena,
tu fuiste curado de una enfermedad respiratoria
y predicabas el amor y la misericordia de Dios donde quiera que fueras.
Ahora Vengo a ti ahora buscando tus oraciones por
[Nombre de la persona]
y todos los que sufren enfermedades respiratorias.
Suplica por sus casos en unión con María, la Madre de Dios,
y pide sanidad para ellos si esa es la santa voluntad de Dios.
Ora, querido santo, que sufran de alegría,
perseveren con esperanza,
y que unan sus aflicciones con Jesús para la salvación de las almas.
A nombre de ellos pido tu intercesión en el Santo Nombre de Jesús.
Amén.
Ofrezcamos esta Oración por los afectados por Covid-19
En el año 1400, la epidemia de tifo negro descendió con venganza sobre Siena. Cada día morían centenares de personas y ya nadie se atrevía a atender los enfermos ni a sepultar a los muertos, por temor a contagiarse. Doce a veinte personas morían diariamente en el hospital más grande de la ciudad, que pronto careció de personal para el cuidado de los enfermos. Bernardino, de veinte años, se ofreció como voluntario para hacerse cargo del hospital con otros diez compañeros a los que había convencido de dar la vida por los innumerables afectados y moribundos.
Cuatro extenuantes meses después, varios de sus compañeros murieron, pero Bernardino escapó del contagio. Sin embargo, debilitado por su trabajo incansable, contrajo una fiebre de la que su salud nunca se recuperó por completo.
A los 22 años lo dejó todo para entrar en la comunidad franciscana y fue ordenado el 8 de septiembre de 1404. Aproximadamente dos años después, San Vicente Ferrer, uno de los mejores predicadores de todos los tiempos, mientras estaba en Italia, predijo que su manto descendería sobre alguien que lo escuchara, diciendo que regresaría a Francia y España dejando a otro la tarea de evangelizar al pueblo de Italia. Debían pasar doce años antes de que se cumpliera esta predicción, ya que Bernardino vivió una vida de retiro en el monasterio.
Ni la voz ni las cualidades oratorias le ayudaban a Bernardino para tener éxito en la predicación pero pidió ayuda a Nuestro Señor y la Santísima Virgen y milagrosamente fue liberado de estos impedimentos y fue así como se convirtió en un gran predicador. Tanto movía los corazones con su prédica que se cerraban las tiendas y hasta las clases en la universidad para escucharle. Se convirtieron innumerables pecadores que venían a el arrepentidos.
Recorrió toda Italia a pie, predicando. Cada día predicaba bastantes horas y varios sermones. A todos y siempre les recomendaba que se arrepintieran de sus pecados y que hicieran penitencia por su vida mala pasada. Atacaba sin compasión los vicios y las malas costumbres e invitaba con gran vehemencia a tener un intenso amor a Jesucristo y la Virgen María.
Propagó la devoción al santísimo nombre de Jesús.
Cuatro extenuantes meses después, varios de sus compañeros murieron, pero Bernardino escapó del contagio. Sin embargo, debilitado por su trabajo incansable, contrajo una fiebre de la que su salud nunca se recuperó por completo.
A los 22 años lo dejó todo para entrar en la comunidad franciscana y fue ordenado el 8 de septiembre de 1404. Aproximadamente dos años después, San Vicente Ferrer, uno de los mejores predicadores de todos los tiempos, mientras estaba en Italia, predijo que su manto descendería sobre alguien que lo escuchara, diciendo que regresaría a Francia y España dejando a otro la tarea de evangelizar al pueblo de Italia. Debían pasar doce años antes de que se cumpliera esta predicción, ya que Bernardino vivió una vida de retiro en el monasterio.
Ni la voz ni las cualidades oratorias le ayudaban a Bernardino para tener éxito en la predicación pero pidió ayuda a Nuestro Señor y la Santísima Virgen y milagrosamente fue liberado de estos impedimentos y fue así como se convirtió en un gran predicador. Tanto movía los corazones con su prédica que se cerraban las tiendas y hasta las clases en la universidad para escucharle. Se convirtieron innumerables pecadores que venían a el arrepentidos.
Recorrió toda Italia a pie, predicando. Cada día predicaba bastantes horas y varios sermones. A todos y siempre les recomendaba que se arrepintieran de sus pecados y que hicieran penitencia por su vida mala pasada. Atacaba sin compasión los vicios y las malas costumbres e invitaba con gran vehemencia a tener un intenso amor a Jesucristo y la Virgen María.
Propagó la devoción al santísimo nombre de Jesús.
Propagó la devoción a la Eucaristía.
Fundó más de 200 monasterios.
El Martirologio romano dice que fue una luz para toda Italia, por sus enseñanzas y su santo ejemplo.
Fundó más de 200 monasterios.
El Martirologio romano dice que fue una luz para toda Italia, por sus enseñanzas y su santo ejemplo.
Fuentes: America Necesita Fátima/ Corazones.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.