R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que nos acompañen a la hora de nuestra muerte, y ofrezcan la Santa Misa por nosotros



♰♰♰

viernes, 19 de febrero de 2021

🐟 Viernes de Cuaresma: Rezo del Santo Vía Crucis y Abstinencia

 

Acto de contrición

¡Oh Dios y Redentor mío! vedme a vuestros pies arrepentido de todo corazón de mis pecados, porque con ellos he ofendido a vuestra infinita bondad. Quiero morir antes que volver a ofenderos, porque os amo sobre todas las cosas.
  1. V) Miserere nostri, Domine.
  2. R) Miserere nostri.
Madre llena de aflicción, de Jesucristo las llagas grabad en mi corazón.
Stabat Mater dolorosa,
juxta crucem lacrymosa,
dum pendébat Fílius.
 

Oración preparatoria

Por la señal de la santa cruz, etc.


¡Oh amabilísimo Jesús mío!: heme aquí postrado ante tu divino acatamiento, implorando tu misericordia en favor de tantos pecados infelices, de las benditas almas del purgatorio, y de la Iglesia universal. Aplícame, te ruego, los merecimientos infinitos de tu sagrada Pasión, y concédeme los tesoros de indulgencia con que tus Vicarios en la tierra enriquecieron esta devoción del Vía Crucis. Acéptalos en satisfacción de mis pecados, y en sufragio de los difuntos a quienes tengo más obligación de recorrer.
Y tú Madre dolorosísima de mi Redentor, por aquella amargura que inundó tu corazón cuando acompañaste a tu santísimo Hijo al Calvario, haz que se empape mi alma en los sentimientos que embebían entonces la tuya. Alcánzame vivo dolor y detestación de mis pecados, y aliento para abrazarme con la cruz, y seguir las huellas de tu dulcísimo Hijo Jesús, nuestro sumo Capitán y Rey eterno, ni me niegues estas gracias, Madre mía: haz que, teniendo ahora parte en la pena de tu Hijo y en tu quebranto, merezca ser partícipe de su triunfo y de tus alegrías en la gloria. Amén



EL CAMINO DE LA CRUZ


vc1

Arrodíllate ante el altar, haz un Acto de Contrición, y forma la intención de ganar las indulgencias bien para ti, o para las almas en el Purgatorio.

Después di:

Señor mío Jesucristo, Vos anduvisteis con tan grande amor este camino para morir por mí, y yo os he ofendido tantas veces apartándome de Vos por el pecado; mas ahora os amo con todo mi corazón, y porque os amo, me arrepiento sinceramente de todas las ofensas que os he hecho. Perdóname, Señor, y permíteme que os acompañe en este viaje. Vais a morir por mi amor, pues yo también quiero vivir y morir por el vuestro, amado Redentor mío. Si, Jesús mío, quiero vivir siempre y morir unido a Vos.



PRIMERA ESTACIÓN


Jesús es sentenciado a muerte

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. V) Te adoramos, Señor, y bendecimos.
  3. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum.
  4. R) Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.



Considera cómo Jesús, después de haber sido azotado y coronado de espinas, fue injustamente sentenciado por Pilato a morir crucificado.

(Aquí se hace una pequeña pausa para considerar brevemente el misterio, y lo mismo en las demás estaciones.)

Adorado Jesús mío: mis pecados fueron más bien que Pilato, los que os sentenciaron a muerte. Por los méritos de este doloroso paso, os suplico me asistáis en el camino que va recorriendo mi alma para la eternidad. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío! más que a mi mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Ten, Señor, piedad de nosotros.

Miserere nostri.

Piedad, Señor, piedad.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz.

Amén.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

SEGUNDA ESTACIÓN


Sale Jesús con la Cruz a cuestas

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum.



Considera cómo Jesús, andando este camino con la Cruz a cuestas, iba pensando en ti y ofreciendo a su Padre por tu salvación la muerte que iba a padecer.

(Pausa)

Amabilísimo Jesús mío: abrazo todas las tribulaciones que me tenéis destinadas hasta la muerte, y os ruego, por los méritos de la pena que sufristeis llevando vuestra Cruz, me deis fuerza para llevar la mía con perfecta paciencia y resignación. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mi mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Miserere nostri.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.





TERCERA ESTACIÓN


Jesús cae por primera vez debajo de la Cruz

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum.


Considera esta primera caída de Jesús debajo de la Cruz. Sus carnes estaban despedazadas por los azotes; su cabeza coronada de espinas, y había ya derramado mucha sangre, por lo cual estaba tan débil, que apenas podía caminar; llevaba al mismo tiempo aquel enorme peso sobre sus hombros y los soldados le empujaban; de modo que muchas veces desfalleció y cayó en este camino. 


(Pausa)

Amado Jesús mío: más que el peso de la Cruz, son mis pecados los que os hacen sufrir tantas penas. Por los méritos de esta primera caída, libradme de incurrir en pecado mortal. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mi mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Miserere nostri.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.





CUARTA ESTACIÓN


Jesús encuentra a su afligida Madre

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum.



Considera el encuentro del Hijo con su Madre en este camino. Se miraron mutuamente Jesús y María, y sus miradas fueran otras tantas flechas que traspasaron sus amantes corazones.

(Pausa)

Amantisimo Jesús mío: por la pena que experimentasteis en este encuentro, concededme la gracia de ser verdadero devoto de vuestra Santísima Madre. Y Vos, mi afligida Reina, que fuisteis abrumada de dolor, alcanzadme con vuestra intercesión una continua y amorosa memoria de la Pasión de vuestro Hijo. Os amo, ¡Oh Jesús, amor mío!, más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Miserere nostri.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.  





QUINTA ESTACIÓN


Jesús ayudado por el Cireneo

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum.


Considera cómo los judíos, al ver que Jesús iba desfalleciendo cada vez más, temieron que se les muriese en el camino y, como deseaban verle morir de la muerte infame de Cruz, obligaron a Simón el Cirineo a que le ayudase a llevar aquel pesado madero.


(Pausa)

Dulcísimo Jesús mío: no quiero rehusar la Cruz, como lo hizo el Cirineo, antes bien la acepto y la abrazo; acepto en particular la muerte que tengáis destinada para mí, con todas las penas que la han de acompañar, la uno a la vuestra, y os la ofrezco. Vos habéis querido morir por mi amor, yo quiero morir por el vuestro y por daros gusto; ayudadme con vuestra gracia. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío! más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Miserere nostri.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

SEXTA ESTACIÓN


La Verónica enjuga el rostro de Jesús

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum


Considera cómo la devoto mujer Verónica, al ver a Jesús tan fatigado y con el rostro bañado en sudar y sangre, le ofreció un lienzo,  y limpiándose con él nuestra Señor, quedó impreso en éste su santa imagen.


(Pausa)

Amado Jesús mío: en otro tiempo vuestro rostro era hermosísimo; más en este doloroso viaje, las heridas y la sangre han cambiado en fealdad su hermosura. ¡Ah Señor mío! también mi alma quedó hermosa a vuestros ojos cuando recibí la gracia del bautismo, mas yo la he desfigurado después con mis pecados. Vos sólo, ¡oh Redentor mío!, podéis restituirle su belleza pasada: hacedlo por los méritos de vuestra Pasión. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mi mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Miserere nostri.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

SÉPTIMA ESTACIÓN


Jesús cae la segunda vez con la Cruz

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum.


Considera la segunda caída de Jesús debajo de la Cruz, en la cual se le renueva el dolor de las heridas de su cabeza y de todo su cuerpo al afligido Señor.


(Pausa)

Oh pacientísimo. Jesús mío. Vos tantas veces me habéis perdonado, y yo he vuelto a caer y a ofenderos. Ayudadme, por los méritos de esta nueva caída, a perseverar en vuestra gracia hasta la muerte. Haced que en todas las tentaciones que me asalten, siempre y prontamente me encomiende a Vos. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío! más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Miserere nostri.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

OCTAVA ESTACIÓN


Las mujeres de Jerusalén lloran por Jesús

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum. 

Considera cómo algunas piadosas mujeres, viendo a Jesús en tan lastimoso estado, que iba derramando sangre por el camino, lloraban de compasión; mas Jesús les dijo: no lloréis por mí, sino por vosotras mismas y por vuestros hijos.

(Pausa)

Afligido Jesús mío: lloro las ofensas que os he hecho, por los castigos que me han merecido, pero mucho más por el disgusto que os he dado a Vos, que tan ardientemente me habéis amado. No es tanto el Infierno, como vuestro amor, el que me hace llorar mis pecados. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Miserere nostri.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.





NOVENA ESTACIÓN


Jesús cae por tercera vez con la Cruz

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum.



Considera la tercera caída de Jesucristo. Extremada era su debilidad y excesiva la crueldad de los verdugos, que querían hacerle apresurar el paso, cuando apenas le quedaba aliento para moverse.

(Pausa)

Atormentado Jesús mío: por los méritos de la debilidad que quisisteis padecer en vuestro camino al Calvario, dadme la fortaleza necesaria para vencer los respetos humanos y todos mis desordenados y perversos apetitos, que me han hecho despreciar vuestra amistad. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Miserere nostri.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

 DÉCIMA ESTACIÓN


Jesús es despojado de sus vestiduras.

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum.



Considera cómo al ser despojado Jesús de sus vestiduras por los verdugos, estando la túnica interior pegada a las carnes desolladas por los azotes, le arrancaran también con ella la piel de su sagrado cuerpo. Compadece a tu Señor y dile:

Inocente Jesús mío: por los méritos del dolor que entonces sufristeis, ayudadme a desnudarme de todos los afectos a las cosas terrenas, para, que pueda yo poner todo mi amor en Vos, que tan digno sois de ser amado. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

(Pausa)

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Miserere nostri.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

UNDÉCIMA ESTACIÓN


Jesús es clavado en la Cruz

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum.


Considera cómo Jesús, tendido sobre la Cruz, alarga sus pies y manos y ofrece al Eterno Padre el sacrificio de su vida por nuestra salvación; le enclavan aquellos bárbaros verdugos y después levantan la Cruz en alto, dejándole morir de dolor, sobre aquel patíbulo infame.


(Pausa)

OH despreciado Jesús mío. Clavad mi corazón a vuestros pies para que quede siempre ahí amándoos y no os deje más. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido: no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez: haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Miserere nostri.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.



DUODÉCIMA ESTACIÓN


Jesús muere en la cruz

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum.



Considera cómo Jesús, después de tres horas de agonía, consumido de dolores y exhausto de fuerzas su cuerpo, inclina la cabeza y expía en la Cruz.

(Pausa)

OH difunto Jesús mío. Beso enternecido esa Cruz en que por mí habéis muerto. Yo, por mis pecados, tenía merecida una mala muerte, mas la vuestra es mi esperanza. Ea, pues. Señor, por los méritos de vuestra santísima muerte, concededme la gracia de morir abrazado a vuestros pies y consumido por vuestro amor. En vuestras manos encomiendo mi alma. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Miserere nostri.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

DECIMOTERCERA ESTACIÓN


Jesús es bajado de la Cruz

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum.



Considera cómo, habiendo expirado ya el Señor, le bajaron de la Cruz dos de sus discípulos. José y Nicodemo, y le depositaran en los brazos de su afligida Madre, María, que le recibió con ternura y le estrechó contra su pecho traspasado de dolor.

(Pausa)

OH Madre afligida. Por el amor de este Hijo, admitidme por vuestro siervo y rogadle por mí. Y Vos, Redentor mío, ya que habéis querido morir por mí, recibidme en el número de los que os aman más de veras, pues yo no quiero amar nada fuera de Vos. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mí mismo, me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Miserere nostri.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.



DECIMACUARTA ESTACIÓN


Jesús es puesto en el sepulcro

  1. V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
  2. R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum.



Considera cómo los discípulos llevaron a enterrar o Jesús, acompañándole también su Santísima Madre, que le depositó en el sepulcro con sus propias manos. Después cerraron la puerta del sepulcro y se retiraron.

(Pausa)

Oh Jesús mío sepultado. Beso esa losa que os encierra. Vos resucitasteis después de tres días; por vuestra resurrección os pido y os suplico me hagáis resucitar glorioso en el día del juicio final para estar eterna-mente con Vos en la Gloria, amándoos y bendiciéndoos. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mí mismo, me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Miserere nostri, Domine.

Miserere nostri.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.



Después, volviendo al altar mayor, se rezan cinco Padrenuestros, cinco Avemarías y cinco Glorias por las cinco llagas de Jesucristo, y otro Padrenuestro, etc., para ganar la indulgencia rezaremos por las intenciones tradicionales del Papado

1. La exaltación de la Iglesia
2. La propagación de la fe.
3. La extirpación de la herejía
4. La conversión de los pecadores
5. Paz y concordia entre los príncipes (gobernantes) cristianos.
6. Todos los demás bienes del pueblo cristiano

miércoles, 17 de febrero de 2021

“Aléjate del pecado y sé fiel al Evangelio”








Día de Ayuno y abstinencia.

En Job (Jb 42,6) la ceniza simboliza dolor y penitencia.

Las cenizas son un sacramental. Estos no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia los sacramentales «preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella» Catecismo (1670 ss.)


Catecismo Mayor San Pío  X
37. ¿Qué es la CUARESMA? - La Cuaresma es un tiempo de ayuno y penitencia instituido por la Iglesia por tradición apostólica.
38. ¿A qué fin ha sido instituida la Cuaresma? - La Cuaresma ha sido instituida: 1°, para darnos a entender la obligación que tenemos de hacer penitencia todo el tiempo de nuestra vida, de la cual, según los Santos Padres, es figura la Cuaresma; 2.°, para imitar en alguna manera el riguroso ayuno de cuarenta días que Jesucristo practicó en el desierto; 3.°, para prepararnos por medio de la penitencia a celebrar santamente la Pascua.

39. ¿Por qué el primer día de Cuaresma se llama día de CENIZA? - El primer día de Cuaresma se llama día de Ceniza porque en este día pone la Iglesia sobre la cabeza de los fieles la sagrada Ceniza.

40. ¿Por qué la Iglesia impone la sagrada Ceniza al principio de la Cuaresma? - La Iglesia, al principio de la Cuaresma, acostumbra poner la sagrada Ceniza para recordarnos que somos compuestos de polvo y a polvo hemos de reducirnos con la muerte, y así nos humillemos y hagamos penitencia de nuestros pecados, mientras tenemos tiempo.

41. ¿Con qué disposiciones hemos de recibir la sagrada Ceniza? - Hemos de recibir la sagrada Ceniza con un corazón contrito y humillado, y con la santa resolución de pasar la Cuaresma en obras de penitencia.

42. ¿Qué hemos de hacer para pasar bien la Cuaresma según la mente de la Iglesia? - Para pasar bien la Cuaresma según la mente de la Iglesia hemos de hacer cuatro cosas: 1ª, guardar exactamente el ayuno ,y la abstinencia y mortificarnos no sólo en las cosas ilícitas y peligrosas, sino también en cuanto podamos en las lícitas, como sería moderándonos en las recreaciones; 2ª, darnos a la oración y hacer limosnas y otras obras de cristiana piedad con el prójimo más que da ordinario, 3ª, oír la palabra de Dios, no ya por costumbre o curiosidad, sino con deseo de poner en práctica las verdades que se oyen; 4ª, andar con solicitud en prepararnos a la confesión para hacer más meritorio el ayuno y disponernos mejor a la Comunión pascual.

43. ¿En qué consisten el ayuno y la abstinencia? - El ayuno consiste en no hacer más que una sola comida al día, y la abstinencia en no tomar carne ni caldo de carne.

44. ¿Se prohíbe toda otra refección los días de ayuno, fuera de la única comida? - Los días de ayuno, la Iglesia permite una ligera refección a la noche, o hacia el mediodía si la comida única se traslada a la tarde, y además la parvedad por la mañana.

45. ¿Quiénes están obligados al ayuno y a la abstinencia? -Al ayuno están obligados todos los que sean mayores de edad, hasta que hayan cumplido sesenta años y no estén legítimamente impedidos, y a la abstinencia los que han cumplido catorce años y tienen uso de razón.

499.¿Están exentos de la mortificación los que no tienen obligación de ayunar? - Los que no tienen obligación de ayunar no están exentos de la mortificación, porque todos estamos obligados a hacer penitencia.

500.¿Para qué fin se instituyó la Cuaresma? - La Cuaresma se instituyó para imitar en alguna manera el riguroso ayuno de cuarenta días que Jesucristo practicó en el desierto y para prepararnos por medio de la penitencia a celebrar santamente la Pascua.


4º.- Del tercer mandamiento de la Santa Madre Iglesia
491.
¿Qué ordena la Santa Madre Iglesia con las palabras del tercer mandamiento: COMULGAR POR PASCUA FLORIDA? - Con las palabras del tercer mandamiento: Comulgar por Pascua florida, la Iglesia obliga a todos los cristianos que han llegado a la edad de la discreción a que reciban todos los años la santísima Eucaristía durante el tiempo pascual, y aconseja se comulgue en la propia parroquia. Cuídese de avisar al propio párroco si se comulga en otra parte. 492.¿Estamos obligados a comulgar en otro tiempo fuera de la Pascua? - Estamos obligados a comulgar en peligro de muerte, por modo de Viático.

493.¿Hay que comulgar solamente por Pascua florida y en peligro de muerte? - Por obligación no, pero la Iglesia desea vivamente que no sólo por Pascua de Resurrección, sino lo más a menudo que podamos, nos acerquemos a la Sagrada Comunión, que es el mantenimiento divino de nuestras almas.
494.¿Se satisface al segundo y tercer mandamientos con una confesión o comunión sacrílegas? - Quien hiciese una confesión y comunión sacrílega no satisfaría al segundo y tercer mandamientos de la Iglesia, porque la intención de la Iglesia es que recibamos estos sacramentos para el fin que fueron instituidos, que es nuestra santificación.

viernes, 12 de febrero de 2021

Intención de oración para cada día de la semana

 


Recupera en tu hogar una de las más antiguas tradiciones cristianas

La Iglesia católica, como reparadora universal, se apresuró a destruir los dioses y desterrar sus nombres del lenguaje, y designó todos los días de la semana con una sola palabra, el de feria, palabra llena de profundo sentido, porque equivale a fiesta o descanso, ya sabemos por qué, y descanso porque todos los días de la vida deber ser de cesación del trabajo del pecado, del trabajo de la ruina y de desorden al que se entregaba el linaje humano como un delirante después de su caída, y bajo la esclavitud de Satanás. El primer día de la semana se llamó, en la lengua de la Iglesia, día del Señor, o primera feria; el lunes, segunda feria; el martes, el miércoles, el jueves y el viernes, tercera cuarta, quinta y sexta ferias: el séptimo día conservó el nombre de sábado, que quiere decir descanso, y recuerda las tradiciones judaicas y el descanso del Señor después de la creación.

A continuación encontrarás una oración diferente para cada día de la semana basada en las oraciones de las Misas Votivas en el actual Misal Romano.

Domingo, día del Señor o primera feria: La fiesta del Señor



Lunes o segunda feria: Dedicado a honrar al Espíritu Santo y a los difuntos

Dios Padre, que has enviado al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu de santificación para revelar a los hombres tu misterio admirable, concédenos que, al profesar la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad de tu majestad omnipotente.

Martes o tercera feria: Dedicado a honrar a los ángeles


Oh, Dios, que en tu providencia inefable te has dignado enviar a tus santos ángeles para nuestra custodia, concede, a los que te suplicamos, ser defendidos siempre por su protección y gozar eternamente de su compañía.

Oh, Señor, bajo la fiel protección de tus Ángeles, haz que avancemos con valentía a lo largo del camino de la salvación.



Miércoles o cuarta feria: Dedicado a honrar a san José


O Dios, que con inefable providencia elegiste a san José como esposo de la Madre de tu Hijo, concédenos la gracia de tener como intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra.

Renovados con este sacramento de vida, te suplicamos, Señor, que, por el ejemplo y la intercesión de san José, tu servidor fiel y obediente, vivamos siempre consagrados a ti en justicia y santidad.


Jueves o quinta feria: Dedicado a honrar la Eucaristía


O Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención.

Concede, Señor, a tu Iglesia, el don de la paz y la unidad, significado en las ofrendas sacramentales que te presentamos.


Viernes o sexta feria: Dedicado a honrar la Pasión de Jesucristo


Dios todopoderoso, al celebrar la solemnidad del Corazón de tu Hijo unigénito, recordamos los beneficios de su amor para con nosotros; concédenos recibir de esta fuente divina una inagotable abundancia de gracia.

Mira, Señor, el amor del Corazón de tu Hijo, para que los dones que te ofrecemos sean agradables a tus ojos y sirvan para el perdón de nuestras culpas.


Los fieles tienen costumbre de añadir a las tres de la tarde de este día a la abstinencia la recitación de cinco Padre nuestros y cinco Ave María, en honor de las cinco llagas de Nuestro Señor.



Sábado: Dedicado a honrar a la Virgen María


 Santo Tomás: 
"Guardamos el sábado en veneración de la gloriosa Virgen en la cual en tal día permaneció toda la fe".

Dios misericordioso, que quisiste que tu Hijo unigénito proclamara desde la cruz como Madre nuestra a su propia Madre, haz que tu Iglesia, por la intercesión maternal de santa María, crezca cada día en santidad y atraiga a su seno a todas las naciones.

Convierte, Señor, en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, estos dones que te presentamos, y haz que este memorial de nuestra redención, nos inflame en el amor que te profesó santa María, Madre de la Iglesia, y nos asocie íntimamente, como ella, en la obra de la salvación de la humanidad.



Hermano católico recupera también la devoción de dedicar los Primeros días  de Cada Mes. 


Devoción Primeros Miércoles, Jueves, Viernes, Sábados y Domingo


"Cristo no fundó una Iglesia": La herética teóloga marxista y anticatólica pro-gay Cristina Inogés declaró falso el catolicismo en vísperas del seudosínodo de Bergoglio

Seudosínodo: Bergoglio se carga los Mandamientos de Dios -    La herética anticatólica  Cristina Inogés  ha afirmado también que lo nuclear ...