R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que nos acompañen a la hora de nuestra muerte, y ofrezcan la Santa Misa por nosotros



♰♰♰

viernes, 31 de enero de 2020

Sueño de Don Bosco sobre el Castigo de los Pecadores

Don Bosco: Uno de los más graves errores de la pedagogía moderna es, no querer hablar de las máximas eternas, sobre todo de la muerte y del infierno. (II, 214).
 


El 3 de abril de 1887 habló así Don Bosco :

“Anoche vi en sueños los castigos que esperan a los pecadores. Y lo que vi es tan terrible que si los que me oyen pudieran verlo, o se dedicarían a una vida santa o saldrían huyendo llenos de susto . Primero oí un estruendo y un griterío como los que se sienten cuando hay un terrible terremoto. Luego vi un enorme horno donde muchos ardían y lanzaban lastimosos quejidos. Y una voz me dijo: “Muchos se dedican en esta tierra a todos los goces y después padecerán horribles sufrimientos” .


Luego vi allí sufriendo a muchas personas horrendamente deformadas. Y eran de los nuestros. Y al verlos sufrir tanto y oírles tantos lamentos exclamé :

-¿Pero no habrá algún modo de que paguen sus pecados y no tengan que venir a sufrir tantos tormentos ?

Y una voz me respondió :

Que paguen sus pecados con plata y oro. Con limosnas a los pobres, pero también con otra plata y otro oro preciosos: las oraciones frecuentes, las confesiones y comuniones fervorosas servirán mucho para librarse de los sufrimientos que esperan a quienes viven cometiendo pecados .


  NOTA: Don Bosco se despertó muy angustiado y lloraba al narrar este sueño. Allí vio destinados a muy terribles castigos a muchos de sus amigos que manchaban sus almas con frecuentes pecados . Afortunadamente la voz del cielo le anunció unos modos prácticos para librarse de aquellos castigos: orar, dar limosnas y recibir con fervor y frecuencia los santos sacramentos, especialmente la Sagrada Eucaristía.
Páginas 492-493



Don Bosco: “ La causa por la cual la mayoría de la gente se condena, es la falta del firme propósito de enmienda en sus confesiones”
“Las confesiones que no dan fruto, no son buenas.

 “Las causas principales de tantas condenaciones, son: malas compañías, malos libros y costumbres perversas”

 “ Los que se dejan vencer por las pasiones, sorprendidos por la muerte y sepultados entre las llamas eternas del infierno, gemirán desesperados: ¡insensatos de nosotros, nos equivocamos!”

“ Son más numerosos los condenados que se confesaban, porque aún los malos, alguna que otra vez se arrepienten, pero son en mayor número los que no se confiesan bien”


 “Un consejo para ser feliz: evitar el pecado y frecuentar la Santa Comunión. (XVI, 26).
 

Don Bosco profetizó los castigos de Francia y Roma por la homosexualidad, por el desprecio de la Ley de Dios y demás inmoralidades sexuales

“¿De ti, oh Roma, que será? Roma ingrata, Roma afeminada, Roma soberbia”.






LOS SUEÑOS DE DON BOSCO- CASTIGOS SOBRE ROMA Y PARÍS
Profecías de San Juan Bosco 
Sueño 75.— Año de 1870



(M. B. Tomo IX. págs. 779-783; Tomo X, págs. 59-63)







El seis de enero, fiesta de la Epifanía o de la manifestación del Señor, se celebró la segunda Sesión del Concilio Vaticano I, en la cual los Padres, según el rito, hicieron uno después de otro, comenzando por el Sumo Pontífice, la solemne profesión de fe. La víspera de aquella memorable solemnidad [San] Juan Don Bosco vio en sueño cuanto vamos a exponer a continuación: fue el mismo [Santo] quien escribió lo que vio y oyó.


*****


Sólo Dios lo puede todo, lo conoce todo y lo ve todo.


Dios no tiene ni pasado ni futuro, para Dios no hay nada oculto; todas las cosas le son presentes y para El no hay distancia de lugar o de persona. Sólo El en su infinita misericordia y para su gloria puede manifestar las cosas futuras a los hombres. La víspera de la Epifanía del corriente año de 1870 desaparecieron todos los objetos materiales de mi habitación y me encontré ante la consideración de cosas sobrenaturales. Fue algo que duró breves instantes, pero fueron muchas las cosas que vi. Aunque de forma y de apariencias sensibles, no se pueden comunicar a los demás sino con mucha dificultad con signos exteriores o sensibles.


Cuanto sigue podrá dar una idea de ello. En todo esto se encuentra la palabra de Dios acomodada a la palabra del hombre.


«Del Sur viene la guerra, del Norte viene la paz.


Las leyes de Francia no reconocen ya al Creador y el Creador se hará conocer y la visitará tres veces con la vara de su furor.


La primera abatirá su soberbia, con las derrotas, con el saqueo y con los estragos en las cosechas, en los animales y en los hombres.


En la segunda, la gran prostituta de Babilonia, aquella a la que los buenos llaman, suspirando, el prostíbulo de Europa, será privada del jefe y entregada al desorden.


¡París! ¡París! En vez de armarte con el nombre del Señor te rodeas de casas de inmoralidad. Estas serán por ti misma destruidas: tu ídolo, el Panteón, será reducido a cenizas, para que se cumpla lo que está escrito: mentita est iniquitas sibi. Tus enemigos te colmarán de angustias, de hambre, de espanto y quedarás convertida en la abominación de las naciones. Pero ¡ay de ti si no reconoces la mano qué te hiere! Quiero castigar la inmoralidad, el abandono, el desprecio de mi ley, dice el Señor.
 


 






 



En la tercera caerás bajo una mano extranjera: tus enemigos verán desde lejos tus palacios incendiados, tus casas convertidas en montones de ruinas, bañadas en la sangre de tus héroes, que ya no existen. Pero he aquí que un gran guerrero del Norte llevará un estandarte; sobre la diestra que lo sustenta está escrito:“Irresistible es la mano del Señor”.
En aquel instante el Venerando Anciano del Lacio le salió al encuentro flameando una antorcha de luz vivísima. Entonces el estandarte se extendió y de negro que era se trocó blanco como la nieve. En el centro del estandarte estaba escrito con caracteres de oro el nombre de Quien todo lo puede.
El guerrero y los suyos hicieron una profunda inclinación al Anciano y se estrecharon la mano. Ahora la voz del cielo se dirige al Pastor de los pastores. Tú ahora estás en la gran conferencia con tus asesores; pero el enemigo del bien no guarda un momento de reposo; estudia y practica toda clase de argucias contra ti. Sembrará la discordia entre tus asesores; suscitará enemigos entre mis hijos. Las potencias del siglo vomitarán fuego y querrían que las palabras fuesen ahogadas en las gargantas de los custodios de mi ley. Pero esto no sucederá. Harán el mal, pero en perjuicio de sí mismos. Tú date prisa; si las dificultades no se resuelven, corta por lo sano. Si te sientes angustiado, no te detengas, sino al contrario, continúa adelante hasta que le sea cercenada la cabeza a la hidra del error. Este golpe hará temblar a la tierra y al infierno, pero el mundo recobrará la seguridad y todos los buenos se alegrarán.
Conserva, pues, junto a ti solamente a dos asesores, pero a cualquier parte que vayas, continúa y termina la obra que te fue confiada.
Los días corren velozmente y tus años se acercan al número establecido; pero la gran Reina será siempre tu auxilio y como en los tiempos pasados, también en el porvenir será siempre magnum et singulare in Ecclesia proesidium.
Y a ti, Italia, tierra de bendiciones, ¿quién te ha sumergido en la desolación?… No digas que tus enemigos, sino tus amigos. ¿No oyes a tus hijos pidiendo el pan de la fe sin encontrar quien se lo parta? ¿Qué haré? Heriré a los pastores, ahuyentaré el rebaño, a fin de que los que se sientan sobre la cátedra de [San] Moisés busquen buenos pastos y la grey escuche dócilmente y se alimente.
Pero sobre la grey y sobre los pastores caerá mi mano; la carestía, la peste, la guerra, harán de manera que las madres lloren la sangre de los hijos y de los esposos muertos en tierra enemiga.
¿De ti, oh Roma, que será? Roma ingrata, Roma afeminada, Roma soberbia. Has llegado al punto que no buscas ni admiras en tu soberano más que el lujo, olvidando que tu gloria y la suya está sobre el Gólgota. Ahora él está viejo, achacoso, inerme, despojado de todo; sin embargo, con tu esclava palabra, todavía hace temblar el mundo.
Roma… Yo vendré cuatro veces sobre ti.
En la primera castigaré la tierra y tus habitantes.
En la segunda llegará la ruina y el exterminio hasta tus murallas.
¿Todavía no abres los ojos?
Vendré la tercera vez y destruiré las defensas y los defensores y al dominio del Padre sucederá el reino del Terror, del espanto y de la desolación. Pero mis sabios huyen, Mi ley es todavía pisoteada; por eso te haré la cuarta visita.
¡Ay de ti, si Mi Ley es todavía para ti un nombre vano! Se darán prevaricaciones entre los doctos y los ignorantes. Tu sangre y la sangre de tus hijos lavará las manchas que tú infieres a la ley de tu Dios.
La guerra, la peste, el hambre, serán los flagelos con que será castigada la soberbia y la malicia de los hombres. ¿Dónde están, oh ricos, vuestra magnificencia, vuestras villas, vuestros palacios?

 
Convertido se han en la basura de las plazas y de las calles.
Pero vosotros sacerdotes, ¿por qué no corréis a llorar entre el vestíbulo y el altar, pidiendo que cesen los castigos? ¿Por qué no tomáis el escudo de la fe y no vais por los tejados, por las casas, por las calles, por las plazas y por todo lugar, incluso al inaccesible a llevar la semilla de mi palabra? ¿Ignoráis que es terrible la espada de dos filos que abate a mis enemigos?
Estas cosas deberán venir inexorablemente una después de la otra.
Pero la Augusta Reina de los cielos está presente. El poder de Dios está en sus manos; disipa como niebla a sus enemigos. El venerado anciano está revestido de todas sus antiguas vestiduras.
Sobrevendrá todavía un violento huracán
La iniquidad se ha consumado, el pecado tendrá fin y antes de que transcurran dos plenilunios en el mes de las flores, el iris de la paz aparecerá sobre la tierra.
El gran Ministro verá a la esposa de su Rey vestida de fiesta.
En todo el mundo aparecerá un sol, tan luminoso, que jamás existió desde las llamas del Cenáculo hasta hoy, ni se verá otro semejante hasta el fin de los días».


miércoles, 29 de enero de 2020

La simonía de los obispos alemanes

 
 
 
 


«¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre para los pobres!», exclamó el papa Francisco (L’Osservatore Romano, 17 de marzo de 2013). Pero la antítesis de su ideal está representada por la iglesia más próxima a él: la alemana. La Conferencia Episcopal Alemana, que ideológica y económicamente patrocinó el Sínodo para la Amazonía del pasado octubre, es en realidad la empresa más rica y privilegiada de todo su país. Esa riqueza la obtiene de la Kirchensteuer, impuesto que el Gobierno  devuelve  a la Iglesia deduciéndolo de los impuestos de los católicos alemanes, y que equivale al 8 ó el 9 por ciento de la carga impositiva total. Ahora bien, el impuesto es obligatorio, a diferencia de lo que pasa en otros países, en los que la Iglesia se financia mediante la generosidad de los fieles, que voluntariamente deciden darle una parte de sus ingresos.


En Alemania, quien desee eximirse de la Kirchensteuer o impuesto eclesiástidco está obligado a firmar una declaración de abandono de la Iglesia (Kirchenaustritt), a consecuencia de lo cual se ve privado de los sacramentos.
 
 
 
 El 20 de septiembre de 2012 los prelados alemanes decretaron que quienes hubieran solicitado no estar registrados para no pagar el impuesto religioso no podrán confesarse, comulgar ni recibir la confirmación, y ni siquiera tener un funeral católico cuando se mueran. Ni siquiera se les permitirá ejercer el voluntariado en una organización católica ni trabajar en una institución de la Iglesia, como puede ser un colegio o un hospital. En una entrevista concedida al Schwäbische Zeitung el 17 de julio de 2016, el arzobispo Georg Gänswein denunció con las siguientes palabras tan escandalosa contradicción: «¿Cómo reacciona la Iglesia Católica alemana contra quien no paga el impuesto eclesiástico? Con la exclusión automática de la comunidad eclesial, lo que supone la excomunión. Es algo excesivo e incomprensible. Eso sí, por poner en duda los dogmas no se excluye a nadie. ¿Es que negarse a pagar la Kirchensteuer es una infracción más grave que las transgresiones contra las verdades de fe? Da la impresión de que no les parece tan trágico que esté en juego la fe, pero cuando lo que está en juego es el dinero, ya no les hace tanta gracia ». Si los colonos de EE.UU. se negaban a pagar impuestos a Inglaterra si no tenían representación en el Gobierno, los obispos alemanes de hoy dicen: «Si no se paga el impuesto, no hay sacramentos». Si pagas, los recibes; si no, se te priva de ellos. Dicho de otro modo: la riqueza de la Iglesia alemana se basa en la simonía.
La simonía es un pecado que ha acompañado a la Iglesia a lo largo de los siglos, en muchos casos asociada al nicolaísmo o concubinato de los clérigos. Los primeros sínodos de San Gregorio VII (1073-1085), el gran pontífice reformador medieval, se dedicaron precisamente a combatir la simonía de los prelados alemanes y las vulneraciones del celibato eclesiástico. Es una plaga mucho más grave que la venta de indulgencias que sirvió de pretexto a la revolución de Lutero.

 
El término simonía se deriva de Simón Mago, que ofreció dinero a los apóstoles (Hechos 8,18) a cambio de adquirir poder espiritual. Santo Tomás de Aquino, que dedica toda una cuestión de la Suma teológica al tema de la simonía, explica: «Quienes venden cosas espirituales se asemejan a Simón Mago en sus intenciones, mientras que quienes las compran se le asemejan en sus actos » (q. 100, a. 1). Según Santo Tomás, «recibir dinero a cambio de la gracia espiritual de los sacramentos es un pecado de simonía que no encuentra justificación en ninguna costumbre. Porque una costumbre nunca puede vulnerarla ley natural ni la divina» (q. 100, art. 2, resp.). «Así pues, si por costumbre se llegase exigir algo en compensación por un bien espiritual, con intención de comprar o vender, se cometería simonía, y más aún si se exigiera contra la voluntad de quien paga» (art. 2, ad 4). Como la Kirchensteuer supone una extorsión contra la voluntad del contribuyente, la declaración de abandono de la Iglesia suscrita por quien no desea pagarla carece de valor para la Iglesia. El Pontificio Consejo para los Textos Legislativos de la Santa Sede explicó en un documento fechado el 13 de marzo de 2006 que para que el abandono de la Iglesia tenga validez como un acto formal de apostasía debe concretarse en los siguientes términos: «El abandono de la Iglesia católica, para que pueda ser configurado válidamente como un verdadero actus formalis defectionis ab Ecclesia, también a los efectos de las excepciones previstas en los cánones arriba mencionados, debe concretarse en: a) la decisión interna de salir de la Iglesia católica; b) la actuación y manifestación externa de esta decisión; c) la recepción por parte de la autoridad eclesiástica competente de esa decisión».
Ningún acto que no proceda de una motivación interior sino que sea fruto de coacción puede considerarse una decisión voluntaria interior de abandonar la Iglesia Católica; es nulo. Es más, el párroco debería constatar que verdaderamente hay deseo de apostatar, y eso nunca se hace en Alemania. El católico alemán que firma la Kirchensteuer no debe tener miedo de incurrir en un cisma si no tiene realmente intención de ser cismático, si su verdadera intención no es abandonar la Iglesia y sólo desea separarse del perverso sistema de financiación que lo vincula a la Conferencia Episcopal, que no sólo está dirigida por prelados simoniacos, sino por herejes y cismáticos. El proceso sinodal emprendido en Alemania por el cardenal Marx tiene en realidad por objeto trastornar  la moral sexual de la Iglesia y subvertir su estructura jerárquica. Es un proceso de autodemolición al que los católicos, en conciencia, no pueden colaborar.


 
Muchos católicos alemanes critican la Kirchensteuer pero dicen que no tienen más remedio que pagarla para no verse privados de los sacramentos. Pero así se hacen cómplices de la simonía de los obispos. Entre otras cosas, Santo Tomás explica que «dado que no es lícito pecar por motivo alguno, en caso de que el sacerdote no quisiera bautizar gratuitamente se debe obrar como si no hubieses sacerdote. En tal caso, podría bautizar a la criatura, o bien su padrino, u otra persona cualquiera (…) Y en caso de haber otra persona disponible, de ningún modo se debe pagar por el bautismo, siendo preferible en ese caso morir sin bautizarse, ya que la falta del sacramento se supliría con el bautismo de deseo » (q.100, art. 2, ad 1).
Pero, ¿será realmente imposible encontrar en Alemania u otros países a sacerdotes y obispos dispuestos a administrar los sacramentos a los objetores de conciencia de la Kirchensteuer? Creemos que no, porque no hay nada imposible para quien busca por encima de todo el Reino de Dios y su justicia (Mt.6,33). El escritor francés Ernest Hello (1828-1885) afirma que desistir es palabra del Diablo: «Dios nunca desiste. En cambio, el Diablo siempre lo hace, aun cuando parece que actúa. Quien desiste es él. El hombre que abandona no puede nada, y es un impedimento para todos. Quien persevera mueve montañas». A lo que más temo hoy en día es a los católicos resignados y claudicantes. ¿Y quiénes son esos católicos? Los que están convencidos de que las fuerzas están desproporcionadas entre nosotros y nuestros adversarios (lo cual es cierto) y no se puede hacer otra cosa que aceptar la situación de facto (lo cual no es cierto). Los católicos claudicantes critican en privado la Kirchenseteuer pero creen que no sirve de nada criticarla en público porque todo seguirá igual.
En la homilía que pronunció el cardenal Müller el pasado 21 de enero con motivo de la festividad de Santa Inés, afirmó: «Al derramar su sangre a tan joven edad, Santa Inés dio testimonio de Cristo, Hijo de Dios y único Salvador del mundo. Con su ejemplo, nos anima también a los que estamos en Roma y en Europa a profesar públicamente nuestra fe católica sin miedo a los hombres». En Alemania, quien critica públicamente a la Conferencia Episcopal y se niega en consecuencia a pagar la Kirchensteuer no se juega la vida como Santa Inés, pero se arriesga a quedarse desprovisto de sacramentos y sobre todo a ser objeto de las censuras ajenas. Es ciertamente una dura prueba, pero tal vez debamos imitar el ejemplo de los católicos ingleses en tiempos de Isabel I, o los franceses durante la Revolución, que estuvieron perseguidos y privados de sacramentos pero se mantuvieron fieles a la Fe católica. La Europa secularizada tiene necesidad de heroísmo, no de resignación.
(Traducido por Bruno de la Inmaculada)



Recordemos esta cita del artículo de ACI Prensa Por David Ramos del 6 de enero de 2015 donde se resaltan el escandalo por las altas pensiones que reciben los obispos (apóstatas) de un país en el que los católicos son cada vez menos.| ¿Han “comprado” los obispos alemanes el debate de la comunión a los divorciados?
La Conferencia Episcopal Alemana obtiene los casi 7 mil millones de dólares del impuesto eclesiástico cobrado a los fieles a través del estado.
Pentin destacó que, con 6,7 mil millones de dólares en ingresos en 2013, la Iglesia en Alemania es “la iglesia más adinerada en todo el mundo” y Cáritas Alemania, con 560 mil trabajadores, es el segundo empleador más grande del país, después de Volkswagen.
“Algunas importantes autoridades vaticanas han cuestionado abiertamente por qué alguien debe escuchar a líderes de una iglesia que está perdiendo miembros rápidamente, donde la fe es débil”, indicó Pentin, recordando que en 2012 un total de 118,335 católicos se apartaron de la Iglesia en Alemania.


Mi casa será casa de oración”; pero ustedes la han convertido encueva de ladrones”».


“Quien no se abstiene de la avaricia se verá mancillado también por la idolatría y será contado entre los paganos que desconocen el juicio del Señor ”.
(SAN POLICARPO, Carta a los Filipenses).

Roma ha perdido la Fe y se ha convertido en la Sede del Anticristo como lo profetizó la Virgen en la Salette.



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https://www.churchmilitant.com/news/article/peters-pence

San Francisco de Sales juzga las herejías de Bergoglio



San Francisco de Sales, nos enseña que: “La veneración a San Miguel es el mas grande remedio en contra de la rebeldía y la desobediencia a los mandamientos de Dios, en contra del ateísmo, escepticismo y de la infidelidad.”

 

 

San Francisco de Sales (siglo XVII), Doctor de la Iglesia, La Controversia Católica, pp. 305-306: “Por lo tanto, no decimos que el papa no pueda errar en sus opiniones privadas, tal como lo hizo Juan XXII, ni tampoco ser totalmente hereje, como tal vez lo fue Honorio. Ahora bien, cuando él [un papa] es explícitamente un hereje, cae ipso facto de su dignidad y fuera de la Iglesia  y la Iglesia debe deponerlo o, como algunos dicen, declararlo privado de su Sede apostólica.”

 

 

 Hay que aclarar que en el caso de Bergoglio no nos estamos refiriendo a un papa que cae en la herejía sino a un hereje que continua empecinado en su herejía porque hay pruebas de la invalidez de la elección de Bergoglio; ya era un hereje y un apostata en Argentina y el Magisterio de la Iglesia ha decretado invalida y nula la elevación de un hereje como Papa porque no era un candidato legítimo  para el papado ya que por medio de la herejía  estaba fuera de la Iglesia católica aquí San Francisco de Sales esta hablando de caso de un papa que se convierta en un hereje explícito. Ahora los que se dejaron engañar por la invalida elección de Bergoglio también están obligados a considerarlo como un hereje y no como un papa. Así que la invalidez del papado de Bergoglio ahora es doble.


 A esta altura se debe invalidar incluso el sacerdocio de Bergoglio por sacrílego ya que Bergoglio estaba automáticamente excomulgado  antes de entrar al seminario por su afiliación al comunismo.


Desde Buenos Aires: Francisco no sabe nada de teología, sólo le interesa el poder.

 

“Los enemigos declarados de Dios y de la Iglesia deben ser atacados y censurados con toda la fuerza posible. La caridad obliga a gritar al lobo cuando un lobo se ha deslizado al medio del rebaño y aún en cualquier lugar que se lo encuentre”. San Francisco de Sales, Doctor de Iglesia Católica.
 
 
 

 
 
 


Dice San Francisco de Sales: “Es un acto de caridad gritar contra el lobo, dondequiera que sea, cuando se encuentre entre las ovejas.”
No te contaminés el alma, poné el veneno de "Amoris Adulterita" en la basura.

… juzga la idea de la Iglesia como una ONG que tiene Francisco

  • No se puede poner más cuidado en distribuir el pan material que el pan del cielo

Los apóstoles, encargados de predicar el Evangelio por todo el mundo y de distribuir el pan del cielo a las almas, creyeron, muy acertadamente, que habrían obrado mal si se hubiesen distraído de este santo ejercicio para practicar la virtud de socorrer a los pobres, aunque esta virtud sea muy excelente. Cada vocación tiene necesidad de practicar alguna especial virtud: unas son las virtudes del prelado, otras las del príncipe, otras las del soldado, otras las de una mujer casada, otras las de una viuda; y, aunque todos han de tener todas las virtudes, no todos, empero, las han de practicar igualmente, sino que cada uno ha de ejercitarse, particularmente, en aquellas que exige el género de vida a que ha sido llamado. (San Francisco de Sales. Introducción a la vida devota, parte III, cap. 1)

… juzga la idea de «conversión del papado» que tiene Francisco

  • …y turban la fuente cristalina del Evangelio, de tal manera que ni San Pedro puede encontrar en ella sus llaves ni a nosotros nos dejan beber el agua de la santa obediencia que debemos al Vicario de Cristo

“Et tibi dabo claves regni caelorum”. No se podría hablar con mayor claridad. […] Pero los ministros [protestantes] tratan por todos los medios de turbar la fuente cristalina del Evangelio, de tal manera que ni San Pedro puede encontrar en ella sus llaves ni a nosotros nos dejan gustar y beber el agua de la santa obediencia que debe al vicario de Nuestro Señor. No obstantes, se han apresurado a decir que San Pedro había recibido esta promesa de Nuestro Señor, pero en nombre de la Iglesia, sin que por ello haya recibido personalmente ningún privilegio. Bueno, pues si esto no es violar las Escrituras, no creo que nunca puedan ser violadas. Porque ¿no era a San Pedro a quien expresar su intención que decirle: Et ego dico tibi, Dabo tibi? Y puesto que acababa de hablar inmediatamente de la Iglesia, habiendo dicho: Portae inferi non praevalebunt adversus eam, podría haber dicho: Et dabo illi claves regni, si su intención hubiera sido dárselas a toda la Iglesia. Ahora bien, no es illi lo que dice, sino dabo tibi. […] En la promesa y en la colación de la misma, Nuestro Señor ha preferido siempre a San Pedro, expresado en unos términos que obligan a creer que es el jefe de la Iglesia. (San Francisco de Sales. Las controversias, Parte II, c. 6, a. 3)
  • Hay que recurrir a Pedro no como a un hombre docto, sino como al pastor general

Cuando se encuentra revestido de sus ornamentos pontificios, es decir, cuando se dirige a toda la Iglesia como pastor en materia de fe y de costumbres, entonces solo hay en su palabra doctrina y verdad. […] Hay que recurrir a él no como a hombre docto, porque en eso, normalmente, sería superado por otros hombres, sino como jefe y pastor general de la Iglesia, y, como tal, honrar, obedecer y abrazar firmemente su doctrina, porque entonces lleva sobre su pecho el urim y el tummim: la doctrina y la verdad. Tampoco hay que creer que siempre y en todas partes sea infalible su juicio, sino solamente cuando se refiere a la fe y a las acciones necesarias para toda la Iglesia; porque en los casos particulares que dependen del factor humano, sin duda puede equivocarse, si bien no deberíamos controlarle sino con respeto, sumisión y discreción. Los teólogos han dicho en pocas palabras que puede equivocarse in quaestionibus facti, non iuris; que se puede equivocar extra cathedram, fuera de la silla de Pedro, es decir, como doctor particular, pero no cuando está in cathedram, es decir, cuando quiere hacer una instrucción y decreto para enseñar a toda la Iglesia, cuando quiere confirmar a sus hermanos como pastor supremo y quiere conducirlos a los pastos de la fe; porque en estos casos no es el hombre el que determina, resuelve y define, sino que es el Espíritu Santo bendito quien por el hombre, según la promesa hecha por nuestro Señor a sus apóstoles, enseña toda la verdad a la Iglesia, […] conduce y lleva su Iglesia a plena verdad. (San Francisco de Sales. Las controversias, parte II, c. 6, a. 15)
  • Si el supremo pastor extravía las ovejas ¿quién las guiará?

Cuando San Pedro fue puesto como fundamento de la Iglesia y a la Iglesia le fue asegurada que las puertas del infierno no prevalecerían contra ella (Mt 16, 18) ¿no fue decirle a San Pedro que, como piedra fundamental del gobierno y administración eclesiástica, no podía desmoronarse y romperse por infidelidad o error, que es la principal puerta del infierno? Porque ¿quién no sabe que, si se desmoronan los cimientos, si a ellos se les pudiera dar un zarpazo, todo el edificio caería? Si el pastor introdujera a sus ovejas en pastos venenosos, ¿no se perdería inmediatamente todo el rebaño? Las ovejas siguen al pastor; si él si pierde, todo se pierde. Así también, si el pastor supremo en el ministerio puede conducir a sus ovejas a pastos venenosos, claramente se ve que todo el rebaño puede perecer en seguida; porque, si el supremo pastor puede conducirlas hacia el mal, ¿quién las reconducirá? Si él se extravía, ¿quién las guiará? En verdad, a nosotros solo compete seguirle, no guiarle; de lo contrario, las ovejas se convertirían en pastores. (San Francisco de Sales. Las controversias, parte II, c. 6, a. 14)
  • El Papa y la Iglesia conforman un solo todo

La Iglesia o el Papa, porque todo es uno, puede emplear sus fuerzas, las de la Iglesia, y las de los príncipes cristianos sus hijos espirituales, en la justa defensa y conservación de los derechos de la Iglesia contra todos aquellos que lo quieran violar, y destruir. (San Francisco de Sales. Cartas espirituales, lib. VII, epístola 48)
  • San Pedro es el primero, el gobernador y confirmador de los demás

Si la Iglesia es comparada a un edificio (Mt 26, 18) como efectivamente los es, su roca y fundamento ministerial está en San Pedro. Si la consideráis semejante a una familia (1 Tm 3, 15), sólo Nuestro Señor es quien paga tributo como jefe de la casa, y después de él San Pedro como su lugarteniente (Mt 27, 26). Si a una navecilla, San Pedro es en ella el patrón y en ella enseña nuestro Señor (Lc 5, 8). Si a una pesca San Pedro, es en ella el primero, y los verdaderos discípulos de nuestro Señor no pescan sino con él (Lc 5, 10; 21, 3). Si a las redes y anzuelos (Mt 13, 4-7), es San Pedro quien los echa al mar y quien los saca (Lc 5, 5-7), los demás discípulos son sus ayudantes; San Pedro es quien les lleva al puerto y quien presenta los peces a nuestro Señor (Jn 21, 11). ¿Decís que es semejante a una Legación? San Pedro es en ella el primero (Mt 10, 2; 5). ¿Decís que es una cofradía? San Pedro es en ella el primero, el gobernador y confirmador de los demás (Lc 22, 32). ¿Preferís que sea un Reino? San Pedro tiene las llaves de él (Mt 16, 19). ¿Queréis que sea una dehesa o aprisco de ovejas y corderos? San Pedro es en él el pastor y apacentador general (Jn 1, 41). (San Francisco de Sales. Las controversias, parte II, c. 6, a. 8)
  • Nuestro Señor ha dicho en términos singulares a San Pedro lo que dice de manera general a los otros

Una gran prueba en contra, según creen los adversarios, es que, según San Pablo, nadie puede poner otro fundamento que el ya puesto: Jesucristo (cf. 1 Cor 3, 11); además, en otra parte dice: “Ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios, edificados sobre el cimiento de los Apóstoles y profetas, siendo la piedra angular el mismo Cristo” (cf. Ef 2, 19-20). […] Por consiguiente, dicen: “Si los doce Apóstoles son fundamento de la Iglesia, ¿cómo atribuyen ustedes este título a San Pedro en particular? Y si San Pablo dice que nadie puede ponerse como fundamento, nadie más que Nuestro Señor, ¿cómo atrevéis a decir que por las palabras: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, San Pedro fue establecido como fundamento de la Iglesia? ¿Por qué no decís mejor —dice Calvino— que la piedra sobre la que está fundada la Iglesia no es otra que Nuestro Señor?” Y también Lutero dice: “¿Por qué no reconocéis que tales palabras son, más bien, la confesión de la fe que hizo San Pedro?” […] De todas maneras, no es un buen razonamiento el decir que todos los Apóstoles son llamados, en general, fundamento de la Iglesia, también lo es San Pedro, al igual que los demás. Bien al contrario, puesto que nuestro Señor ha dicho en particular y en términos singulares a San Pedro lo que posteriormente se dice de manera general de los otros, debemos concluir que en San Pedro se da una propiedad particular de fundamento y que él en particular ha sido lo que es todo el colegio apostólico. (San Francisco de Sales. Las controversias, Parte II, c. 6, a. 2)
  • Pedro es el supremo jefe de la Iglesia, los otros, delegados y comisionados

Veamos cuál es la razón general por la que apóstoles son llamados fundamento de la Iglesia; es porque ellos son los que por su predicación han implantado la fe y la doctrina cristiana, […] los primeros que han convertido el mundo a la religión cristiana, los que han arrojado los fundamentos de la salvación de los hombres y la semilla de su bienaventurada inmortalidad. […] En cuanto a la autoridad y el gobierno, San Pedro precede a los demás, de la misma manera que la cabeza está por encima de los demás miembros. Porque ha sido constituido pastor ordinario y supremo jefe de la Iglesia, los otros han sido pastores delegados y comisionados, con tan plenos poderes y autoridad sobre todo el resto de la Iglesia que San Pedro, a no ser que San Pedro fuera el jefe de todos y su pastor, como lo es de toda la cristiandad. De esta manera fueron fundamento de la Iglesia, junto con él, en cuanto a la conversión de las almas y a la doctrina, pero desiguales en lo referente a la autoridad y al gobierno, puesto que San Pedro era el jefe ordinario no solamente del resto de la Iglesia, sino también de los mismos apóstoles; porque nuestro Señor había edificado sobre él toda la Iglesia. (San Francisco de Sales. Las controversias, parte II, c. 6, a. 2)
  •  Los Apóstoles fueron iguales en el apostolado, no en la dignidad

Sabemos muy bien que nuestro Señor concedió a sus apóstoles unas facultades muy amplias para tratar con el mundo respecto a su salvación cuando les dijo: “Como me envió mi Padre, así también os envío yo; recibid el Espíritu Santo; a quienes perdonareis, etc.” (cf. Jn 20 21). Esa fue la colación de la promesa que les había hecho a todos en general: quaecumque alligaveris, etc. (cf. Mt 18, 18). Pero ¿dijo a alguno de ellos: “¿Apacienta mis ovejas?” Este encargo sólo recibió San Pedro; fueron todos iguales en cuanto al apostolado, pero en lo que se refiere a la dignidad pastoral sólo San Pedro recibió esta institución: Pasce oves meas (Jn 21, 17). (San Francisco de Sales. Las controversias, parte II, c. 6, a. 5)
  • ¿Atacar la dignidad del Papa puede ser bueno?

Los ministros [protestantes], señalando los abusos por parte de la Iglesia, merecieron el reconocimiento por parte de todos. Pero llenar el aire y la tierra de injurias, invectivas, ultrajes, calumnias contra el Papa, y no solo tocante a su persona, sino incluso a su dignidad, atacando la sede que todos los padres antiguos honraron; querer juzgarlo contra el parecer de la Iglesia, decir incluso que dicha dignidad es anticristiana, ¿quién podría pensar que sea bueno? (San Francisco de Sales. Las controversias, Parte II, c. 6, a. 15)

… juzga la idea de marginados que tiene Francisco

  • Un prelado no puede poner más cuidado en distribuir el pan material que el pan del cielo

Los apóstoles, encargados de predicar el Evangelio por todo el mundo y de distribuir el pan del cielo a las almas, creyeron, muy acertadamente, que habrían obrado mal si se hubiesen distraído de este santo ejercicio para practicar la virtud de socorrer a los pobres, aunque esta virtud sea muy excelente. Cada vocación tiene necesidad de practicar alguna especial virtud: unas son las virtudes del prelado, otras las del príncipe, otras las del soldado, otras las de una mujer casada, otras las de una viuda; y, aunque todos han de tener todas las virtudes, no todos, empero, las han de practicar igualmente, sino que cada uno ha de ejercitarse, particularmente, en aquellas que exige el género de vida a que ha sido llamado. (San Francisco de Sales. Introducción a la vida devota, parte III, cap. 1)

… juzga la idea de que el hombre es el centro de la vida cristiana que tiene Francisco

  • No basta practicar la caridad para ser un buen cristiano

Los pecadores no vuelan hacia Dios por las buenas acciones, pero son terrenos y rastreros; las personas buenas, pero que todavía no han alcanzado la devoción, vuelan hacia Dios por las buenas oraciones, pero poco, lenta y pesadamente; las personas devotas vuelan hacia Dios, con frecuencia con prontitud y por las alturas. En una palabra, la devoción no es más que una agilidad y una viveza espiritual, por cuyo medio la caridad hace sus obras en nosotros, o nosotros por ella, pronta y afectuosamente, y, así como corresponde a la caridad el hacernos cumplir general y universalmente todos los mandamientos de Dios, corresponde también a la devoción hacer que los cumplamos con ánimo pronto y resuelto.
Por esta causa, el que no guarda todos los mandamientos de Dios, no puede ser tenido por bueno ni devoto, porque, para ser bueno es menester tener caridad y, para ser devoto, además de la caridad se requiere una gran diligencia y presteza en los actos de esta virtud. (
San Francisco de Sales. Introducción a la vida devota, parte I, cap. 1)

… juzga la idea de Iglesia cerrada y enferma que tiene Francisco

  • La Iglesia es inmutable, estable y perpetua

Esto mismo enseña San Pablo cuando llama a la Iglesia columna y fundamento de la verdad (1 Th 3, 15). ¿No quiere esto decir que la verdad está firmemente sostenida por la Iglesia? En otros lugares, la verdad solamente se sostiene a intervalos, y con frecuencia cae, pero en la Iglesia permanece firme, sin vacilaciones, inmutable, sin vicisitudes; en pocas palabras, estable y perpetua. (San Francisco de Sales. Carta Abierta a los protestantes: defensa de la autoridad de la Iglesia, n. 126)
  • Decir que la Iglesia yerra equivale a decir que Dios yerra

¿Quién me hará conocer la recta de entre tantas [verdades] malas? ¿Quién me hará ver la verdad auténtica en medio de tantas vanidades patentes y enmascaradas? Cada cual quiere embarcarse en la nave del Espíritu Santo, pero no hay más que una, y esa sola llegará a buen puerto: las otras naufragarán. ¡Qué peligrosa elección! […] Quien considere que el testimonio que Dios dio de la Iglesia es auténtico, comprenderá que decir que la Iglesia yerra equivale a decir que Dios yerra, o que es su gusto y voluntad que erremos, lo que sería una gran blasfemia. (San Francisco de Sales. Carta Abierta a los protestantes: defensa de la autoridad de la Iglesia, n. 126)

… juzga la idea que Francisco tiene sobre el sufrimiento humano

  • La mejor señal de que agradamos a Dios

La mejor señal para saber si estamos agradando a Dios es la inquebrantable resolución de sufrir cualquier otro mal, antes que decir, hacer o pensar algo que disguste a Nuestro Señor. (San Francisco de Sales citado por San Alfonso María de Ligorio. Práctica del amor a Jesucristo, p. 134)
  • Felices las almas que beben el cáliz del sufrimiento

¡O que felices son las almas que valientemente beben del cáliz del sufrimiento con Nuestro Señor!, que se mortifican llevando su cruz; que sufren amorosamente y reciben con sumisión todos los acontecimientos. Pero, Dios mío, ¡cuán pocos hacen estas cosas! (San Francisco de Sales. Sermón para la fiesta de San Juan de la Puerta Latina)
  • Camino que nos conduce directo a Dios

Así debemos hacer, tomar el camino de la cruz y de las aflicciones, pues este es el camino seguro que nos conduce directo a Dios y a la perfección de su amor. Si somos fieles en beber valientemente del cáliz, dejándonos crucificar con Él en esa vida, su divina bondad no se olvidará de nos glorificar eternamente en la otra vida. (San Francisco de Sales. Sermón para la fiesta de San Juna Puerta Latina)
  • La voluntad del Padre y la de Cristo fue redimirnos por la cruz

Cualquiera acción de la vida de Nuestro Señor, aún la más pequeña, era infinitamente suficiente para operar nuestra salvación. Sin embargo, la voluntad de Dios Padre y la suya propia fue de nos redimir por medio de la Cruz. (San Francisco de Sales, Sermón para el día de la invención de la Santa Cruz)

… juzga la idea de que podemos enorgullecernos de nuestros pecados que tiene Francisco

  • El alma que ha consentido en el pecado ha de lavarse cuanto antes

El alma que ha consentido en el pecado ha de tener horror de sí misma y ha de lavarse cuanto antes, por el respeto que debe a la divina Majestad, que le está mirando. ¿Por qué pues, hemos de morir de muerte espiritual, teniendo, como tenemos, un remedio tan excelente? (San Francisco de Sales. Introducción a la vida devota, 2, 19)

… juzga la idea de origen de los Salmos que tiene Francisco

  • La Sagrada Escritura es regla de la fe cristiana

La Sagrada Escritura es de tal manera regla de nuestra fe cristiana, que quien no cree todo lo que ella contiene o creyere algo que de alguna manera la contradijera es considerado como infiel. […] Pero estoy perdiendo el tiempo; todos estamos de acuerdo sobre esto, y si alguien estuviera tan desesperado que llegara a contradecirnos, no sabiendo apoyar su propia contradicción nada más que en las mismas Escrituras, se contradice a sí mismo, antes que contradecir las Escrituras, sirviéndose de ellas al mismo tiempo que protesta no quererse servir de las mismas. (San Francisco de Sales. Meditaciones sobre la Iglesia, Parte II, cap. 1, a. 1. Madrid, BAC, 1985, p. 171)

… juzga la idea de obediencia religiosa que tiene Francisco

  • Debemos querer lo que Dios quiere, o sea, lo que quieren los superiores

No deseéis, pues, nada más que lo que Dios quiere y haced lo que os diga el que os mande, con tal que no haya pecado en ello. Quered lo que quieren los superiores y querréis lo que Dios quiere: con ello seréis de veras obedientes y dichosos. (San Francisco de Sales. Epistolario, fragm. 46, I)

… juzga la idea de condenación eterna que tiene Francisco

  • Considerar la eternidad de las llamas basta para hacer intolerable el infierno

Los condenados están dentro del abismo infernal como en una ciudad infortunada, en la cual padecen tormentos indecibles, en todos sus sentidos y en todos sus miembros, pues, por haberlos empleado en pecar, han de padecer en ellos las penas debidas al pecado. […] Además de todos estos tormentos, todavía hay otro mayor, que es la privación y la pérdida de la gloria de Dios, que jamás podrán contemplar. […] ¡Oh Dios mío, qué pesar, el verse privado para siempre de la visión de tu dulce y suave rostro!
Considera, sobre todo, la eternidad de las llamas, que, por sí sola hace intolerable el infierno.
¡Ah!, si un mosquito en la oreja, si el calor de una ligera fiebre es causa de que nos parezca larga y pesada una noche corta, ¡cuán espantosa será la noche de la eternidad, en medio de tantos tormentos! De esta eternidad nace la desesperación eterna, las blasfemias y la rabia infinita. (
San Francisco de Sales. Meditación 7, cap. 15) 

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Seudosínodo: Bergoglio se carga los Mandamientos de Dios -    La herética anticatólica  Cristina Inogés  ha afirmado también que lo nuclear ...