R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que nos acompañen a la hora de nuestra muerte, y ofrezcan la Santa Misa por nosotros



♰♰♰

viernes, 6 de marzo de 2020

Acto de reparación al Sagrado Corazón de Jesús (para el primer viernes del mes)



Oración en reparación por las blasfemias, compuesta por Su Santidad Pío  XII

¡Oh, Augustísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que aun siendo infinitamente feliz en Ti y por Ti por toda la eternidad, te dignas aceptar benignamente el homenaje que de toda la Creación se alza hasta tu trono excelso!
 Entorna tus ojos, te rogamos, y cierra tus oídos divinos ante aquellos desventurados que, o cegados por la pasión o arrastrados por un impulso diabólico, blasfeman inicuamente contra tu nombre y los de la Purísima Virgen María y los santos.
 Detén, ¡oh, Señor!, el brazo de tu justicia, que podría reducir a la nada a quienes se atreven a hacerse reos de tanta impiedad.
 Acepta el himno de gloria que incesantemente se eleva desde toda la naturaleza: desde al agua de la fuente que corre limpia y silenciosa, hasta los astros que brillan y recorren una órbita inmensa, en lo alto de los cielos, movidos por tu Amor.
 Acepta en reparación el coro de alabanzas que, como el incienso ante el altar, surge de tantas almas santas que caminan, sin desviarse jamás, por los senderos de tu ley, y con asiduas obras de caridad y penitencia intentan aplacar tu justicia ofendida.
 Escucha el canto de tantos espíritus elegidos que consagran su vida a celebrar tu gloria, y la alabanza perenne que a todas horas y en todo lugar te ofrece la Iglesia.
 Y haz que un día, convertidos a Ti los corazones blasfemos, todas las lenguas y todos los labios entonen concordes en este tierra aquel canto que resuena sin cesar en los coros de los ángeles: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios de los Ejércitos. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Amen.


 
 
RENOVACIÓN DE LA CONSAGRACIÓN PARA LOS PRIMEROS VIERNES DE MES
Se recomienda hacer después de comulgar y de ser posible delante de la imagen del Sagrado Corazón
¡Oh amabilísimo Jesús mío! Para probarte mi gratitud,
y en desagravio del gran número de infidelidades con que
te he ofendido, yo_______________ te ofrezco mi corazón, me
consagro enteramente a Ti y propongo con tu gracia no volver a ofenderte jamás.



 

NUEVE PRIMEROS VIERNES. PROMESAS DE NUESTRO SEÑOR
 
 

 A los que vivan la devoción a su Sagrado Corazón


 


A partir de la primera revelación, Santa Margarita María Alacoque sufriría todos los primeros viernes de mes, hasta su muerte, la experiencia mística de la llaga del costado de Jesús. Estos eran los momentos particularmente elegidos por el Señor para manifestarle lo que quería de ella y para descubrirle los secretos de su amable Corazón.

Propósito de la devoción: 

Reparación al Corazón de Jesús.

 
Las promesas de Jesús dada por medio de Santa Margarita María Alacoque a los que practicaran y propagaran dicha devoción. Incluye la promesa a quienes comulguen nueve primeros viernes de mes.

El motivo principal de la devoción debe ser el amor a Jesús y no solo las promesas ligadas a ella. Sin embargo si el mismo Jesús quiso darnos un aliciente con sus promesas, podemos legítima y provechosamente apoyarnos también en ellas para fortalecer nuestra débil voluntad para todo lo que es el servicio de Dios. 


Consiste en comulgar (naturalmente en estado de gracia, habiendo confesado antes si se está en pecado mortal) el primer viernes de cada mes durante nueve meses seguidos. Esfuérzate en no interrumpirlos. Si por alguna causa has dejado de comulgar un solo primer Viernes, has de empezar otra vez. Se sugiere confesarse con intención de reparar las ofensas al Sagrado Corazón.

Para ganar esta gracia debemos: 

1-Recibir sin interrupción la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes consecutivos.
2-Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
3-Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
4-Oración: "Oh Dios, que en el corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío."

Promesas:

(1) Les daré todas las gracias necesarias en su estado de vida.
(2) Estableceré la paz en sus hogares.
(3) Los consolaré en todas sus aflicciones.
(4) Seré su refugio en su vida y sobre todo en la muerte.
(5) Bendeciré grandemente todas sus empresas.
(6) Los pecadores encontrarán en Mi Corazón la fuente y el océano infinito de misericordia.
(7) Las almas tibias crecerán en fervor.
(8) Las almas fervorosas alcanzarán mayor perfección.
(9) Bendeciré el hogar o sitio donde esté expuesto Mi Corazón y sea honrado.
(10) Daré a los sacerdotes el don de tocar a los corazones más empedernidos.
(11) Los que propaguen esta devoción, tendrán sus nombres escritos en Mi Corazón, y de El, nunca serán borrados.


(12) Nueve primeros viernes: Yo les prometo, en el exceso de la infinita misericordia de mi Corazón, que Mi amor todopoderoso le concederá a todos aquellos que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final; no morirán, en desgracia ni sin recibir los sacramentos; Mi divino Corazón será su refugio seguro en este último momento.

Fuente: Catolicidad


Recuerden hermanos que en esta pagina solamente le recomendamos asistir a la misa en Latín de sacerdotes católicos que prediquen la Sana Doctrina y que estén en contra del aborto y de la homosexualidad porque en ese caso no estarían reparando si por el contrario se están haciendo participes y cómplices de la gran apostasía actual. Haga la comunión espiritual sino no tiene un sacerdote fiel a la doctrina católica disponible.




Los tres pasos de la comunión espiritual
Fuente Catholic.net-religión en libertad.
 
El concepto es sencillo: comulgar espiritualmente consiste en desear comulgar sacramentalmente, alimentando ese deseo con los mismos afectos y determinaciones con que nos preparamos a hacerlo en la misa. Pero una idea tan simple envuelve un misterio infinito, sobre el que llamó la atención Santo Tomás de Aquino en la Summa Theologica: "Comer espiritualmente a Cristo es también recibir espiritualmente el sacramento". Es decir, que puede producir los mismos frutos, aunque no ex opere operato (por la misma fuerza del sacramento) sino ex opere operantis (según las disposiciones del fiel).
De ahí que el Concilio de Trento la recomendara en tiempos en que la negación luterana de la transustanciación había enfriado o extirpado la devoción eucarística.

 

 

Asimismo lo hicieron San Francisco de Sales y San Alfonso María de Ligorio, dos grandes maestros de la vida moral, cuando los estragos de la Reforma, primero, y la fiebre de la desviación jansenista con su rigorismo extremo, después, alejaban a los cristianos de su alimento natural.

No está prescrita ninguna oración específica, pero sí son precisos tres pasos.

Primero, un acto de fe en la presencia real de Cristo bajo las especies eucarísticas. Segundo, el deseo de tomarlo sacramentalmente y unirse en intimidad con Él. Y tercero, la petición de alcanzar las mismas gracias que si nos la diera el sacerdote.

Si se cumplen estos requisitos, pueden ganarse las indulgencias que la Iglesia otorga a quienes practican esta devoción, aunque es requisito para esto último, como es obvio, el estado de gracia.

Y con la frecuencia que se desee: "Cualquier devoto puede cada día y cada hora comulgar espiritualmente con fruto" si tiene "buena voluntad y devota intención" de hacerlo sacramentalmente, dice Tomás de Kempis en la Imitación de Cristo.
 
Fórmula de San Alfonso María de Ligorio para la Comunión Espiritual

Creo, Jesús mío, que estáis realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar.
Os amo sobre todas las cosas y deseo recibiros en mi alma.
Pero como ahora no puedo recibiros sacramentado,
venid a lo menos espiritualmente a mi corazón.

(Pausa en silencio para adoración)

Como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno todo a Vos.
No permitáis, Señor, que jamás me separe de Vos. Amén.

La Fiesta de Cristo Rey al igual que la devoción  al Sagrado Corazón  de Jesús se oponen al liberalismo. Ya que reconocer al Sagrado Corazón  de Jesucristo implica luchar para que Cristo reine en nuestras vidas, en nuestros hogares y en la Sociedad.
Papa Pío IX  que estableció la fiesta de Cristo Rey 1925 contra el moderno laicismo en la carta encíclica Quas Primas. El Papa Pío XI  instituyó la fiesta de Cristo Rey contra el “liberalismo”, que afirma la laicidad del Estado y niega los Derechos de Jesucristo. Papa  Pío XI, Quas primas: «Después, poco a poco, la religión cristiana fue igualada con las demás religiones falsas y rebajada indecorosamente al nivel de éstas».
 
Bergoglio se opone al Reinado de Cristo



EXTRACTOS DE

 "HAURIETIS AQUAS"

DEL PAPA PÍO XII
Publicado por  Oblato del Buen Pastor



"...manifiesto es que este culto es el acto de religión por excelencia, esto es, una plena y absoluta voluntad de entregarnos y consagrarnos al amor del Divino Redentor, cuya señal y símbolo más viviente es su Corazón traspasado. E igualmente claro es, y en un sentido aún más profundo, que este culto exige ante todo que nuestro amor corresponda al Amor divino. Pues sólo por la caridad se logra que los corazones de los hombres se sometan plena y perfectamente al dominio de Dios, cuando los afectos de nuestro corazón se ajustan a la divina voluntad de tal suerte que se hacen casi una cosa con ella, como está escrito: «Quien al Señor se adhiere, un espíritu es con El» (I Cor.6,17)



Y para que la devoción al Corazón augustísimo de Jesús produzca más copiosos frutos de bien en la familia cristiana y aun en toda la humanidad, procuren los fieles unir a ella estrechamente la devoción al Inmaculado Corazón de la Madre de Dios. Ha sido voluntad de Dios que, en la obra de la Redención humana, la Santísima Virgen María estuviese inseparablemente unida con Jesucristo; tanto, que nuestra salvación es fruto de la caridad de Jesucristo y de sus padecimientos, a los cuales estaban íntimamente unidos el amor y los dolores de su Madre. 



Por eso, el pueblo cristiano que por medio de María ha recibído de Jesucristo la vida divina, después de haber dado al Sagrado Corazón de Jesús el debido culto, rinda también al amantísimo Corazón de su Madre celestial parecidos obsequios de piedad, de amor, de agradecimiento y de reparación. En armonía con este sapientísimo y suavísimo designio de la divina Providencia, Nos mismo, con un acto solemne, dedicamos y consagramos la santa Iglesia y el mundo entero al Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen María.


 

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