(NCRegister/InfoCatólica)
Tras los actos idolátricos ante la Pachamama
Exorcistas piden que el 6 de diciembre sea día de ayuno, oración y reparación por la influencia diabólica en la Iglesia
Cuatro exorcistas emitieron una declaración conjunta pidiendo a los católicos de todo el mundo que dediquen el 6 de diciembre como un día de ayuno, oración y reparación, «con el propósito de expulsar cualquier influencia diabólica en la Iglesia que se haya obtenido como resultado de los recientes acontecimientos» junto con cualquier otro evento.
Por lo tanto, exhortamos a todos los católicos que reconocen el mal de dichos eventos a unirse a nosotros en un día de oración y penitencia el 6 de diciembre.
Les pedimos a todos los que participan que hagan lo siguiente por esta intención:
1.) Rezar el rosario;
2.) Realizar alguna forma de penitencia, como ayuno, abstinencia y otras formas de mortificación;
3.) Ofrecer las oraciones al Sagrado Corazón, que se ofrecen a continuación.
Otros actos recomendados que alentamos a otros a hacer para esta intención es hacer una Hora Santa frente al Santísimo Sacramento y asistir a Misa ese día, ofreciendo los méritos de la Misa para esta intención.
Que la Divina Misericordia descanse sobre todos nosotros.
Acto de Consagración del género humano a Cristo Rey
Jesús dulcísimo, Redentor del género humano, míranos postrados humildemente en tu presencia. Tuyos somos y tuyos queremos ser; y para estar más firmemente unidos a ti, hoy cada uno de nosotros se consagra voluntariamente a tu Sagrado Corazón. De hecho Muchos nunca te han conocido; muchos te han rechazado, despreciado tus Mandamientos. Ten piedad de todos ellos, Jesús misericordioso, y llévalos a Tu Sagrado Corazón.
Reina, Señor, no sólo sobre los que nunca se han separado de ti, sino también sobre los hijos pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no mueran de miseria y de hambre.
Reina sobre aquellos que están extraviados por el error o separados por la discordia, y haz que vuelvan al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que pronto no haya más que un solo rebaño y un solo pastor.
Sé Tú Rey de todos aquellos que todavía están involucrados en la oscuridad de la idolatría o del islamismo; no rehúses atraerlos a todos a la luz y al reino de Dios. Dirige tus ojos de misericordia hacia los hijos de esa raza, que una vez fue tu pueblo elegido: que desde antaño invocaron sobre sí mismos la Sangre del Salvador; que ahora descienda sobre ellos una fuente de redención y de vida.
Reina sobre aquellos que están extraviados por el error o separados por la discordia, y haz que vuelvan al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que pronto no haya más que un solo rebaño y un solo pastor.
Sé Tú Rey de todos aquellos que todavía están involucrados en la oscuridad de la idolatría o del islamismo; no rehúses atraerlos a todos a la luz y al reino de Dios. Dirige tus ojos de misericordia hacia los hijos de esa raza, que una vez fue tu pueblo elegido: que desde antaño invocaron sobre sí mismos la Sangre del Salvador; que ahora descienda sobre ellos una fuente de redención y de vida.
Concede, Señor, a tu Iglesia una plena libertad y la inmunidad contra el daño; da paz y orden a todas las naciones, y haz que la tierra resuene de polo a polo con un solo grito: Alabado sea el Corazón Divino que obró nuestra salvación;; a él la gloria y el honor por los siglos. Amen
Nota:
Los herejes modernistas mutilaron esta oración eliminando la súplica por la conversión de los paganos, de los musulmanes, y la conversión de los judíos para hacerla ´ecuménica´.
Como podemos comprobarlo con la versión original en Latín
LATÍN
Nota:
Los herejes modernistas mutilaron esta oración eliminando la súplica por la conversión de los paganos, de los musulmanes, y la conversión de los judíos para hacerla ´ecuménica´.
Como podemos comprobarlo con la versión original en Latín
LATÍN
ACTUS CONSECRATIÓNIS HUMÁNI GÉNERIS AD SACRATÍSSIMI CORDIS JESU
Jesu dulcíssime, Redémptor humáni géneris, réspice nos ad altáre (Extra ecclesiam vel oratorium, dicitur: ante conspéctum) tuum humíllime provolútos. Tui sumus, tui esse vólumus; quo autem tibi conjúncti fírmius esse possímus, en hódie sacratíssimo Cordi tuo se quisque nostrum sponte dédicat. Te quidem multi novére nunquam; te, spretis mandátis tuis, multi repudiárunt. Miserére utrorúmque, benigníssime Jesu, atque ad sanctum Cor tuum rape univérsos.
Rex esto, Dómine, nec fidélium tantum qui nullo témpore discessére a te, sed étiam prodigórum filiórum qui te reliquérunt: fac hos, ut domum patérnam cito répetant, ne miséria et fame péreant.
Rex esto eórum, quos aut opiniónum error decéptos habet, aut discórdia separátos, eósque ad portum veritátis atque ad unitátem fídei révoca, ut brevi fiat unum ovíle et unus pastor.
Rex esto, eórum ómnium, qui in ténebris idololatríæ aut islamísmi adhuc versántur, eósque in lumen regnúmque tuum vindicáre ne rénuas.
Réspice dénique misericórdiæ óculis illíus gentis fílios, quæ támdiu pópulus eléctus fuit: et Sanguis, qui olim super eos invocátus est, nunc in illos quoque redemptiónis vitǽque lavácrum descéndat.
Largíre, Dómine, Ecclésiæ tuæ secúram cum incolumitáte libertátem; largíre cunctis géntibus tranquillitátem órdinis; pérfice, ut ab utróque terræ vértice una résonet vox: “SIT LAUS DIVÍNO CORDI, PER QUOD NOBIS PARTA SALUS: IPSI GLÓRIA ET HONOR IN SǼCULA”. Amen.
ACTO DE CONSAGRACIÓN DEL GÉNERO HUMANO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Jesús, dulcísimo Redentor del género humano, míranos postrados humildemente delante de tu Altar (Fuera de la iglesia o el oratorio, decir: ante tu Presencia); tuyos somos y tuyos queremos ser, y a fin de estar más firmemente unidos a ti, he aquí que, hoy día, cada uno de nosotros se consagra espontáneamente a tu Sagrado Corazón.
Muchos, Señor, nunca te conocieron; muchos te desecharon al quebrantar tus Mandamientos; compadécete, Jesús, de los unos y de los otros, y atráelos a todos a tu Santo Corazón. Sé Rey, ¡Señor!, no sólo de los fieles que jamás se separaron de ti, sino también de los hijos pródigos que te abandonaron; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, no sea que perezcan de miseria y de hambre.
Sé Rey de aquéllos a quienes engañaron opiniones erróneas y desunió la discordia; tráelos al puerto de la Verdad y a la unidad de la Fe, para que luego no quede más que un solo Rebaño y un solo Pastor.
Sé Rey de los que aún siguen envueltos en las tinieblas de la idolatría o del islamismo. A todos dígnate atraerlos a la luz de tu Reino.
Mira, finalmente, con ojos de misericordia, a los hijos de aquel pueblo, que en otro tiempo fue tu predilecto; que también descienda sobre ellos, como bautismo de redención y vida, la sangre que reclamó un día contra sí.
Concede, Señor, a tu Iglesia incolumidad y libertad segura, otorga a todos los pueblos la tranquilidad del orden; haz que del uno al otro polo de la tierra resuene esta sola aclamación: “ALABADO SEA EL DIVINO CORAZÓN, POR QUIEN HEMOS ALCANZADO LA SALUD; A ÉL GLORIA Y HONOR, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS”. Así sea.
ACTO DE CONSAGRACIÓN DEL GÉNERO HUMANO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Jesús, dulcísimo Redentor del género humano, míranos postrados humildemente delante de tu Altar (Fuera de la iglesia o el oratorio, decir: ante tu Presencia); tuyos somos y tuyos queremos ser, y a fin de estar más firmemente unidos a ti, he aquí que, hoy día, cada uno de nosotros se consagra espontáneamente a tu Sagrado Corazón.
Muchos, Señor, nunca te conocieron; muchos te desecharon al quebrantar tus Mandamientos; compadécete, Jesús, de los unos y de los otros, y atráelos a todos a tu Santo Corazón. Sé Rey, ¡Señor!, no sólo de los fieles que jamás se separaron de ti, sino también de los hijos pródigos que te abandonaron; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, no sea que perezcan de miseria y de hambre.
Sé Rey de aquéllos a quienes engañaron opiniones erróneas y desunió la discordia; tráelos al puerto de la Verdad y a la unidad de la Fe, para que luego no quede más que un solo Rebaño y un solo Pastor.
Sé Rey de los que aún siguen envueltos en las tinieblas de la idolatría o del islamismo. A todos dígnate atraerlos a la luz de tu Reino.
Mira, finalmente, con ojos de misericordia, a los hijos de aquel pueblo, que en otro tiempo fue tu predilecto; que también descienda sobre ellos, como bautismo de redención y vida, la sangre que reclamó un día contra sí.
Concede, Señor, a tu Iglesia incolumidad y libertad segura, otorga a todos los pueblos la tranquilidad del orden; haz que del uno al otro polo de la tierra resuene esta sola aclamación: “ALABADO SEA EL DIVINO CORAZÓN, POR QUIEN HEMOS ALCANZADO LA SALUD; A ÉL GLORIA Y HONOR, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS”. Así sea.
Hacemos Actos de desagravio al Sagrado Corazón para expiar los abominables pecados de la homosexualidad, de los abusos sexuales de menores, por los abortos, por el pecado del adulterio y cualquier otro pecado de impureza sexual, por la idolatría a los falsos dioses de las falsas religiones, por los sacrilegios cometidos por los infieles apostatas, por la violación a los Santos Mandamientos.
¡Oh benignísimo Jesús! Por intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, os suplicamos que recibáis este voluntario acto de reparación; concedednos que seamos fieles a vuestros mandatos y a vuestro servicio hasta la muerte y otorgadnos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vivís y reináis, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
¡Oh benignísimo Jesús! Por intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, os suplicamos que recibáis este voluntario acto de reparación; concedednos que seamos fieles a vuestros mandatos y a vuestro servicio hasta la muerte y otorgadnos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vivís y reináis, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
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