San Juan de la Cruz, Doctor de la Iglesia, juzga la apostasía de Bergoglio de que católicos y musulmanes adoran al mismo Dios
Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar. […]
Lo que antiguamente habló Dios en los profetas a nuestros padres de muchos modos y de muchas maneras, ahora a la postre, en estos días nos lo ha hablado en el Hijo todo de una vez. En lo cual da a entender el Apóstol que Dios ha quedado como mudo y no tiene más que hablar, porque lo que hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado en el todo, dándonos al Todo, que es su Hijo.
Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo haría una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra alguna cosa o novedad. (San Juan de la Cruz. Subida del Monte Carmelo, lib. 2, cap. 22, n. 3-5)
Lo que antiguamente habló Dios en los profetas a nuestros padres de muchos modos y de muchas maneras, ahora a la postre, en estos días nos lo ha hablado en el Hijo todo de una vez. En lo cual da a entender el Apóstol que Dios ha quedado como mudo y no tiene más que hablar, porque lo que hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado en el todo, dándonos al Todo, que es su Hijo.
Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo haría una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra alguna cosa o novedad. (San Juan de la Cruz. Subida del Monte Carmelo, lib. 2, cap. 22, n. 3-5)
Bergoglio quitándose los zapatos para rendirle culto al falso dios Alá. |
San Juan de la Cruz, Juzga la idea de Bergoglio de que se puede interpretar la verdad en contra del Magisterio infalible
San Juan de la Cruz, juzga la herejía del indiferentismo religioso, de diálogo ecuménico que tiene Bergoglio
Es agravio a Dios no poner los ojos totalmente en Cristo
Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar. […] En lo cual da a entender el Apóstol que Dios ha quedado como mudo y no tiene más que hablar, porque lo que hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado en el todo, dándonos al Todo, que es su Hijo. Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo haría una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra alguna cosa o novedad. (San Juan de la Cruz. Subida del Monte Carmelo, II, 22, 3-5)
San Juan de la Cruz Juzga el panfleto herético “Amoris laetitia”:
“Quien a Dios busca queriendo continuar con sus gustos, lo busca de noche; y, de noche, no lo encontrara”. (San Juan de la Cruz , Cántico espiritual, 3, 3 )
San Juan de la Cruz Juzga la idea herética de Bergoglio de quien soy yo para juzgar a un (cura) gay que busca al ‘señor ’:
‟Hay quien no es capaz ni siquiera de cambiarse de sitio por Dios. Quisieran sentir gustos y consuelos de Dios sin hacer más esfuerzo que tragar lo que El les echa en la boca, y gozar lo que les pone en el corazón sin mortificarse ellos en nada; sin dejar sus gustos, consuelos y veleidades. Pero esperan en vano. Porque mientras ellos no salgan a buscar a Dios, por mucho que le llamen, no le encontrarán.” (San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, 3, 2).
Porque, para entrar en estas riquezas de su sabiduría, la puerta es la cruz, que es angosta. Y desear entrar por ella es de pocos; mas desear los deleites a que se viene por ella es de muchos. (San Juan de la Cruz, Del su Cántico espiritual )
San Juan le pidió a Dios, en su primera Misa, la gracia de permanecer libre de todo pecado mortal.
“Hay almas que se revuelcan en el cieno, como los animales que se revuelcan en él, y otras que vuelan, como las aves que en el aire se purifican y limpian”. (San Juan de la Cruz. )
San Juan de la Cruz juzga la idea que Bergoglio tiene sobre el sufrimiento humano
¡Si pudiéramos conocer la gloria fruto del sufrimientos no desearíamos consuelos!
¡Oh almas que queréis estar siempre seguras y consoladas! Si supieseis cuánto os conviene padecer sufriendo para llegar a eso, y cuánto provecho tiene el padecer y la mortificación para conseguir estos altos bienes, de ninguna manera buscaríais consuelo de Dios ni de las criaturas, sino que antes cargarías con la cruz bañada en hiel y vinagre y lo tendríais por gran dicha, viendo que si se muere así al mundo y a vosotros mismos, viviríais en Dios en el placer del espíritu, y sufriendo con paciencia lo exterior, mereceríais que Dios pusiese los ojos en vosotros para purificaros y limpiaros más profundamente porque así lo requieren algunos trabajos espirituales más de adentro. (San Juan de la Cruz. Llama de amor viva, Canción 2, 24)
San Juan de la Cruz ruega por nosotros.
San Juan de la Cruz ruega por nosotros.
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