El Miércoles Santo marca el final de la Cuaresma y el comienzo de la Pascua. El Miércoles Santo es el día en que se reúne el Sanedrín con Judas Iscariote, el tribunal religioso judío, para condenar a Jesús.
Catena Aurea Mateo 26, 14-25
Catena Aurea Mateo 26, 14-25
Orígenes, in Matthaeum, 35
Y se fue en busca de un príncipe de los sacerdotes, para entregar al que fue hecho sacerdote eternamente ( Sal 109,4); y se fue a buscar muchos príncipes de los sacerdotes, para venderles por precio al que quería redimir a todo el mundo.
Rábano
Y dice que se fue, porque tomó tan criminal designio, no forzado, no invitado, sino espontáneamente.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 80,2
Y añade: "Uno de los doce"; como si dijera, de la sección principal, de los que sublimemente fueron elegidos, y para designarle agrega: "Llamado Judas Iscariote" (de Isch-Queriióth, que quiere decir varón u hombre de Kerioth y vulgarmente Carioth, pueblo donde nació Judas): porque había otro Judas.
San Jerónimo
El infeliz Judas quiso compensar con el precio de su maestro el daño que creía se había hecho con la efusión del ungüento. Sin embargo, no pide una cantidad determinada, para que no pareciese lucrativa su perfidia, sino que dejó a la libertad de los compradores el dar lo que quisieran, como si entregara una propiedad vil.
Orígenes, in Matthaeum, 35
Y esto es lo que hacen todos los que reciben algo de las cosas corporales o mundanas, para que entreguen y arrojen fuera de su alma al Salvador, y a la palabra de la verdad que se hallaba en ellos.
Continúa: "Y ellos le señalaron treinta monedas de plata": señalándole tanta paga cuantos años el Salvador había vivido en este mundo.
San Agustín, quaestiones evangeliorum, 1,61
Mas, el haber sido vendido el Señor en treinta monedas de plata, simbolizó en la persona de Judas a los inicuos Judíos, quienes buscando las cosas carnales y temporales (que se refieren a los cinco sentidos del cuerpo), no quisieron admitir a Jesucristo, y como quiera que esto lo llevaron a efecto en la sexta edad del mundo, se simbolizó de este modo que ellos habían de recibir seis veces cinco como valor del Señor vendido. Y porque la palabra del Señor es plata (Salmo 11,7), ellos entendieron asimismo carnalmente la misma ley, pues habían grabado la imagen del principado secular como en plata, que obtuvieron cuando hubieron perdido al Señor.
Orígenes, in Matthaeum, 35
Mas San Lucas explica más claramente qué oportunidad era la que buscaba, Judas, cuando dice: "Y buscaba ocasión para entregarlo sin concurso de gentes" ( Lc 22,6); esto es, cuando el pueblo no estaba junto a El, sino cuando estaba retirado con sus discípulos; lo cual verificó, en efecto, entregándole después de la cena, cuando se hallaba retirado en el huerto de Getsemaní. Y verás si esta oportunidad se parece a los que al presente quieren hacer traición a la palabra de Dios en el tiempo de la persecución, cuando la muchedumbre de los creyentes no está cerca de la palabra de la verdad.
San Jerónimo
¡Oh admirable paciencia la del Señor! Primero había dicho: uno de vosotros me ha de entregar ( Mt 26,21), y el traidor persevera en su mal propósito. Le reprende con más claridad, y sin embargo, no le designa por su nombre. Pero Judas cuando los demás se afligen y retiran su mano, y se abstienen de llevar la comida a su boca, él con la temeridad y desvergüenza con que le había de entregar, hasta mete la mano en el plato con su maestro, para que su atrevimiento ocultase la situación de su espíritu.
San Jerónimo
Pero Judas una y otra vez avisado no retrocede de su traición, sino que parece que la paciencia del Señor fomenta su atrevimiento; y por lo tanto le anuncia el castigo, para que la intimación de la pena corrija a aquél a quien no había vencido el pundonor.
Orígenes, in Matthaeum, 35
No dijo: ay del hombre que le entregará, sino por quien será entregado, dando a conocer que era otro quien entregaba al Señor, esto es, el diablo, siendo el mismo Judas el ministro de la traición. ¡Ay, pues, de todos los traidores de Cristo! porque quien entrega a los discípulos de Cristo entrega al mismo Jesucristo.
Remigio
¡Ay también de todos los que se acercan a la sagrada mesa con maligna y manchada conciencia! Porque aunque no entreguen al Salvador a los judíos para que lo crucifiquen, lo entregan como alimento a sus inicuos miembros. Y para explicarlo más añade: "Más le valiera a aquel hombre no haber nacido", etc.
Orígenes, in Matthaeum, 35
Judas después de las preguntas de los apóstoles, y de las palabras del Salvador que se referían a él, preguntó luego a su vez con intención perversa, a fin de que, al hacer una pregunta parecida a las que hicieron los demás, ocultara su determinación de traicionar al Señor, porque el verdadero arrepentimiento no se detiene; por esto sigue: "Y respondiendo Judas que lo entregó, dijo: ¿Soy yo por ventura, Maestro?"
San Jerónimo
En cual probó su afecto fingido, o dio señal de su incredulidad: también los demás que no habían de entregarle dijeron: ¿Soy yo acaso, Señor? ( Mt 26,22) Pero éste que le había de entregar no le llama Señor, sino Maestro, como si pudiese servirle de excusa negar al Señor y entregar sólo a su Maestro.
Orígenes, in Matthaeum, 35
Y como queriendo subsanar esto mismo le llama Maestro, aun cuando no merecía nombrarle.
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