R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que nos acompañen a la hora de nuestra muerte, y ofrezcan la Santa Misa por nosotros



♰♰♰

jueves, 13 de abril de 2017

Jesús le lavó los pies de sus apóstoles, porque es un ritual de purificación sacerdotal.

Éxodo 30:20 "Antes de entrar en la Tienda del Encuentro se han de lavar con agua para que no mueran; también antes de acercarse al altar para el ministerio de quemar los manjares que se abrasan en honor de Yahveh."

 

Dios instituyó  en el Antiguo Testamento el ritual del lavatorio de los pies para los sacerdotes, ordenando que era necesario obedecer el mandato de lavarse los pies en la fuente de bronce, como un acto de purificación instituido por Dios, el sacerdote no podía entrar al Santuario, si no se lavaba o purificaba antes sus pies. (Exodo 30:21), de modo que Aarón y sus hijos (como sacerdote) debían lavar allí sus pies cada vez que entraban al tabernáculo o al altar para ministrar (ofrecer sacrificio).


 
 
 
Quien le lava los pies a las mujeres y niños no sigue el ejemplo de Cristo sino su propio capricho para rendirle culto a las criaturas y desobedecer a Dios. Jesús  no le lavó los pies ni a su santísima madre, ni a María  Magdalena, ni a los niños, ni a los paganos, sino solamente a sus discípulos como ritual de purificación para el ministerio sacerdotal.


Los sacerdotes que sigan a Bergoglio en su rebelión modernista obedecen la voluntad de  un hombre y desobedecen la Voluntad de Dios, no le creen a Dios sino a un hereje.

La “fuente de bronce” estaba ubicada entre el altar de bronce y el Tabernáculo, ésta, no servía para ofrecer sacrificios, sino para lavarse en ella. Dios lo estableció como estatuto perpetuo: “También se lavarán las manos y los pies, y no morirán. Y lo tendrán por estatuto perpetuo” (Exodo 30:21)

El acto ceremonial de lavarse los pies en la Fuente de bronce, permitía que el sacerdote pudiera entrar a gozar de la presencia y comunión con Dios; para luego, poder oficiar los sacrificios por sí mismo y por todo el pueblo.

El lavatorio de los  pies en Juan 13 es un preludio a la propia Oración Sacerdotal de Jesús en Juan 17. Donde se está confiriendo así el sacerdocio a sus apóstoles.   

Y Jesús sólo le lavó los pies porque ya habían sido lavados por el bautismo.

Lavarle los pies a un musulmán que rechaza el bautismo y la redención,  es una rebelión contra la Santísima Trinidad.




Ezequiel 22:26
Los sacerdotes de este país tuercen el sentido de mis enseñanzas y profanan las cosas que yo considero sagradas; no hacen ninguna distinción entre lo sagrado y lo profano, ni enseñan a otros a distinguir entre lo puro y lo impuro. No ponen atención a mis sábados (mis días de reposo) , ni me honran.
Lavarle los pies a un sodomita travesti disfrazado de mujer, es una burla diabólica y una rebelión contra el Espiritu Santo santificador.


 
El papa Clemente XIII enseñó :
 “El error diabólico, cuando ha coloreado ingeniosamente sus mentiras, fácilmente se viste con la semejanza de la verdad, y con  muy pequeñas adiciones o cambios corrompe el significado de las expresiones; y la confesión de fe, que conduce a  la salvación, a veces, con un ligero cambio, lleva a  la muerte.”(Encíclica En Dominico Agro , n. 2).

 2 Timoteo 3:5
Aparentarán ser muy religiosos, pero con sus hechos negarán el verdadero poder de la religión.

El Padre Herman B. Kramer (1884-1976):
El Falso Profeta va a instituir ritos secretos, a través del cual los seguidores del Anticristo serán adelantados por grados en el misticismo más profundo de su culto. De este modo se establece Una especie de sistema sacramental diabólico para conferir las cualidades de Satanás y la consagración de la gente al servicio de la Bestia. The Book of Destiny" (1956) página 325 

1 comentario:

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

El anticatólico y activista homosexual Jorge Mario Bergoglio persigue a los sacerdotes fieles que no se unen a su rebelión contra Dios y contra la Iglesia católica

  "Persigamos al justo que nos fastidia" Proverbios 17:15  El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualme...