Entonces fue cumplido lo que se había dicho por Jeremías el Profeta, que dice: Voz fue oída en Ramá, lloro y mucho lamento. Raquel llorando sus hijos, y no quiso ser consolada, porque no son.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 9 (Catena Aurea)
Después de habernos llenado de horror con la narración de tan sangriento martirio, el evangelista, para calmar un tanto esta desagradable impresión, nos manifiesta que todas estas cosas no sucedieron porque Dios no pudiera impedirlo o porque las ignorase, sino según lo había anunciado por boca de su profeta. Por ello dice: "Entonces fue cumplido".
San Agustín, in sermonibus de Epiphania (Catena Aurea)
San Hilario, in Matthaeum, 1
Jamás este enemigo terrenal hubiera podido tributar a estos bienaventurados niños los beneficios que les tributó con su odio, porque mientras mayor fue el odio con que les persiguió, más abundante fue la gracia que los beatificó.
Rábano
No es cierto que hubiesen dejado de existir aquellos que se tenían por muertos. La gloria del martirio los había transportado a la vida de la eternidad. Debía, pues, ofrecerse consuelo por una cosa perdida, no por una cosa acrecentada. Raquel era la figura de la Iglesia, por mucho tiempo estéril y ahora fecunda; no gime y llora por los hijos que le han arrebatado, sino porque le han arrebatado a los que ella hubiera querido conservar como a hijos suyos muy queridos.
Raquel -cuyo nombre significa oveja, o el que ve-, es figura de la Iglesia, cuyo único deseo es contemplar a Dios. Es también la centésima oveja que el pastor lleva sobre sus hombros.
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