Santa Marta: “Yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios”
Beda. (Catena Aurea):
Beda.
Santa Marta: "Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo"
Santa Marta: “Yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios”
¡Santiago y cierra, España! |
AÑO LITÚRGICO – Dom Prospero Gueranger
UN ÍNTIMO AMIGO DEL SEÑOR. — Santiago es uno de los doce. Se le llama el “Mayor” para distinguirle de Santiago, primo de Jesús. Era hermano de Juan el Evangelista, ambos hijos del Zebedeo. Sabemos cómo el Señor, en cierta ocasión, apodó a los dos hermanos “hijos del trueno”, a causa de su temperamento ardiente y, sin duda, también porque un día le habían de pedir bajase fuego del cielo sobre una ciudad inhospitalaria.
Santiago pertenecía a una familia de Pescadores del lago de Tiberiades que poseía barcas propias y criados. Los evangelios nos relatan de talladamente su vocación. Zebedeo, sus hijos y sus servidores, se disponían a reparar sus redes junto a la ribera del mar, cuando, pasando el Señor cerca de aquel lugar, llamó a sí a los dos hermanos. Inmediatamente ellos abandonaron todo para seguirle, dejando redes, barcas y a su propio padre. Esta gran generosidad nunca se desmentirá, y Jesús sentirá hacia Santiago y Juan el mismo afecto privilegiado que tuvo para con Pedro. Serán los tres íntimos confidentes de sus pensamientos, y sólo ellos asistirán a la resurrección de la hija de Jairo, a la Transfiguración y a la agonía del huerto de los olivos.
Después de Pentecostés, Santiago el Mayor predicó el Evangelio en Judea y Samaría. Mas su apostolado fué de corta duración, y mientras que su hermano Juan debía ser el último de los apóstoles en abandonar este mundo, él fué el primero de todos ellos en derramar su sangre por el Señor: Herodes Agripa I hízole decapitar. Clemente de Alejandría refiere que su constancia y su caridad convirtieron a su verdugo, que imploró su perdón mientras le arrastraban al suplicio. Santiago, conmovido, abrazóle diciendo: “¡La paz sea contigo!” Y el verdugo murió también decapitado, y mártir de Cristo.
LA MUERTE PRECIOSA. — No pensemos que esta muerte prematura acaecida antes del año 44, pudo haber desconcertado el plan del Altísimo sobre el apostolado al que tenía destinado a Santiago. La vida de los santos jamás queda a medias; su muerte, siempre preciosa, lo es más aún cuando semeja adelantarse a su hora por la causa de Dios. Entonces es cuando puede decirse verdaderamente que les acompañan sus obras, puesto que el honor de Dios exige que no falte nada a su plenitud: “Juzgarán a las naciones, dominarán los pueblos, y el Señor reinará por ellos eternamente”, decía ya el Libro de la Sabiduría. Este oráculo debía realizarse en el Apóstol que fué elegido para ser jefe de una cruzada y protector de una nación.
PATRONO DE ESPAÑA. — Santiago es el Patrono y Protector de España. A él se le invocó constantemente durante la época de la Reconquista hasta obtener su liberación del yugo de los infieles. Al grito de ¡Santiago! ¡Santiago! ¡Santiago! ¡Y cierra España! los españoles durante ocho siglos hicieron guerra sin cuartel a los secuaces de Mahoma, impidieron con su valor y su sangre que Europa fuera devorada por ellos, y, por fin, acabaron por arrojar a los musulmanes a Africa. Fue una cruzada larga y heroica, y llevada a cabo con sus solas fuerzas y cuyos frutos fueron más provechosos y duraderos que los obtenidos por las cruzadas más espectaculares cuyo teatro fue Oriente.
Esta lucha constante dio un temple especial a la fe de los españoles, de la que Dios habia de servirse para ser un muro contra Lutero y sus huestes en Europa, y sobre todo, para implanter la fe al Nuevo Mundo por ellos descubierto. En los Anales de la Propagación de la Fe y la Colonización no ha habido obra comparable a la realizada por España y sus Reyes en sus posesiones de América y Asia. Los descubridores como Cristóbal Colón, Vasco de Gama, Alburquerque, y los grandes conquistadores como Hernán Cortés, Pizarro, Balboa, Valdivia, etc., se acordaron de celebrar al Santo Apóstol, y en honra y memoria suya impusieron su nombre bandito a muchos pueblos y ciudades por ellos descubiertos o conquistados.
ORACIÓN POR ESPAÑA. — Patrón de España, no olvides a nuestro pueblo que te debe a la vez su nobleza en los cielos y su prosperidad en este undo. Consérvale ese espíritu valiente de cruzado que ha conservado hasta estos últimos años en su lucha contra el comunismo; que siempre pueda gozarse de ser gobernado por hombres de Estado genuinamente católicos; que este pueblo tuyo siga siendo uno de los más sólidos pilares de la verdadera fe, el más intrépido defensor de la Santa Sede y de la Iglesia Católica.
ATRACTIVO DE SANTIAGO. — Mas al mismo tiempo acuérdate, Santo Apóstol, del culto especial con que la Iglesia entera te honra. ¿Dónde están aquellos siglos, grandes por tu fuerza de expansion al exterior, que fueron superados con todo eso por el maravilloso poder de atraerlo todo a tique el Señor te habla comunicado? ¿Quién podrá contar la muchedumbre de Santos, reyes, penitentes, guerreros, desconocidos de toda condición, multitudes infinitas, sin cesar renovadas gravitando en torno de tu santuario, como bajo la influencia de esas leyes que regulan el orden del firmamento que se eleva por encima de nuestras cabezas, sino aquel que enumera los astros del cielo? Inmenso ejército continuamente en marcha hacia ese campo de la estrella desde donde irradiaban sus fulgores a todo el mundo. ¿No es este el sentido de la misteriosa mission atribuida, en nuestras antiguas leyendas, al gran emperador por quien fue fundada la Europa Cristiana cuando, en el atardecer de un día de labor, contemplaba desde las orillas del mar de Frisia esa larga zona estrellada que, atravesando el cielo de parte a parte semeja pasar por entre las Galias, Alemania e Italia para, desde allá, cruzando la Gascuña, País Vasco y Navarra, alcanzar las tierras de la lejana Galicia? Se narra que tú mismo te apareciste entonces a Carlos diciéndole: “Ese camino estrellado marca la ruta que se ofrece para rescatar mi sepulcro, y que después de ti seguirán todos los pueblos.”
LOS DOS SEPULCROS. — Mas cuando pasamos a considerar que fueron dos sepulcros, en extremos opuestos, los polos queridos por Dios de este movimiento del todo incomparable en la historia de las naciones, uno en el que el mismo Dios descansó como en lecho de muerte, y el otro, oh hijo del Zebedeo, el que conserva en Compostela tu memoria, ¿cómo no prorrumpiremos presas de admiración en la exclamación del Salmista: “¡Oh Dios, sumamente honrados han sido tus amigos!”. Ojalá que la inspiración de lo alto, cuyo retorno a las grandes peregrinaciones católicas es uno de los más felices augurios de nuestros tiempos, condujera de nuevo hacia Compostela a los hijos de los peregrinos de antaño. Nosotros, por nuestra parte, repetiremos con San Luis la colecta de tu fiesta, que con labios moribundos balbuceaba frente a Túnez: “Dígnate, Señor, ser el guardián y santificador de tu pueblo, para que, protegido con la asistencia de tu Santo Apóstol Santiago, te agrade con sus obras y te sirva fielmente”.
“Tres santos”, dijo nuestro Señor a Santa Brígida de Suecia, “me han sido más agradables que todos los demás: María mi madre, Juan el Bautista y María Magdalena". Los Padres nos dicen que Magdelene es un tipo de Iglesia Gentil llamada desde la profundidad del pecado a la santidad perfecta” ~ Dom Prosper Guéranger.
“Quien no se arrepiente de verdad, no ama de veras; es evidente que cuanto más queremos a una persona, tanto más nos duele haberla ofendido. Es, pues, este uno más de los efectos del amor.” (Sobre la caridad, 1. c., 205).
Crisóstomo in Mat. hom. 6Así sucedió que esta mujer pecadora se hizo más honesta que las vírgenes, después que se consagró a la penitencia y se dedicó a amar a Dios. Y todo esto que se ha dicho, se hacía exteriormente, pero lo que revolvía su intención, y que sólo Dios veía, era mucho más ferviente.
Crisóstomo in Mat hom. 6Así como después de un crudo invierno, aparece la calma de la primavera, así después de la efusión de lágrimas, aparece la tranquilidad y termina la tristeza que ocasionan las culpas. Y así como por medio del agua y del espíritu nos purificamos, así también por medio de las lágrimas y de la confesión. Por esto sigue: "Por lo cual le dijo: que perdonados le son muchos pecados, porque amó mucho". Los que con violencia obraron el mal, también con el mismo fervor se dedican a obrar bien cuando conocen lo mucho que deben.
Crisóstomo in Mat hom. 38Necesitamos que nuestra alma sea fervorosa, porque no hay impedimento alguno para que el hombre se engrandezca. Ninguno de los que pecan mucho desespere ni tampoco se duerma el que practique la virtud. Este no debe confiar porque muchas veces le precederá una prostituta, ni tampoco desconfíe aquél, porque es posible que aventaje aun a los más santos. Por esto se añade: "Dijo a ella: Perdonados te son tus pecados".
San Cirilo:Sin embargo, una mujer de vida deshonesta, manifestando un fiel afecto, viene a Cristo para que la libre de toda culpa y le conceda el perdón de todos los pecados cometidos. Prosigue, pues: "Y una mujer pecadora que había en la ciudad, cuando supo que estaba a la mesa, llevó un vaso de alabastro, lleno de ungüento", etc. (San Lucas, 7:36-50)
Esta María es aquella misma que derramó sobre el Señor el perfume, y le limpió los pies con sus cabellos; de la cual era hermano el Lázaro que estaba enfermo.Juan 11:2
Catena Aurea Alcuino: Y como había muchas mujeres con este nombre, a fin de no errar, nos la señala por una acción muy conocida: "Y María era la que había ungido al Señor con ungüento", etc.
San Gregorio Magno, homiliae In Evangelia, 33,1O bien podrá decirse que ésta es la misma mujer que San Lucas llama pecadora y San Juan llama María.
Marcos 16:9 Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios.
San Gregorio Magno, homilia in Evangelia, 21
Así como Sansón no sólo salió de Gaza a medianoche, sino que se llevó las puertas, así resucitando antes del día nuestro Redentor no solamente salió libre del infierno, sino que también destruyó sus barreras. San Marcos dice que el Señor lanzó siete demonios de María, y ¿qué significan estos siete demonios sino los todos los vicios del mundo? Porque así como se comprende todo el tiempo en siete días, se comprenden o representan todas las cosas en el número siete. Por eso los siete demonios que tuvo María significan todos los vicios de que estuvo llena.
TeofilactoO es que representa el Evangelista en estos demonios a los siete espíritus contrarios a las virtudes, como el espíritu sin temor de Dios, sin sabiduría, sin entendimiento, o sin otro cualquiera de los dones del Espíritu Santo.
Pseudo JerónimoAsí pues, se manifiesta primero a ella, de quien había lanzado siete demonios, porque las meretrices y los publicanos precederán a la sinagoga en el reino de Dios, como el ladrón precedió a los Apóstoles.
BedaCon razón, pues, se recuerda que esta mujer, que fue la primera que anunció la alegría de la resurrección del Señor, había sido librada de siete demonios, para que no desespere del perdón de sus pecados ninguno que haga verdadera penitencia, y para hacer ver que donde abundó el pecado sobreabunda la gracia.
María Magdalena es aquella misma de quien dijo en el capítulo precedente, callando su nombre, que había hecho penitencia. Con toda oportunidad el evangelista la da a conocer con este nombre, cuando dice que seguía a Jesucristo. Pero cuando la describe como pecadora (pero penitente), la llama solamente mujer, para no empañar un nombre de tanta fama con el recuerdo de los pasados extravíos, de quien se dice habían salido siete demonios, significando que había tenido todos los vicios.
¿Qué se entiende por siete demonios, sino todos los vicios? Pues como en siete días se presenta todo el tiempo, así el número siete representa la universalidad. María tuvo siete demonios, porque había cometido toda clase de pecados.
San Ambrosio:
San Mateo cita a esta mujer derramando perfumes sobre la cabeza del Señor. Por eso no quiso decir pecadora, porque la pecadora, como dice San Lucas, los derramó sobre sus pies. Puede también no ser la misma y entonces no aparece contradicción entre lo que dicen los evangelistas. Para resolver esta cuestión de la diferencia de mérito y de tiempo, se puede decir que aquélla era todavía pecadora y que ésta era ya más perfecta.Yo creo que debe entenderse que fue la misma María la que hizo esto dos veces. Una vez, como dice San Lucas, cuando se acercó primeramente con humildad y lágrimas, mereciendo el perdón de sus pecados. De aquí, San Juan, cuando empezó a hablar de la resurrección de Lázaro, antes que Jesús viniese a Betania, dijo: "Y María era la que había ungido al Señor con un ungüento y la que había enjugado los pies de Jesús con sus cabellos, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo" ( Jn 11,2). María ya había hecho esto y lo volvió a hacer en Betania, y aunque San Lucas no lo dice, sí lo refieren los otros evangelistas.
Alcuino. (Catena Aurea)San Agustín De cons. evang., 2, 79O bien al decir esto San Juan apoya a San Lucas, que refiere que este hecho tuvo lugar en casa de un cierto fariseo llamado Simón. Ya María había hecho esto; mas esto mismo que hizo en Betania por segunda vez, no lo cuenta San Lucas, pero lo refieren a la vez los otros tres evangelistas.
Oración:María Magdalena, te pido me ayudes a reconocer a Cristo en mi vida evitando las ocasiones de pecado. Ayúdame a lograr una verdadera conversión de corazón para que pueda demostrar con obras, mi amor a Dios.
Amén.
Con los que abusan de su misericordia para despreciarlo, usa de justicia. El Señor perdona los pecados, pero no puede perdonar la voluntad de pecar. Escribe San Agustín que quien peca con esperanza de arrepentirse después de pecar, no es penitente, sino que se burla de Dios (“Irrisor est, non poenitens”). El Apóstol nos advierte que de Dios no se burla uno en vano: De Dios nadie se burla (Gálatas 6:7). Sería burlarse de Dios ofenderlo como y cuanto uno quiere y después ir al cielo” (Sermón 32, Ilusiones del pecador ).
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