R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que nos acompañen a la hora de nuestra muerte, y ofrezcan la Santa Misa por nosotros



♰♰♰

sábado, 16 de julio de 2022

Ser verdaderamente miembros de la familia carmelita significa que estamos comprometidos a vivir en santidad

 


Al recibir el Escapulario de la Virgen del Carmen nos convertimos en miembros de la orden y nos comprometemos a vivir santamente imitando su pureza.



Recibe este escapulario bendito y pide a la Virgen Santísima que por sus méritos, lo lleves sin ninguna mancha de pecado y que te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna”.

 — El Escapulario Marrón es reconocido por la Iglesia como un sacramental, es decir, un signo que nos ayuda a vivir una vida santa y a aumentar nuestra devoción.



San Claudio de la Colombiere advierte: “Tú preguntas: ¿y si yo quisiera morir con mis pecados?, yo te respondo, entonces morirás en pecado, pero no morirás con tu Escapulario”.  

 

“Nadie puede vivir continuamente en el pecado y continuar rezando el Rosario: o renunciarán al pecado o renunciarán al Rosario”. -Obispo Hugh Boyle 

 

Superior General de la Orden, Padre Kilian Lynch: No concluyamos, sin embargo, que el Escapulario está dotado de algún tipo de poder sobrenatural, que nos salvará, no importa lo que hagamos, o cuánto pequemos. Podríamos aplicar aquí lo que dice San Alfonso sobre la devoción a María en general: “Cuando declaramos que es imposible que un siervo de María se pierda, no nos referimos a aquellos que, por su devoción a María, se creen autorizados a pecar libremente. Decimos que estas personas temerarias, por su presunción, merecen ser tratadas con rigor y no con amabilidad. Hablamos aquí de los siervos de María que, a la fidelidad con que la honran y la invocan, se unen al deseo de enmendar su vida. Considero que es moralmente imposible que estos se pierdan”.

 

“¿En qué consiste la verdadera devoción a María Santísima?” –contesta San Antonio María Claret -: “En abstenerse de todo pecado, imitar sus virtudes, tributarle algunos obsequios, frecuentar los Santos Sacramentos, y hacer bien, con agrado y perseverancia, las oraciones y demás cosas de su servicio”.

 


Los Papas y los santos han alertado acerca de no abusar de la promesa de nuestra Madre como si nos pudiéramos salvar llevando el Escapulario sin conversión. El papa Pio XII nos advierte “ aunque es cierto que la Virgen María ama de manera especial a quienes son devotos de ella, aquellos que desean tenerla como auxilio a la hora de la muerte, deben en vida ganarse dicho privilegio con una vida de rechazo al pecado y viviendo para honrarla”.

Vivir en pecado y usar el Escapulario como ancla de salvación es cometer pecado de presunción, ya que la fe y la fidelidad a los mandamientos es necesaria para todos los que buscan el amor y la protección de Nuestra Señora.


 

San Pío X: Por eso, cada uno debe estar persuadido de que, si la piedad que declara hacia la Santísima Virgen no le aparta del pecado o no le estimula a la decisión de enmendar las malas costumbres, su piedad es artificial y falsa, por cuanto carece de su fruto propio y genuino”.
“Zelo zelatus sum pro Domino, Deo exercituum”


          “Así como los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme, así Nuestra Señora está satisfecha cuando sus servidores usan su Escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la familia de la Madre de Dios”   San Alfonso Mª de Ligorio

             

La Verdadera devoción a la Virgen María consiste en abstenernos de todo pecado. 





Don Bosco recomendó siempre pedirle a la Virgen María estas tres gracias todos los días, sin cansarnos nunca de pedirlas porque son importantísimas para vuestra salvación:

1. Evitar siempre el pecado mortal y conservar la gracia de Dios.

2. Huir siempre de toda amistad dañina para el alma.

3. Conservar siempre la bella virtud de la castidad.





Al igual que su hijo Jesucristo lo que más aborrece la virgen María  es el pecado.

¡Apartarse del pecado! Es la característica distintiva de todo hijo genuino de Dios. Nadie que sinceramente invoque el nombre de Dios puede seguir pecando. (Cf. 2 Timoteo 2:19)

La Escritura nos enseña que Jesucristo vino a destruir el Pecado y que la Voluntad de Dios consiste en nuestra santificación y que nos apartemos de toda inmoralidad sexual. (Cf.1 Tesalonicenses 4:3)

La Palabra de Dios nos enseña en  Gálatas 5:24 :

Y los que son de Cristo, han crucificado su carne, con los vicios y concupiscencias.

En Romanos 6:6 Leemos:
sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado.

Y en Gálatas 3:27 

Porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo, de Cristo os habéis revestido. 

Besemos nuestro santo Escapulario y pidamos a la santísima virgen su ayuda para que nos conservemos fieles a Cristo en este tiempo de Gran Apostasía, rogando humildemente a nuestra Madre: «Mostrad que sois mi Madre y haced que yo me muestre hijo vuestro». 





❀✿❀Oh Reina,

que eres la belleza del Carmelo, 

ruega por nosotros.❀✿❀


Indulgencia de 300 días. (405)



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