R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que nos acompañen a la hora de nuestra muerte, y ofrezcan la Santa Misa por nosotros



♰♰♰

domingo, 10 de febrero de 2019

Santa Escolástica ruega para que Dios proteja a nuestros hogares de la apostasía actual



10 de febrero
 Bienaventurados los limpios y castos de corazón, porque ellos verán á Dios. — San Mateo, 5.
Hermana gemela de  San Benito.
Virgen, religiosa fundadora de un monasterio y la orden de monjas benedictinas siguiendo las reglas de su hermano.

 
Martirologio Romano: Memoria de la sepultura de santa Escolástica, virgen, hermana de san Benito, la cual, consagrada desde su infancia a Dios, mantuvo una perfecta unión espiritual con su hermano, al que visitaba una vez al año en Montecasino, en la Campania, para pasar juntos una jornada de santas conversaciones y alabanza a Dios (c. 547).
 

La única fuente histórica sobre la vida de Santa Escolástica, hermana de San Benito, son los capítulos 33 y 34 del segundo libro de los Diálogos de San Gregorio Magno.

San Benito, durante la oración, vio que el alma de Escolástica volaba al cielo en forma de paloma, y a los 40 días él la siguió para vivir eternamente “la alegría celestial”.
La paloma es un emblema de la pureza e inocencia (Mateo 10:16). La paloma es un símbolo de la castidad y  de la paz que un fruto que viene del Espiritu Santo.

Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz” (Romanos 8:5-6).

Los 12 frutos del Espíritu Santo:
 Caridad | Gozo | Paz | Paciencia | Mansedumbre | Bondad | Benignidad | Longanimidad | Fe | Modestia | Templanza | Castidad

 Patrona de monjas. Patrona de los Estudiantes. Protectora contra las lluvias y tormentas, Protectora de los niños que convulsionan.
 
 
El prologo de la regla de San Benito nos enseña  que debemos renunciar a todo lo que nos aleja de Dios y obedecer sus Leyes para militar por Cristo.  
 
 
1 ESCUCHA, hijo, los preceptos del Maestro, e inclina el oído de tu corazón; recibe con gusto el consejo de un padre piadoso, y cúmplelo verdaderamente. 2 Así volverás por el trabajo de la obediencia, a Aquel de quien te habías alejado por la desidia de la desobediencia. 3 Mi palabra se dirige ahora a ti, quienquiera que seas, que renuncias a tus propias voluntades y tomas las preclaras y fortísimas armas de la obediencia, para militar por Cristo Señor, verdadero Rey.

4 Ante todo pídele con una oración muy constante que lleve a su término toda obra buena que comiences, 5 para que Aquel que se dignó contarnos en el número de sus hijos, no tenga nunca que entristecerse por nuestras malas acciones. 6 En todo tiempo, pues, debemos obedecerle con los bienes suyos que Él depositó en nosotros, de tal modo que nunca, como padre airado, desherede a sus hijos, 7 ni como señor temible, irritado por nuestras maldades, entregue a la pena eterna, como a pésimos siervos, a los que no quisieron seguirle a la gloria. 

8 Levantémonos, pues, de una vez, ya que la Escritura nos exhorta y nos dice: "Ya es hora de levantarnos del sueño". 9 Abramos los ojos a la luz divina, y oigamos con oído atento lo que diariamente nos amonesta la voz de Dios que clama diciendo: 10 "Si oyeren hoy su voz, no endurezcan sus corazones". 11 Y otra vez: "El que tenga oídos para oír, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias". 12 ¿Y qué dice? "Vengan, hijos, escúchenme, yo les enseñaré el temor del Señor". 13 "Corran mientras tienen la luz de la vida, para que no los sorprendan las tinieblas de la muerte".

14 Y el Señor, que busca su obrero entre la muchedumbre del pueblo al que dirige este llamado, dice de nuevo: 15 "¿Quién es el hombre que quiere la vida y desea ver días felices?". 16 Si tú, al oírlo, respondes "Yo", Dios te dice: 17 "Si quieres poseer la vida verdadera y eterna, guarda tu lengua del mal, y que tus labios no hablen con falsedad. Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela". 18 Y si hacen esto, pondré mis ojos sobre ustedes, y mis oídos oirán sus preces, y antes de que me invoquen les diré: "Aquí estoy". 19 ¿Qué cosa más dulce para nosotros, carísimos hermanos, que esta voz del Señor que nos invita? 20 Vean cómo el Señor nos muestra piadosamente el camino de la vida.
21 Ciñamos, pues, nuestra cintura con la fe y la práctica de las buenas obras, y sigamos sus caminos guiados por el Evangelio, para merecer ver en su reino a Aquel que nos llamó.

22 Si queremos habitar en la morada de su reino, puesto que no se llega allí sino corriendo con obras buenas, 23 preguntemos al Señor con el Profeta diciéndole: "Señor, ¿quién habitará en tu morada, o quién descansará en tu monte santo?". 24 Hecha esta pregunta, hermanos, oigamos al Señor que nos responde y nos muestra el camino de esta morada 25 diciendo: "El que anda sin pecado y practica la justicia; 26 el que dice la verdad en su corazón y no tiene dolo en su lengua; 27 el que no hizo mal a su prójimo ni admitió que se lo afrentara". 28 El que apartó de la mirada de su corazón al maligno diablo tentador y a la misma tentación, y lo aniquiló, y tomó sus nacientes pensamientos y los estrelló contra Cristo. 29 Estos son los que temen al Señor y no se engríen de su buena observancia, antes bien, juzgan que aun lo bueno que ellos tienen, no es obra suya sino del Señor, 30 y engrandecen al Señor que obra en ellos, diciendo con el Profeta: "No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria". 31 Del mismo modo que el Apóstol Pablo, que tampoco se atribuía nada de su predicación, y decía: "Por la gracia de Dios soy lo que soy". 32 Y otra vez el mismo: "El que se gloría, gloríese en el Señor". 33 Por eso dice también el Señor en el Evangelio: "Al que oye estas mis palabras y las practica, lo compararé con un hombre prudente que edificó su casa sobre piedra; 34 vinieron los ríos, soplaron los vientos y embistieron contra aquella casa, pero no se cayó, porque estaba fundada sobre piedra".

35 Después de decir esto, el Señor espera que respondamos diariamente con obras a sus santos consejos. 36 Por eso, para corregirnos de nuestros males, se nos dan de plazo los días de esta vida. 37 El Apóstol, en efecto, dice: "¿No sabes que la paciencia de Dios te invita al arrepentimiento?". 38 Pues el piadoso Señor dice: "No quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva".

39 Cuando le preguntamos al Señor, hermanos, sobre quién moraría en su casa, oímos lo que hay que hacer para habitar en ella, a condición de cumplir el deber del morador. 40 Por tanto, preparemos nuestros corazones y nuestros cuerpos para militar bajo la santa obediencia de los preceptos, 41 y roguemos al Señor que nos conceda la ayuda de su gracia, para cumplir lo que nuestra naturaleza no puede. 42 Y si queremos evitar las penas del infierno y llegar a la vida eterna, 43 mientras haya tiempo, y estemos en este cuerpo, y podamos cumplir todas estas cosas a la luz de esta vida, 44 corramos y practiquemos ahora lo que nos aprovechará eternamente.

45 Vamos, pues, a instituir una escuela del servicio divino, 46 y al hacerlo, esperamos no establecer nada que sea áspero o penoso. 47 Pero si, por una razón de equidad, para corregir los vicios o para conservar la caridad, se dispone algo más estricto, 48 no huyas enseguida aterrado del camino de la salvación, porque éste no se puede emprender sino por un comienzo estrecho. 49 Mas cuando progresamos en la vida monástica y en la fe, se dilata nuestro corazón, y corremos con inefable dulzura de caridad por el camino de los Mandamientos de Dios. 50 De este modo, no apartándonos nunca de su magisterio, y perseverando en su doctrina en el monasterio hasta la muerte, participemos de los sufrimientos de Cristo por la paciencia, a fin de merecer también acompañarlo en su Reino. Amén.
Fin del Prólogo.

Capítulo 26
 LOS QUE SE JUNTAN SIN PERMISO
 CON LOS EXCOMULGADOS



1 Si algún hermano se atreve, sin orden  del abad, a tomar contacto de cualquier modo con un hermano excomulgado, a hablar con él o a enviarle un mensaje, 2 incurra en la misma pena de la excomunión.
Capítulo 49
 LA OBSERVANCIA DE LA CUARESMA


1 Aunque la vida del monje debería tener en todo tiempo una observancia cuaresmal, 2 sin embargo, como son pocos los que tienen semejante fortaleza, los exhortamos a que en estos días de Cuaresma guarden su vida con suma pureza, 3 y a que borren también en estos días santos todas las negligencias de otros tiempos. 4 Lo cual haremos convenientemente, si nos apartamos de todo vicio y nos entregamos a la oración con lágrimas, a la lectura, a la compunción del corazón y a la abstinencia.
 



Oh Dios, que para mostrarnos donde nos lleva la virtud de  la inocencia . Hiciste que el alma de tu virgen santa Escolástica se elevara al  cielo en forma de paloma, concedednos por sus méritos y oraciones que vivamos una vida tan pura, que merezcamos alcanzar  las alegrías de la vida eterna. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

...

Oh Dios, que sois nuestra salud, oíd benignamente nuestras oraciones, para que, así como celebramos con gozo la festividad de vuestra virgen Santa Escolástica, así consigamos el fervor de una devoción piadosa. Por Nuestro Señor Jesucristo…»


6.ª Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Catecismo Mayor San Pío  X
935.
¿Quiénes son los limpios de corazón? - Limpios de corazón son los que no tienen ningún afecto al pecado, viven apartados de él y principalmente evitan todo género de impureza.






 “Nihil amori Christi praeponere”.
“No anteponer nada al amor de Cristo”.
De la Regla de San Benito.
“…sigamos sus caminos, tomando por guía el Evangelio.”

San Benito repite que nada debe preferir el monje al amor de Cristo y que nada antepongan absolutamente a Su divina Persona pues sólo Él puede conducirnos a la vida eterna.



EXORCISMO DE SAN BENITO
Cruz del Santo Padre Benito
mi Luz sea la Cruz Santa
no sea el demonio mi guía
apártate Satanás
no sugieras cosas vanas
pues maldad es lo que brindas
bebe tú mismo el veneno.
 
San Benito y Santa Escolástica, rogad por nosotros.




San Benito de Nursia


San Benito de Nursia combatió a los ídolos paganos, idolatría que ahora Bergoglio promueve y apoya


 Santa Hildegarda de Bingen, de la Orden de San Benito de Nursia predijo que : La nociva doctrina del hijo de perdición hará temblar la tierra  
  

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