“Y observa que de este estiércol de la tierra nacen cuatro gusanos: la fornicación, el adulterio, el incesto, el pecado contra natura”.
“Todos los que se manchan con estos pecados son camino pisoteado por los demonios y sector de las inmundicias. Y por esto la semilla de la palabra divina en ellos se pierde; y lo que fuere sembrado, lo arrebata el diablo”.
(Un sermón contra el lujurioso: Y mientras sembraba, parte cayó al borde del camino.)
6.‑ Pero no todos creen “ni todos obedecen al Evangelio” (Rom 10, 16); por eso continúa: “Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino y fue pisoteada, y las aves del cielo se la comieron” (Lc 8, 5). El primer sector del arca estaba reservado a la recolección de los excrementos. Entonces el camino pisoteado y el sector de los excrementos son figuras de los lujuriosos. Dice Salomón en el Eclesiástico: “La mujer impúdica es como suciedad de la calle (9, 10), E Isaías clama contra los lujuriosos: “Hiciste de tu cuerpo como tierra y camino para los viandantes” (51, 23), es decir, para los demonios que, mientras pasan, pisotean la semilla para que no germine. Y de nuevo dice Isaías: “Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los borrachos de Efraím” (28, 3). Efraím se interpreta ‘fructífero’, e indica la abundancia de las cosas temporales. Los borrachos son los lujuriosos, embriagados con el cáliz de oro de Babilonia, es decir, con la abundancia material. La corona de soberbia en la cabeza es un orgulloso pensamiento en una mente corrupta. Este pensamiento es pisoteado por los pies de los demonios, cuando de pensamiento de mente corrupta llega a la embriaguez de la lujuria; y de esa manera, en tierra maldita, la semilla del Señor no puede germinar.
Los mismos demonios son llamados ‘aves’, a motivo de la soberbia, ‘del cielo’, o sea, del aire en el cual habitan. Ellos arrebatan la semilla del corazón del lujurioso y la devoran, para que no fructifique. Dice Oseas: ‘Los extranjeros’, o sea, los demonios, ‘devoraron su fuerza’(7, g), o sea, la fuerza de la divina palabra. Y observa que no dice ‘por el camino’, sino que ‘al borde del camino’ cayó la semilla, porque el lujurioso no acoge la palabra dentro del oído del corazón, sino como un sonido que roza superficialmente el oído del cuerpo.
Los lujuriosos son el sector de los desechos, que “se pudrieron como jumentos en su bosta” (Jn 1, 17). De ellos dice el Salmo: “Ellos perecieron en Endor”, que se interpreta “fuego de la generación”, o sea, en el ardor de la lujuria, “llegaron a ser como el estiércol de la tierra” (Salm 82, 11). Y observa que de este estiércol de la tierra nacen cuatro gusanos: la fornicación, el adulterio, el incesto, el pecado contra natura.
La fornicación, o relación entre dos personas solteras, es pecado mortal; y se dice fornicación, o sea, matanza de la forma, o sea, muerte del alma, formada a imagen de Dios. El adulterio se llama así, porque es como el acceso al tálamo ajeno (ad alterius tirum). El incesto es el abuso de los consanguíneos o de los afines. El pecado contra natura se comete derramando el semen de cualquier manera, fuera del órgano de la concepción, o sea, del órgano de a mujer. Todos los que se manchan con estos pecados son camino pisoteado por los demonios y sector de las inmundicias. Y por esto la semilla de la palabra divina en ellos se pierde; y lo que fuere sembrado, lo arrebata el diablo.
7.‑ Sigue: “Parte de la semilla cayó sobre la piedra y, después que brotó, se secó por falta de humedad” (Lc 8, 6). El segundo sector en el arca de Noé fue la despensa de las provisiones. La piedra y la despensa son figuras de los falsos religiosos: piedra, porque se glorían de la sublimidad de su vid religiosa; y despensa, porque venden las obras de su vida por el dinero de la alabanza humana.
En la Catena Aurea San Cirilo enseña:
Todo camino es árido e inculto en cierto sentido, porque es pisado por todos y ninguna semilla puede desarrollarse en él. Así, en los que tienen su corazón indócil, no pueden penetrar las divinas enseñanzas ni germinar la alabanza de las virtudes. Estos son el camino frecuentado por los espíritus inmundos. Hay también algunos que reciben la fe de una manera superficial, como si ésta sólo consistiese en palabras. La fe de éstos carece de raíz. Y por esto añade: "Y otra cayó sobre piedras, y cuando fue nacida, se secó, porque no tenía humedad".
San Antonio de Padua: Martillo de los Herejes
En la Catena Aurea San Cirilo enseña:
Todo camino es árido e inculto en cierto sentido, porque es pisado por todos y ninguna semilla puede desarrollarse en él. Así, en los que tienen su corazón indócil, no pueden penetrar las divinas enseñanzas ni germinar la alabanza de las virtudes. Estos son el camino frecuentado por los espíritus inmundos. Hay también algunos que reciben la fe de una manera superficial, como si ésta sólo consistiese en palabras. La fe de éstos carece de raíz. Y por esto añade: "Y otra cayó sobre piedras, y cuando fue nacida, se secó, porque no tenía humedad".
San Antonio de Padua: Martillo de los Herejes
Sermón de San Antonio de Padua:
Pero estos pecadores, como dice Isaías, transgredieron las leyes, cambiaron el derecho, violaron el pacto eterno. Por esto, la maldición devorará a la tierra; sus habitantes pecarán y por esto sus cultivadores enloquecerán (Isaías 25,5-6). Transgreden las leyes de la letra y de la gracia, porque no quieren guardar ni la ley de la letra como esclavos, ni la de la gracia como hijos. Cambian el derecho natural... Quebrantan la eterna alianza, que juraron en el bautismo. Y por esto la maldición de la soberbia (del Orgullo) devorará la tierra, es decir, a los mundanos, y sus habitantes caerán en el pecado de la avaricia, aquellos a quienes se dice en el Apocalipsis: Ay de los que habitan la tierra! (8, 13); y los que la cultivan enloquecerán en el pecado de la lujuria, la cual es locura (falta de carácter) y desequilibrio mental.
El Pecado del Orgullo:
San Agustín: Fue el orgullo lo que transformó a los ángeles en demonios; Es la humildad la que hace a los hombres ángeles.
Sermón de San Antonio de Padua:
Pero estos pecadores, como dice Isaías, transgredieron las leyes, cambiaron el derecho, violaron el pacto eterno. Por esto, la maldición devorará a la tierra; sus habitantes pecarán y por esto sus cultivadores enloquecerán (Isaías 25,5-6). Transgreden las leyes de la letra y de la gracia, porque no quieren guardar ni la ley de la letra como esclavos, ni la de la gracia como hijos. Cambian el derecho natural... Quebrantan la eterna alianza, que juraron en el bautismo. Y por esto la maldición de la soberbia (del Orgullo) devorará la tierra, es decir, a los mundanos, y sus habitantes caerán en el pecado de la avaricia, aquellos a quienes se dice en el Apocalipsis: Ay de los que habitan la tierra! (8, 13); y los que la cultivan enloquecerán en el pecado de la lujuria, la cual es locura (falta de carácter) y desequilibrio mental.
El Pecado del Orgullo:
San Agustín: Fue el orgullo lo que transformó a los ángeles en demonios; Es la humildad la que hace a los hombres ángeles.
San Antonio de Padua Sermón contra los soberbios
Proverbios 16:18
El preludio de la ruina es el orgullo; el preludio de la caída, el espíritu altanero.
LOS SIETE PECADOS CAPITALES Y LAS SIETE VIRTUDES QUE CONTRARRESTAN ESTOS PECADOS.
1. ESPÍRITU DE ORGULLO CURA ES: ESPÍRITU DE HUMILDAD
2. LA CURA DEL ESPÍRITU DE LA AVARICIA ES: EL ESPÍRITU DE LA GENEROSIDAD
3. LA CURA DEL ESPÍRITU DE LUJURIA ES: ESPÍRITU DE CASTIDAD
4. LA CURA DEL ESPÍRITU DE IRA ES: ESPÍRITU DE PACIENCIA
5. LA CURA DEL ESPÍRITU DE LA GULA ES: EL ESPÍRITU DE LA TEMPLANZA
6. ESPÍRITU DE LA ENVIDIA LA CURA ES: ESPÍRITU DE CARIDAD
7. LA CURA DEL ESPÍRITU DE PEREZA ES: ESPÍRITU DE DILIGENCIA
La epístola de Santiago nos enseña lo que debemos hacer para volvernos humildes:
- Someternos a Dios (Santiago 4: 7).
- Acercarnos al Señor (Santiago 4: 8).
- Perseguir la santidad (Santiago 4: 8 purifiquen su corazón, santifiquen sus corazones). "Quiten el pecado de su vida, pecadores. Concentren su mente en Dios, ustedes que quieren (amar) seguir a Dios y al mundo".
- Arrepentirnos (Santiago 4: 9). Un Corazón contrito significa "estar completamente arrepentido, sintiendo remordimiento y afectado por la culpa, profundamente arrepentido y deseando expiar el pecado".
- Ir a la confesión: Santiago 5:16
- Resistir la tentación. Huir de las ocasiones de pecado (Santiago 4:7)
Santiago 1:21 Por eso, alejad de vosotros todo vicio y toda manifestación de malicia, y recibid con docilidad la palabra que ha sido plantada en vosotros y que puede salvaros.
San Antonio de Padua: “Produzca la tierra hierba verde y que dé semilla”. Con estas palabras se indica el ayuno. Dice Isaías: “Felices ustedes, que siembran sobre las aguas y atan el pie del buey y del asno! (32, 20). Siembra sobre las aguas aquel que a la oración y a la compunción de las lágrimas añade el ayuno, y así ata con los vínculos de los mandamientos “el pie del buey y del asno”, es decir, los afectos del espíritu y del cuerpo. Dice el Señor: “Esta raza de demonios”, o sea, la impureza del corazón y la lujuria de la carne, “no puede ser echada sino con la oración y el ayuno” (Mt 17, 20). Efectivamente, con la oración purificamos el corazón de los malos pensamientos y con el ayuno frenamos la petulancia de la carne. San Antonio de Padua nos enseña también que debemos huir de las malas compañías: (Gen 8, 21), te ruego, aléjate de mí, porque dos que se contrastan entre sí, no pueden estar juntos. Y “qué tienen en común la luz y las tinieblas? Y qué unión puede haber entre el creyente y el incrédulo?” (2Cor 6, 14‑15). Aléjate, pues, de mí, te ruego, porque si no te alejas, temo que de nuestra convivencia sean influidas las costumbres. “La uva sana toma el moho de la uva marchita que está cerca” (juvenal). Dice el Filósofo: “El compañero pervertido contagia la sarna y la herrumbre (hábitos viciosos) al compañero ingenuo e inocente” (Séneca). Te ruego, pues, aléjate de mí. Si tú vas a la izquierda, yo iré a la derecha; si tú vas a la derecha, yo iré a la izquierda.
Proverbios 16:18
El preludio de la ruina es el orgullo; el preludio de la caída, el espíritu altanero.
LOS SIETE PECADOS CAPITALES Y LAS SIETE VIRTUDES QUE CONTRARRESTAN ESTOS PECADOS.
1. ESPÍRITU DE ORGULLO CURA ES: ESPÍRITU DE HUMILDAD
2. LA CURA DEL ESPÍRITU DE LA AVARICIA ES: EL ESPÍRITU DE LA GENEROSIDAD
3. LA CURA DEL ESPÍRITU DE LUJURIA ES: ESPÍRITU DE CASTIDAD
4. LA CURA DEL ESPÍRITU DE IRA ES: ESPÍRITU DE PACIENCIA
5. LA CURA DEL ESPÍRITU DE LA GULA ES: EL ESPÍRITU DE LA TEMPLANZA
6. ESPÍRITU DE LA ENVIDIA LA CURA ES: ESPÍRITU DE CARIDAD
7. LA CURA DEL ESPÍRITU DE PEREZA ES: ESPÍRITU DE DILIGENCIA
La epístola de Santiago nos enseña lo que debemos hacer para volvernos humildes:
- Someternos a Dios (Santiago 4: 7).
- Acercarnos al Señor (Santiago 4: 8).
- Perseguir la santidad (Santiago 4: 8 purifiquen su corazón, santifiquen sus corazones). "Quiten el pecado de su vida, pecadores. Concentren su mente en Dios, ustedes que quieren (amar) seguir a Dios y al mundo".
- Arrepentirnos (Santiago 4: 9). Un Corazón contrito significa "estar completamente arrepentido, sintiendo remordimiento y afectado por la culpa, profundamente arrepentido y deseando expiar el pecado".
- Ir a la confesión: Santiago 5:16
- Resistir la tentación. Huir de las ocasiones de pecado (Santiago 4:7)
(Gen 8, 21), te ruego, aléjate de mí, porque dos que se contrastan entre sí, no pueden estar juntos. Y “qué tienen en común la luz y las tinieblas? Y qué unión puede haber entre el creyente y el incrédulo?” (2Cor 6, 14‑15). Aléjate, pues, de mí, te ruego, porque si no te alejas, temo que de nuestra convivencia sean influidas las costumbres. “La uva sana toma el moho de la uva marchita que está cerca” (juvenal). Dice el Filósofo: “El compañero pervertido contagia la sarna y la herrumbre (hábitos viciosos) al compañero ingenuo e inocente” (Séneca). Te ruego, pues, aléjate de mí. Si tú vas a la izquierda, yo iré a la derecha; si tú vas a la derecha, yo iré a la izquierda.
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