Roma (Martes, 21-04-2020, Gaudium Press) La oración del 'Regina Coeli' - Reina del Cielo-, es una de las cuatro antífonas marianas que ora la Iglesia durante el año litúrgico, y que se realiza durante el tiempo de pascua para reemplazar al Ángelus, rezándose desde el Domingo de Pascua hasta el Domingo de Pentecostés.
Del Adviento a la Candelaria rezamos el Alma Redemptoris Mater, durante el periodo pascual el Regina Coeli, de Pentecostés al final del Tiempo Ordinario el Salve Regina, mientras que en Cuaresma el Ave Regina Caelorum.
Se desconoce la autoría de esta oración, pero existe una leyenda sobre su origen y la ligación que tiene con el fin de una peste en Roma.
Tal como se narra en la colección de hagiografías "The Golden Legend" -que traduce "La Leyenda Dorada"- sobre el Papa San Gregorio Magno, esta oración mariana se remonta al siglo VI cuando una peste devastó gravemente a Roma, incluso llevándose la vida del Papa Pelagio II.
Al elegirse a su sucesor, es decir Gregorio I, que más adelante se conocería como Gregorio Magno, el nuevo pontífice quiso invocar de inmediato la misericordia de Dios acudiendo a la intercesión de María Santísima.
Cuentan que el santo pontífice decidió guiar una procesión desde la Basílica de San Pedro hasta al Mausoleo de Adriano implorando la protección de Nuestra Señora y su intercesión para el fin de la peste. Durante el trayecto San Gregorio escuchó unas voces angelicales que cantaban los tres primeros versos del 'Regina Coeli':
Regina coeli laetare, alleluia,
Quia quem meruisti portare, alleluia,
Resurrexit sicut dixit, alleluia!",
Quia quem meruisti portare, alleluia,
Resurrexit sicut dixit, alleluia!",
Y que el Papa añadió inmediatamente el 'Ora pro nobis, Deum rogamus, alleluia!'.
Cuentan, además, que una vez culminó la procesión en el mausoleo, de inmediato Gregorio Magno vio una señal que trajo paz a su corazón. Tal señal fue San Miguel Arcángel.
"Entonces el Papa vio un ángel del Señor en lo alto del castillo de Crescencio, limpiando una espada ensangrentada y envainándola. Gregorio entendió que aquello ponía fin a la peste, como, de hecho, sucedió. Desde entonces el castillo se llamó Castillo del Santo Ángel", narra la Leyenda Dorada.
De acuerdo con la misma Leyenda, la procesión estuvo presidida por una imagen de la Virgen que a su paso iba limpiando a la ciudad, y a Italia, de la terrible peste.
"La peste aún asolaba Roma y Gregorio ordenó que la procesión continuara realizando el circuito por la ciudad, con los procesionarios cantando letanías. La procesión llevaba una imagen de la Santísima Virgen María (...) Y he aquí que la suciedad ponzoñosa del aire sucumbió a la imagen como si de ella huyera, incapaz de soportar su presencia: el paso de la imagen proporcionó una maravillosa serenidad y pureza al aire", describe también la Leyenda.
Se sabe que la oración del 'Regina Coeli' se realiza de forma oficial en la Iglesia desde el siglo XII, siendo ampliamente difundida por los franciscanos.
Alégrate Reina del Cielo
V. Alégrate, Reina del cielo. Aleluya
R. Porque el que mereciste llevar en tu seno. Aleluya.
V. Ha resucitado, según predijo. Aleluya
R. Ruega por nosotros a Dios. Aleluya
V. Gózate y alégrate, Virgen María. Aleluya
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente. Aleluya.
R. Porque el que mereciste llevar en tu seno. Aleluya.
V. Ha resucitado, según predijo. Aleluya
R. Ruega por nosotros a Dios. Aleluya
V. Gózate y alégrate, Virgen María. Aleluya
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente. Aleluya.
V. Oremos: Oh Dios que, por la Resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos por su Madre, la Virgen María, alcanzar el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.