Anticristo = ecologista, ecumenista y pacifista
Catecismo de la Iglesia Católica La última prueba de la Iglesia 675:
La impostura religiosa del anticristo le proporciona a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad.
La impostura religiosa del anticristo le proporciona a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad.
Romanos 1:25
ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén
La semilla que cae entre espinas son los que ahogan la Palabra de Dios por los afanes del mundo.
Nuestro Señor Jesucristo le revela a Santa Brígida su reclamo contra los malos sacerdotes: "Ellos no hablan de mis acciones maravillosas ni enseñan mi doctrina, al contrario, enseñan el amor al mundo" (4.132).
Nuestro Señor Jesucristo le revela a Santa Brígida su reclamo contra los malos sacerdotes: "Ellos no hablan de mis acciones maravillosas ni enseñan mi doctrina, al contrario, enseñan el amor al mundo" (4.132).
Libro 3 Capítulo 5: Por estos timoneros me refiero a todos aquellos que ejercen poder material o poder espiritual en el mundo. Muchos de ellos aman tanto su propia voluntad que no les importan las necesidades de las almas a su cargo ni las feroces tormentas del mundo, ya que ellos están por su propia libre voluntad atrapados en las tormentas del orgullo, la avaricia y la impureza. La desdichada población imita sus acciones, pensando que están sobre un buen camino. De este modo los gobernantes se llevan a sí mismos y a los que a ellos están sujetos a la perdición al seguir todos y cada uno de sus deseos egoístas.
Santo Tomás : “La cama es estrecha, y uno de los dos se cae; manta pequeña no cubre a dos (Is 28, 20); donde al corazón del hombre se lo compara con una cama estrecha y una manta pequeña. Ya es estrecho el corazón humano para Dios solo; si además das en el entrada a otras cosas, arrojas a Dios”.
San Gregorio de Nisa: “Es propio de todos aquellos que nada esperan de la otra vida, ni temen los juicios de Dios, el andar solícitos por las cosas superfluas”. ( En Catena Aurea, vol. VI, p. 94).
Lucas 21:34 «Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros.
Marcos 4:19 pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la Palabra, y queda sin fruto.
La infidelidad de Bergoglio es directamente una rebelión contra Dios, ya que incumple sus deberes sacerdotales para ocuparse de los asuntos del mundo. En Argentina los fieles católicos se quejaron de que Bergoglio había convertido la oficina parroquial en una especie de sindicato. Desatendiendo la Casa de Dios para atender las cosas del mundo.
Ezequiel 44:23 »Los sacerdotes deben enseñar a mi pueblo a distinguir entre lo santo y lo profano, y entre lo puro y lo impuro.
La Virgen en Fátima advirtió: “Los sacerdotes deben ser puros, muy puros. No deben ocuparse con cualquier otra cosa, excepto lo que pertenece a la Iglesia y a las almas”.
San Pablo advierte que ningún soldado de Cristo se enreda en los asuntos de la vida civil del mundo.
2 Timoteo 2:4 Nadie que se dedica a la milicia se enreda en los negocios de la vida, si quiere complacer al que le ha alistado.
La Virgen lo advirtió en Salette que los sacerdotes habían descuidado su compromiso con Dios para atender los afanes del mundo y dijo que se infiltrarían en las ordenes religiosas individuos entregados al pecado amantes de los placeres carnales.
El mismo Bergoglio dijo que quería ser carnicero y que era el portero de una discoteca, es decir que no tenía vocación sacerdotal, sino que es uno de esos hombres carnales que advirtió la Virgen María que se infiltrarían en la Iglesia.
“¡Los jefes, los conductores del Pueblo de Dios, han descuidado la oración y la penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias, se han convertido en estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer” .
Nos afirma el Evangelio que nadie puede servirle a dos señores, porque ama a uno y aborrece al otro. Bergoglio ha preferido servirle al dios de este mundo y se niega a servirle a Dios, porque le pertenece al mundo.
San Gregorio de Nisa: “Es propio de todos aquellos que nada esperan de la otra vida, ni temen los juicios de Dios, el andar solícitos por las cosas superfluas”. ( En Catena Aurea, vol. VI, p. 94).
Lucas 21:34 «Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros.
Marcos 4:19 pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la Palabra, y queda sin fruto.
La infidelidad de Bergoglio es directamente una rebelión contra Dios, ya que incumple sus deberes sacerdotales para ocuparse de los asuntos del mundo. En Argentina los fieles católicos se quejaron de que Bergoglio había convertido la oficina parroquial en una especie de sindicato. Desatendiendo la Casa de Dios para atender las cosas del mundo.
Ezequiel 44:23 »Los sacerdotes deben enseñar a mi pueblo a distinguir entre lo santo y lo profano, y entre lo puro y lo impuro.
La Virgen en Fátima advirtió: “Los sacerdotes deben ser puros, muy puros. No deben ocuparse con cualquier otra cosa, excepto lo que pertenece a la Iglesia y a las almas”.
San Pablo advierte que ningún soldado de Cristo se enreda en los asuntos de la vida civil del mundo.
2 Timoteo 2:4 Nadie que se dedica a la milicia se enreda en los negocios de la vida, si quiere complacer al que le ha alistado.
La Virgen lo advirtió en Salette que los sacerdotes habían descuidado su compromiso con Dios para atender los afanes del mundo y dijo que se infiltrarían en las ordenes religiosas individuos entregados al pecado amantes de los placeres carnales.
“¡Los jefes, los conductores del Pueblo de Dios, han descuidado la oración y la penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias, se han convertido en estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer” .
Nos afirma el Evangelio que nadie puede servirle a dos señores, porque ama a uno y aborrece al otro. Bergoglio ha preferido servirle al dios de este mundo y se niega a servirle a Dios, porque le pertenece al mundo.
«Misión Climática: Francisco tuvo una intervención de último minuto en la Conferencia sobre el Clima en París según informes de prensa. Un sitio web alemán incluso afirmó que huyó de la Misa con el fin de influir en el gobierno de Nicaragua para aceptar la propuesta de la convención». Gloria tv noticias.
LA BIBLIA NOS DICE QUE EL PECADO ES LA CAUSA DE TODOS LOS MALES DEL MUNDO.
CON LA DESOBEDIENCIA EN EL PARAISO DIOS MALDIJO LA TIERRA.CUANDO DIOS CASTIGÓ A SODOMA Y GOMORRA TAMBIÉN CASTIGO LA VEGETACIÓN.
Proverbios 14: 34
La justicia engrandece a la nación
el pecado es afrenta de las naciones.
La justicia engrandece a la nación
el pecado es afrenta de las naciones.
Isaías 24:5
También la tierra es profanada por sus habitantes, porque traspasaron las leyes, violaron los estatutos, quebrantaron el pacto eterno.
A quien le crees al impostor Bergoglio o a Dios?
2 Crónicas 7:13-14.
Si yo cierro el cielo y no llueve, si yo mando a la langosta devorar la tierra, o envío la peste entre mi pueblo;
y mi pueblo, sobre el cual es invocado mi Nombre, se humilla, orando y buscando mi rostro, y se vuelven de sus malos caminos, yo les oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra.
El culto central del Evangelio es la adoración al Verdadero Dios. La actividad misionera de la Iglesia es el celo por la salvación de las almas; enseñándoles el único camino de salvación que es Jesucristo.
San Pablo considera todos los bienes de este mundo basura al compararlos con el bien supremo de ganar a Cristo.
Filipenses 3:8
Aún más, a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él.
Este es lugar de destierro, los cristianos no pertenecemos al mundo sino que somos ciudadanos del Cielo.
Cuál Casa común???? a quien le crees a San Agustín o al usurpador Bergoglio?
San Agustín :
“La presente vida con todo cuanto la acompaña para nuestro uso, debe ser como una posada para el caminante, y no como casa del que ha de morar siempre en ella”.
San Basilio:
“Bienaventurado es el que no mira como propias las cosas de la tierra, ni pone su descanso en el mundo, como si fuera la verdadera patria; antes bien, llora de ver que esta estancia le está privando de las cosas mejores, y así sufre la vida como domicilio de su destierro”.
El centro del falso evangelio de Bergoglio es darle culto a la criatura (idolatría) sin llamar a los hombres al arrepentimiento para que abandonen el pecado y se conviertan a Dios y se salven. La preocupación del falso evangelio de Bergoglio no es la salvación de las almas sino es materialista e inmanentista ( “Laudato Si”, conversión ecológica) ; centrado en este mundo porque no puede prometer un Reino Celestial que no posee. Bergoglio hace una invocación pero no al Dios verdadero Trinitario sino que se une en oración con los paganos, por eso no menciona el nombre de Jesucristo. Esos tipos de "oraciones" son una blasfemia y una negación de la Santísima Trinidad y quienes se unen a Bergoglio en ese tipo de invocaciones pecan.
Romanos, 12:2. Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.
Romanos, 12:2. Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.
264. ¿Qué cosas debemos principalmente pedir a Dios? Debemos principalmente pedir a Dios su gloria, nuestra eterna salvación y los medios de alcanzarla.
El Verdadero cristiano es el que profesa la doctrina cristiana
Catecismo mayor de San Pío X
4.¿Qué es la doctrina cristiana? - Doctrina Cristiana es la doctrina que nos enseñó Nuestro Señor Jesucristo para mostrarnos el camino de la salvación.
173. ¿Se salvaría quien, siendo miembro de la Iglesia Católica, no practicase sus enseñanzas? - Quien, siendo miembro de la Iglesia Católica, no practicase sus enseñanzas, sería miembro muerto y, por tanto, no se salvaría, pues para la salvación de un adulto se requiere no sólo el bautismo y la fe, sino también obras conformes a la fe.
197. ¿Cuál fue el fruto de la predicación de los Apóstoles? - El fruto de la predicación de los Apóstoles fue la destrucción de la idolatría y el establecimiento de la religión cristiana.
262.
¿Por qué hemos de pedir a Dios las gracias en nombre de Jesucristo? - Hemos de pedir a Dios la gracias en nombre de Jesucristo porque siendo El nuestro medianero, sólo por medio de El podemos acercarnos al trono de Dios.
290.
¿Qué pedimos en la primera petición: SANTIFICADO SEA TU NOMBRE? - En la primera petición Santificado sea tu nombre, pedimos que Dios sea conocido, amado, honrado y servido de todo el mundo y de nosotros en particular.
292.
¿Por qué pedimos ante todo que sea santificado el nombre de Dios? - Pedimos ante todo que sea santificado el nombre de Dios porque hemos de desear más la gloria de Dios que todos nuestros intereses y provechos.
Palabras de Ambrosio a la novia ofreciendo una alegoría sobre el hombre, su esposa y su sirvienta, y sobre cómo este adúltero simboliza un malvado obispo mientras que su esposa simboliza a la Iglesia y su sirvienta al amor hacia este mundo, y sobre la severa sentencia de aquellos más apegados al mundo que a la Iglesia.
Capítulo 6
“Soy el Obispo Ambrosio. Estoy apareciéndome a ti y hablándote en alegoría porque tu corazón es incapaz de recibir un mensaje espiritual sin comparación física alguna. Había una vez un hombre cuya esposa legítimamente casada era encantadora y prudente. Sin embargo, a él le gustaba más la sirvienta que su esposa. Esto tuvo tres consecuencias. La primera es que las palabras y los gestos de la sirvienta le deleitaban más que los de su esposa. La segunda es que vestía a la sirvienta con finas ropas sin que le importara que su esposa estuviese vestida con harapos comunes. La tercera es que estaba acostumbrado a pasar nueve horas con la sirvienta y sólo la décima hora con su esposa. El pasó la primera hora al lado de la sirvienta, disfrutando al contemplar su belleza. Pasó la segunda hora durmiendo en sus brazos. Pasó la tercera hora alegremente haciendo labores manuales para el confort de la sirvienta.
Pasó la cuarta hora tomando un descanso físico con ella tras su arduo trabajo. Pasó la quinta hora inquieto mentalmente, preocupándose sobre cómo proveer por ella. Pasó la sexta hora descansando con ella, viendo ahora que ella aprobaba totalmente lo que él había hecho por ella. A la hora séptima el fuego de la lujuria carnal entró en él. Pasó la octava hora satisfaciendo su vehemente lujuria con ella. A la novena hora descuidó ciertas tareas que, sin embargo, le habría gustado llevar a cabo. Pasó la décima hora ejecutando algunas tareas que no le apetecía hacer. Y sólo durante esta hora permaneció con su esposa. Uno de los parientes de su esposa vino al adúltero y le reprochó fuertemente, diciéndole: 'Vuelve el afecto de tu mente hacia tu esposa legítimamente casada. Ámala y vístela como le corresponde, y pasa nueve horas con ella y sólo la décima hora con la sirvienta. Si no, estate atento, porque morirás de una horrible y repentina muerte.'
Por el adúltero me refiero a alguien que ostenta el oficio de obispo por el bien de proveerle a la Iglesia, pero, a pesar de ello, lleva una vida adúltera. Él se ha unido a la santa Iglesia en unión espiritual para que sea su novia más querida, pero retira su afecto de ella y ama al servil mundo mucho más que a su noble dama y novia. De este modo, hace tres cosas. Primero, se regocija más de fraudulenta adulación del mundo que de una obediente disposición hacia la santa Iglesia. Segundo, ama los adornos mundanos, pero le preocupa poco la falta de adorno material o espiritual de la Iglesia. Tercero, pasa nueve horas en el mundo y sólo una de las diez en la santa Iglesia. De acuerdo con esto, pasa la primera hora en buen ánimo, contemplando la belleza del mundo con deleite.
Pasa la segunda hora durmiendo dulcemente en los brazos del mundo, esto es, entre sus altas fortificaciones y la vigilancia de sus ejércitos, felizmente confiado de poseer seguridad física a causa de estas cosas. Pasa la tercera hora haciendo animadamente labores manuales por el bien de la ventaja mundana, para que pueda obtener el disfrute físico del mundo. Pasa la cuarta hora tomando alegremente un descanso físico después de su arduo trabajo, ahora que tiene suficientes medios. Pasa la quinta hora inquieto en su mente de diferentes maneras, preocupándose sobre cómo puede parecer ser sabio en asuntos mundanos.
Durante la sexta hora experimenta una agradable tranquilidad de mente, viendo que las gentes mundanas en todo lugar aprueban lo que ha hecho. En la hora séptima oye y ve los placeres mundanos y con disposición abre su lujuria a ellos. Esto causa que un fuego arda impaciente e intolerablemente en su corazón. En la octava hora lleva a cabo en acto lo que antes había estado meramente en su ardiente deseo. Durante la novena hora omite descuidadamente ciertas tareas que había querido hacer sólo por motivos mundanos, para no ofender a aquellos por los cuales siente un simple afecto natural. En la hora décima él a desgana ejecuta unas pocas buenas obras, temeroso de que pueda ser encontrado en desdén y gane una mala reputación o reciba una dura sentencia severa si por alguna razón enteramente descuida hacerlas.
Está acostumbrado a pasar únicamente su décima hora con la santa Iglesia, haciendo lo que hace, no por amor sino por temor. Tiene miedo, desde luego, del castigo de los fuegos del infierno. Si él pudiera vivir para siempre en confort físico y con muchas posesiones mundanas, no se preocuparía de perder la felicidad del cielo. Por ello, juro por ese Dios que no tiene principio y que vive sin fin, y afirmo con certeza que, a menos que regrese pronto a la santa Iglesia y pase nueve horas con ella y sólo la décima con la sirvienta, es decir, con el mundo – no por amarlo sino por poseer con renuencia la riqueza y honor de su oficio episcopal, y arreglando todo con humildad y razonablemente para la gloria de Dios – entonces la herida espiritual en su alma será tan grave – para hacer una comparación física – como la herida de un hombre golpeado tan terriblemente en la cabeza que su cuerpo entero está arruinado hasta las plantas de sus pies, con sus venas y músculos estallados, y sus huesos despedazados y la médula chorreando horriblemente en todas direcciones.
Tan severamente atormentado como parece el corazón en un cuerpo golpeado tan violentamente en su cabeza y las partes del cuerpo cercanas a la cabeza, que hasta las mismísimas plantas de sus pies duelen a pesar de estar más alejadas, igualmente torturada severamente aparecerá esa alma miserable que esté más cerca del estallido de la justicia divina, cuando en su conciencia se vea a sí misma siendo herida insoportablemente en todos lados.”
Las palabras de la Virgen a la novia comparando el obispo amante de lo mundano a fuelles llenos de aire o a un caracol echado en la mugre, y sobre la sentencia administrada a semejante obispo, que es totalmente lo opuesto al Obispo Ambrosio.
Capítulo 7
“Las Escrituras dicen: 'Aquel que ama a su propia alma en este mundo la perderá.' Ahora, este obispo amaba a su propia alma con todos sus deseos, y no había inclinaciones espirituales en su corazón. Bien podía ser comparado a los fuelles llenos de aire cercanos a una forja. Así como queda un resto de aire en los fuelles una vez que los carbones se han apagado y el metal rojo caliente está fluyendo, así también, aunque este hombre le ha dado a su naturaleza todo lo que ansía, perdiendo inútilmente su tiempo, todavía quedan en él las mismas inclinaciones como el aire en los fuelles. Su voluntad está inclinada al orgullo mundano y a la lujuria. A causa de estos vicios, ofrece una excusa y un ejemplo pecaminoso a las personas con corazones endurecidos quienes, desperdiciados en pecados, son arrojados al infierno.
Ésta no era la actitud del buen Obispo Ambrosio. Su corazón estaba lleno de la voluntad de Dios. Comía y dormía con moderación. Expulsaba el deseo de pecado y empleaba su tiempo útil y moralmente, bien podría ser llamado un fuelle de virtud. Curó las heridas del pecado con palabras de verdad. Inflamó a aquellos que se habían enfriado en el amor a Dios mediante el ejemplo de sus propias buenas obras. Refrescó a aquellos que se estaban quemando en deseo pecaminoso mediante la pureza de su vida. De este modo, ayudó a muchas personas a evitar entrar a la muerte del infierno, porque el amor divino permaneció en él todo el tiempo que vivió.
Este Obispo, por otro lado, es como un caracol que se reclina en su suciedad de origen y arrastra su cabeza por el suelo. De modo similar, este hombre se reclina y tiene su deleite en pecaminosa abominación, dejando que su mente sea arrastrada a lo mundano antes que al pensamiento de la eternidad. Yo le haría reflexionar sobre tres cosas: primero, la manera en la que ha ejercido su ministerio sacerdotal. Segundo, el significado de esta frase del Evangelio: 'Visten pieles de oveja pero por dentro son como lobos rabiosos.' Tercero, la razón por la cual su corazón arde por las cosas temporales pero es frío hacia el Creador de todas las cosas.”
Capítulo 11 sobre cómo un obispo imprudente es comparado a un mono a causa de su necedad y malvada vida.
Este obispo, sin embargo, no es rico de esa manera. Es como un mono con cuatro rasgos distintivos. El primero es un disfraz que ha sido hecho para él que le cuelga y esconde su torso pero deja sus partes íntimas completamente expuestas. El segundo es que toca cosas apestosas con sus dedos y se los lleva a la boca. El tercero es que tiene cara de humano, aunque el resto de su color y apariencia es la de un animal salvaje. El cuarto es que, aunque tiene ambas manos y pies, pisotea la suciedad con sus manos y dedos. Ese obispo necio es como un mono, curioso acerca de la vanidad del mundo, demasiado deformado para cualquier acción que merezca elogio.
Viste un disfraz, esto es, su ordenación episcopal, que es honorable y preciosa a la vista de Dios, pero sus partes íntimas desnudas están expuestas, pues la frivolidad de su carácter y su lujuria carnal son mostrados a los demás y traen ruina a las almas. Esto va contra lo que aquel noble caballero dice acerca de cómo a las partes más vergonzosas de un hombre se les da el mayor honor, queriendo decir mediante esto que los instintos animales de los sacerdotes deben ser escondidos con buenas obras, de manera que los débiles no se escandalicen a causa de su ejemplo.
...
Este hombre, también, posee un alma estampada con el sello de Dios pero deformada mediante su propia avaricia. En el cuarto lugar, así como un mono toca y revuelve la suciedad con sus pies y manos, así también este hombre codicia las cosas de la tierra en sus apetitos y acciones, apartando su rostro del cielo y bajándola a la tierra como un animal abstraído. ¿Aminora un hombre como ése la ira de Dios? No, en absoluto, él más bien provoca la justicia de Dios contra sí mismo.”
173. ¿Se salvaría quien, siendo miembro de la Iglesia Católica, no practicase sus enseñanzas? - Quien, siendo miembro de la Iglesia Católica, no practicase sus enseñanzas, sería miembro muerto y, por tanto, no se salvaría, pues para la salvación de un adulto se requiere no sólo el bautismo y la fe, sino también obras conformes a la fe.
197. ¿Cuál fue el fruto de la predicación de los Apóstoles? - El fruto de la predicación de los Apóstoles fue la destrucción de la idolatría y el establecimiento de la religión cristiana.
262.
¿Por qué hemos de pedir a Dios las gracias en nombre de Jesucristo? - Hemos de pedir a Dios la gracias en nombre de Jesucristo porque siendo El nuestro medianero, sólo por medio de El podemos acercarnos al trono de Dios.
290.
¿Qué pedimos en la primera petición: SANTIFICADO SEA TU NOMBRE? - En la primera petición Santificado sea tu nombre, pedimos que Dios sea conocido, amado, honrado y servido de todo el mundo y de nosotros en particular.
292.
¿Por qué pedimos ante todo que sea santificado el nombre de Dios? - Pedimos ante todo que sea santificado el nombre de Dios porque hemos de desear más la gloria de Dios que todos nuestros intereses y provechos.
1 Juan 2:15 No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
»¡Ay de ustedes cuando todo el mundo los alabe, pues así hacían los antepasados de esa gente con los falsos profetas! Lucas 6:26 |
Revelaciones Celestiales a Santa Brígida de Suecia - Libro 3
Palabras de Ambrosio a la novia ofreciendo una alegoría sobre el hombre, su esposa y su sirvienta, y sobre cómo este adúltero simboliza un malvado obispo mientras que su esposa simboliza a la Iglesia y su sirvienta al amor hacia este mundo, y sobre la severa sentencia de aquellos más apegados al mundo que a la Iglesia.
Capítulo 6
“Soy el Obispo Ambrosio. Estoy apareciéndome a ti y hablándote en alegoría porque tu corazón es incapaz de recibir un mensaje espiritual sin comparación física alguna. Había una vez un hombre cuya esposa legítimamente casada era encantadora y prudente. Sin embargo, a él le gustaba más la sirvienta que su esposa. Esto tuvo tres consecuencias. La primera es que las palabras y los gestos de la sirvienta le deleitaban más que los de su esposa. La segunda es que vestía a la sirvienta con finas ropas sin que le importara que su esposa estuviese vestida con harapos comunes. La tercera es que estaba acostumbrado a pasar nueve horas con la sirvienta y sólo la décima hora con su esposa. El pasó la primera hora al lado de la sirvienta, disfrutando al contemplar su belleza. Pasó la segunda hora durmiendo en sus brazos. Pasó la tercera hora alegremente haciendo labores manuales para el confort de la sirvienta.
Pasó la cuarta hora tomando un descanso físico con ella tras su arduo trabajo. Pasó la quinta hora inquieto mentalmente, preocupándose sobre cómo proveer por ella. Pasó la sexta hora descansando con ella, viendo ahora que ella aprobaba totalmente lo que él había hecho por ella. A la hora séptima el fuego de la lujuria carnal entró en él. Pasó la octava hora satisfaciendo su vehemente lujuria con ella. A la novena hora descuidó ciertas tareas que, sin embargo, le habría gustado llevar a cabo. Pasó la décima hora ejecutando algunas tareas que no le apetecía hacer. Y sólo durante esta hora permaneció con su esposa. Uno de los parientes de su esposa vino al adúltero y le reprochó fuertemente, diciéndole: 'Vuelve el afecto de tu mente hacia tu esposa legítimamente casada. Ámala y vístela como le corresponde, y pasa nueve horas con ella y sólo la décima hora con la sirvienta. Si no, estate atento, porque morirás de una horrible y repentina muerte.'
Por el adúltero me refiero a alguien que ostenta el oficio de obispo por el bien de proveerle a la Iglesia, pero, a pesar de ello, lleva una vida adúltera. Él se ha unido a la santa Iglesia en unión espiritual para que sea su novia más querida, pero retira su afecto de ella y ama al servil mundo mucho más que a su noble dama y novia. De este modo, hace tres cosas. Primero, se regocija más de fraudulenta adulación del mundo que de una obediente disposición hacia la santa Iglesia. Segundo, ama los adornos mundanos, pero le preocupa poco la falta de adorno material o espiritual de la Iglesia. Tercero, pasa nueve horas en el mundo y sólo una de las diez en la santa Iglesia. De acuerdo con esto, pasa la primera hora en buen ánimo, contemplando la belleza del mundo con deleite.
Pasa la segunda hora durmiendo dulcemente en los brazos del mundo, esto es, entre sus altas fortificaciones y la vigilancia de sus ejércitos, felizmente confiado de poseer seguridad física a causa de estas cosas. Pasa la tercera hora haciendo animadamente labores manuales por el bien de la ventaja mundana, para que pueda obtener el disfrute físico del mundo. Pasa la cuarta hora tomando alegremente un descanso físico después de su arduo trabajo, ahora que tiene suficientes medios. Pasa la quinta hora inquieto en su mente de diferentes maneras, preocupándose sobre cómo puede parecer ser sabio en asuntos mundanos.
Durante la sexta hora experimenta una agradable tranquilidad de mente, viendo que las gentes mundanas en todo lugar aprueban lo que ha hecho. En la hora séptima oye y ve los placeres mundanos y con disposición abre su lujuria a ellos. Esto causa que un fuego arda impaciente e intolerablemente en su corazón. En la octava hora lleva a cabo en acto lo que antes había estado meramente en su ardiente deseo. Durante la novena hora omite descuidadamente ciertas tareas que había querido hacer sólo por motivos mundanos, para no ofender a aquellos por los cuales siente un simple afecto natural. En la hora décima él a desgana ejecuta unas pocas buenas obras, temeroso de que pueda ser encontrado en desdén y gane una mala reputación o reciba una dura sentencia severa si por alguna razón enteramente descuida hacerlas.
Está acostumbrado a pasar únicamente su décima hora con la santa Iglesia, haciendo lo que hace, no por amor sino por temor. Tiene miedo, desde luego, del castigo de los fuegos del infierno. Si él pudiera vivir para siempre en confort físico y con muchas posesiones mundanas, no se preocuparía de perder la felicidad del cielo. Por ello, juro por ese Dios que no tiene principio y que vive sin fin, y afirmo con certeza que, a menos que regrese pronto a la santa Iglesia y pase nueve horas con ella y sólo la décima con la sirvienta, es decir, con el mundo – no por amarlo sino por poseer con renuencia la riqueza y honor de su oficio episcopal, y arreglando todo con humildad y razonablemente para la gloria de Dios – entonces la herida espiritual en su alma será tan grave – para hacer una comparación física – como la herida de un hombre golpeado tan terriblemente en la cabeza que su cuerpo entero está arruinado hasta las plantas de sus pies, con sus venas y músculos estallados, y sus huesos despedazados y la médula chorreando horriblemente en todas direcciones.
Tan severamente atormentado como parece el corazón en un cuerpo golpeado tan violentamente en su cabeza y las partes del cuerpo cercanas a la cabeza, que hasta las mismísimas plantas de sus pies duelen a pesar de estar más alejadas, igualmente torturada severamente aparecerá esa alma miserable que esté más cerca del estallido de la justicia divina, cuando en su conciencia se vea a sí misma siendo herida insoportablemente en todos lados.”
Las palabras de la Virgen a la novia comparando el obispo amante de lo mundano a fuelles llenos de aire o a un caracol echado en la mugre, y sobre la sentencia administrada a semejante obispo, que es totalmente lo opuesto al Obispo Ambrosio.
Capítulo 7
“Las Escrituras dicen: 'Aquel que ama a su propia alma en este mundo la perderá.' Ahora, este obispo amaba a su propia alma con todos sus deseos, y no había inclinaciones espirituales en su corazón. Bien podía ser comparado a los fuelles llenos de aire cercanos a una forja. Así como queda un resto de aire en los fuelles una vez que los carbones se han apagado y el metal rojo caliente está fluyendo, así también, aunque este hombre le ha dado a su naturaleza todo lo que ansía, perdiendo inútilmente su tiempo, todavía quedan en él las mismas inclinaciones como el aire en los fuelles. Su voluntad está inclinada al orgullo mundano y a la lujuria. A causa de estos vicios, ofrece una excusa y un ejemplo pecaminoso a las personas con corazones endurecidos quienes, desperdiciados en pecados, son arrojados al infierno.
Ésta no era la actitud del buen Obispo Ambrosio. Su corazón estaba lleno de la voluntad de Dios. Comía y dormía con moderación. Expulsaba el deseo de pecado y empleaba su tiempo útil y moralmente, bien podría ser llamado un fuelle de virtud. Curó las heridas del pecado con palabras de verdad. Inflamó a aquellos que se habían enfriado en el amor a Dios mediante el ejemplo de sus propias buenas obras. Refrescó a aquellos que se estaban quemando en deseo pecaminoso mediante la pureza de su vida. De este modo, ayudó a muchas personas a evitar entrar a la muerte del infierno, porque el amor divino permaneció en él todo el tiempo que vivió.
Este Obispo, por otro lado, es como un caracol que se reclina en su suciedad de origen y arrastra su cabeza por el suelo. De modo similar, este hombre se reclina y tiene su deleite en pecaminosa abominación, dejando que su mente sea arrastrada a lo mundano antes que al pensamiento de la eternidad. Yo le haría reflexionar sobre tres cosas: primero, la manera en la que ha ejercido su ministerio sacerdotal. Segundo, el significado de esta frase del Evangelio: 'Visten pieles de oveja pero por dentro son como lobos rabiosos.' Tercero, la razón por la cual su corazón arde por las cosas temporales pero es frío hacia el Creador de todas las cosas.”
Francisco captado durante la llamada “audiencia jubilar”, realizada en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, Ene-30-2016. © AFP |
Capítulo 11 sobre cómo un obispo imprudente es comparado a un mono a causa de su necedad y malvada vida.
Este obispo, sin embargo, no es rico de esa manera. Es como un mono con cuatro rasgos distintivos. El primero es un disfraz que ha sido hecho para él que le cuelga y esconde su torso pero deja sus partes íntimas completamente expuestas. El segundo es que toca cosas apestosas con sus dedos y se los lleva a la boca. El tercero es que tiene cara de humano, aunque el resto de su color y apariencia es la de un animal salvaje. El cuarto es que, aunque tiene ambas manos y pies, pisotea la suciedad con sus manos y dedos. Ese obispo necio es como un mono, curioso acerca de la vanidad del mundo, demasiado deformado para cualquier acción que merezca elogio.
Viste un disfraz, esto es, su ordenación episcopal, que es honorable y preciosa a la vista de Dios, pero sus partes íntimas desnudas están expuestas, pues la frivolidad de su carácter y su lujuria carnal son mostrados a los demás y traen ruina a las almas. Esto va contra lo que aquel noble caballero dice acerca de cómo a las partes más vergonzosas de un hombre se les da el mayor honor, queriendo decir mediante esto que los instintos animales de los sacerdotes deben ser escondidos con buenas obras, de manera que los débiles no se escandalicen a causa de su ejemplo.
...
Este hombre, también, posee un alma estampada con el sello de Dios pero deformada mediante su propia avaricia. En el cuarto lugar, así como un mono toca y revuelve la suciedad con sus pies y manos, así también este hombre codicia las cosas de la tierra en sus apetitos y acciones, apartando su rostro del cielo y bajándola a la tierra como un animal abstraído. ¿Aminora un hombre como ése la ira de Dios? No, en absoluto, él más bien provoca la justicia de Dios contra sí mismo.”
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