R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que nos acompañen a la hora de nuestra muerte, y ofrezcan la Santa Misa por nosotros



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martes, 30 de octubre de 2018

Padre Amorth: La fiesta de Halloween es una especie de sesión de espiritismo presentada en la forma de un juego

El Padre Amorth  quien falleció a los 91 años, condenó la celebración de Halloween y advirtió sobre el peligro para los jóvenes, debido al aumento de la actividad ocultista , que alimenta el insomnio y la enfermedad mental; Depresión y pensamientos suicidas en niños. "Los estudios psiquiátricos y psicológicos muestran que los niños no pueden dormir, están agitados, deprimidos, obsesionados, y con ideas suicidas".   

 
 
 "Es una fiesta anticatólica, que pretende poner en segundo plano la solemnidad de Todos los Santos"
 
Halloween causa un pico en posesiones demoníacas en octubre.
 
“La fiesta de Halloween es una especie de sesión de espiritismo presentada en la forma de un juego, y eso es el equivalente de cantar hosannas al diablo. Debemos entender que el Papa Gregorio IV, 843 años después de Cristo movió el Día de la Fiesta de Todos los Santos que se celebraba el 13 de mayo hasta el presente 1 de noviembre,  para detener la mala tradición que llegó de Irlanda de adorar el mundo de la muerto."

  "Europa se está alejando de Dios y de Jesús y está adorando a Satanás. Entonces deberíamos estar realmente sorprendidos de que el mundo parece ir a la ruina´.

 
es.news
No es una religión, no es una creencia, ni una secta, pero aquí quiero decir brevemente lo mío también sobre una "práctica" muy difundida hoy en Occidente: la fiesta de Halloween. Me dicen que también en Italia hay familias que la celebran. Me parece que se equivocan. No quiero ser considerado un loco, pero para mí están equivocados. Pienso que la sociedad italiana está perdiendo el sentido de la vida, el uso de la razón y está cada vez más enferma. Celebrar Halloween parece también rendir una alabanza al diablo, a quien, si se lo adora, incluso por una sola noche, piensa en jactarse de los derechos sobre la persona. Entonces no nos sorprendamos si el mundo parece irse a pique y si los estudios de psicólogos y psiquiatras están repletos de niños insomnes, vandálicos, agitados, y de chicos obsesionados y deprimidos, suicidas potenciales.

Por supuesto, no quiero asustar a nadie, ni decir que celebrar Halloween lleva automáticamente a estas consecuencias. Pero sólo quiero poner en guardia contra lo que no es bueno. Los enmascaramientos macabros, las invocaciones aparentemente inofensivas que se hacen durante la fiesta de Halloween no son más que un tributo al príncipe de este mundo: el diablo. Me disgusta muchísimo que Italia, al igual que el resto de Europa, esté alejándose de Jesús, el Señor. La fiesta de Halloween es una especie de sesión de espiritismo presentada en la forma de un juego.

La astucia del demonio está precisamente aquí. Si nos fijamos bien, todo se presenta bajo una forma lúdica e inocente. Tampoco el pecado ya no es pecado en el mundo de hoy. Pero todo está camuflado bajo la forma de exigencia, libertad o placer personal. El hombre se ha convertido en el dios de sí mismo, exactamente lo que quiere el demonio.


Extraído de: Padre Gabriele Amorth, Il Diavolo. Una inchiesta contemporanea. I nuovi casi dell'ultimo esorcista, Ediciones Piemme, Milán 2014, pp. 89-90.

Publicado originalmente en italiano en: En Padre Amorth durissimo contro Halloween: "E' una trappola del Demonio, un osanna al Diavolo. Fa schifo e mi fa schifo!"

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

Samhain “The Witches’ New Year.” 



 

domingo, 28 de octubre de 2018

Viva Cristo Rey! Ave Christus Rex! Hail Christ the King!



Y así debemos regresar al reinado social de Jesucristo ...

  "19. Una vez que los hombres reconozcan, tanto en la vida privada como en la pública, que Cristo es el Rey, la sociedad recibirá por fin las grandes bendiciones de la verdadera libertad, tranquilidad y disciplina, la paz y la armonía.
 

Papa Pío IX, Quas Primas, carta encíclica que establece la fiesta de Cristo Rey, 1925



ACTO DE CONSAGRACIÓN DEL GÉNERO HUMANO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    
Jesús, dulcísimo Redentor del género humano, míranos postrados humildemente delante de tu altar; tuyos somos y tuyos queremos ser, y a fin de estar más firmemente unidos a ti, he aquí que, hoy día, cada uno de nosotros se consagra espontáneamente a tu Sagrado Corazón.
  
Muchos, Señor, nunca te conocieron; muchos te desecharon al quebrantar tus mandamientos; compadécete, Jesús, de los unos y de los otros, y atráelos a todos a tu Santo Corazón. Sé Rey, ¡Señor!, no sólo de los fieles que jamás se separaron de ti, sino también de los hijos pródigos que te abandonaron; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, no sea que perezcan de miseria y de hambre.
  
Sé Rey de aquéllos a quienes engañaron opiniones erróneas y desunió la discordia; tráelos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que luego no quede más que un solo rebaño y un solo pastor.
  
Sé Rey de los que aún siguen envueltos en las tinieblas de la idolatría o del islamismo. A todos dígnate atraerlos a la luz de tu Reino.
  
Mira, finalmente, con ojos de misericordia, a los hijos de aquel pueblo, que en otro tiempo fue tu predilecto; que también descienda sobre ellos, como bautismo de redención y vida, la sangre que reclamó un día contra sí.
  
Concede, Señor, a tu Iglesia incolumidad y libertad segura, otorga a todos los pueblos la tranquilidad del orden; haz que del uno al otro polo de la tierra resuene esta sola aclamación: “ALABADO SEA EL DIVINO CORAZÓN, POR QUIEN HEMOS ALCANZADO LA SALUD...; A ÉL GLORIA Y HONOR, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS”. Así sea.


A Cristo Rey

Oh Cristo Jesús, te reconozco que eres el rey del universo; Todo lo que se ha hecho está creado para ti. Ejercita sobre mí todos tus derechos soberanos. Por la presente renuevo las promesas de mi bautismo, renunciando a Satanás y todas sus obras y pompas, y me comprometo a llevar una vida verdaderamente cristiana de aquí en adelante. Y de una manera especial me comprometo a lograr el triunfo de los derechos de Dios y de tu Iglesia, en lo que se refiere a mí. Divino Corazón de Jesús, te ofrezco mis pobres acciones para obtener el reconocimiento de cada corazón de tu sagrado poder real. De tal modo, el reino de tu paz se establezca firmemente en toda la tierra. Amén.

miércoles, 24 de octubre de 2018

El Arcángel Rafael juzga la herética Amoris Laetitia de Bergoglio



El Arcángel San Rafael protector del Matrimonio, juzga las relaciones adulteras promovidas por la herética Amoris Laetitia. Tobit 12:10 Pero los que cometen pecado e iniquidad son enemigos de su propia alma.




 
 
 
 
 
LECTURA DEL LIBRO DE TOBÍAS 8,5-10

La noche de su boda, Tobías dijo a Sara: "Somos descendientes de un pueblo de santos, y no podemos unirnos como los paganos, que no conocen a Dios".
Se levantaron los dos y, juntos, se pusieron a orar con fervor. Pidieron a Dios su protección.
 
Tobías dijo: "Señor, Dios de nuestros padres, que te bendigan el cielo y la tierra, el mar, las fuentes, los ríos y todas las criaturas que en ellos se encuentran. Tú hiciste a Adán del barro de la tierra y le diste a Eva como compañera. Ahora, Señor, tú lo sabes: si yo me caso con esta hija de Israel, no es para satisfacer mis pasiones, sino solamente para fundar una familia en la que se bendiga tu nombre para siempre".
Y Sara, por su parte, dijo: "Ten compasión de nosotros, Señor, ten compasión de nosotros. Que los dos juntos vivamos felices hasta la vejez".
 
 
El demonio fue vencido.
 

 

 


Hebreos 13:4
Que todos respeten el matrimonio y mantengan la pureza de sus relaciones matrimoniales; porque Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen adulterio.



San Ambrosio
Creo que primero debe hablarse de la ley del matrimonio, para discutir después de la prohibición del divorcio. Algunos creen que todo matrimonio viene de Dios, porque está escrito ( Mt 19,6; Mc 10): "Aquellos a quienes Dios unió no debe separarlos el hombre". ¿Cómo, pues, dice el Apóstol ( 1Cor 7,15): "Si el infiel se separa, que se separe"? En lo que da a conocer que no todos los matrimonios vienen de Dios, ni por su voluntad se unen los cristianos con los gentiles. No quieras abandonar a tu mujer y así no negarás que Dios es el autor de tu unión. Porque si tienes obligación de sufrir y enmendar las costumbres de los extraños, con mucha más razón debes hacerlo con tu mujer. Si la abandonas cuando tienes hijos, obrarás con dureza despidiendo a la madre y quedándote con la prole, porque a la ofensa que haces a la madre añades la injuria que haces a la piedad, y obrarás con más dureza si por causa de la madre despides a los hijos. ¿Sufrirás acaso que tus hijos, viviendo tú aún, vivan bajo el dominio de un padrastro, o que viviendo su madre estén bajo el de una madrastra? ¡Cuán peligroso es si expones la edad frágil de la adolescencia a que caiga en el error! Y ¡cuán impío que desampares la ancianidad de aquélla cuya juventud has profanado! Supongamos que la repudiada no se case. Entonces te desagradará que guarde fidelidad a un adúltero. Pero supongamos que se case. Lo que para ella es una necesidad, para ti es un crimen, porque lo que consideras matrimonio es un adulterio. En esto, sin embargo, hay un sentido moral, porque después de haber dicho que el reino de los cielos era anunciado y que de la ley no podría faltar un ápice, añadió: "Cualquiera que deja a su mujer", etc. Jesucristo es el varón, la Iglesia es la esposa, esposa por la caridad y virgen por la integridad. Por tanto, no separe la persecución a aquél a quien Dios ha atraído a su Hijo. No lo separe la lujuria, no lo engañe la filosofía, no lo contamine el hereje, ni el judío lo aparte. Son adúlteros todos aquellos que desean adulterar la verdad de la fe y de la sabiduría.


 

Invocamos a San Rafael protector del matrimonio contra la astucia demoníaca de Amoris Laetitia

 
La batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será acerca del matrimonio y de la familia
 
Catecismo Mayor Papa San Pío X
544.- ¿Cómo se llaman por esta razón estos cinco sacramentos? - Estos cinco sacramentos, a saber: Confirmación, Eucaristía, Extremaunción, Orden Sagrado y Matrimonio, se llaman sacramentos de vivos, porque los que los reciben han de estar sin pecado mortal, esto es, ya vivos a la gracia santificante.
 
 
 
El Sexto Mandamiento :
No cometerás actos impuros.
Catecismo de la Iglesia Católica nos dice en el numeral 2336 Jesús vino a restaurar la creación en la pureza de sus orígenes. En el Sermón de la Montaña interpreta de manera rigurosa el plan de Dios: ‘Habéis oído que se dijo: «no cometerás adulterio». Pues yo os digo: «Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón’» (Mt 5, 27-28). El hombre no debe separar lo que Dios ha unido (cf Mt 19, 6).

La Tradición de la Iglesia ha entendido el sexto mandamiento como referido a la globalidad de la sexualidad humana.
¿Qué prohíbe el sexto Mandamiento?
Prohíbe toda impureza y toda relación sexual fuera del Sacramento del Matrimonio sin excepción.


Este mandamiento es para todos y nos abarca a todos a los casados, a los solteros, a los niños , los jóvenes, a los ancianos, a los sacerdotes y las religiosas.

El sexto mandamiento nos prohíbe toda acción, toda mirada, toda conversación contraria a la castidad, y la infidelidad en el matrimonio.
El Sexto mandamiento: Trata de todos los asuntos relacionados con la totalidad de la sexualidad humana. Prohíbe en acción lo que el noveno prohíbe en pensamiento o deseo.
"Oísteis que fue dicho a los antiguos: No adulterarás. Pues yo os digo que todo aquel que pusiese los ojos en una mujer para codiciarla, ya cometió adulterio en su corazón con ella. La justicia menor prohíbe cometer adulterio mediante la unión de los cuerpos; mas la justicia mas perfecta del reino de los cielos prohíbe cometerlo en el corazón. Y quien no comete adulterio en el corazón, mucho mas fácilmente cuida de no cometerlo con el cuerpo." San Agustín, sobre el sermón de la montaña


San Agustín, sermones, 9,3 (Catena Aurea)
Esto es, no irás a buscar otra mujer que la tuya. Si exiges de tu mujer esto, ¿no querrás pagarle del mismo modo cuando debes darle ejemplo con tus virtudes? Es muy necio el que el hombre diga que esto no se puede hacer. Lo que hace la mujer, ¿no podrá hacerlo el hombre? No quieras decir: No tengo mujer y por lo tanto voy a buscar a una mujer pública y por ello no quebranto este precepto, puesto que dice: "No adulterarás". Ya has conocido lo que vales, el precio que Cristo pagó por ti: ya sabes qué comes y qué bebes, y también a quién comes y a quién bebes. Sepárate, pues, de las fornicaciones. Cuando corrompes la imagen de Dios (que eres tú), por las fornicaciones y por las complacencias carnales, el mismo Dios también (que sabe lo que te es útil), te manda esto para que no se destruya su templo, que tú has empezado a ser.




«El verdadero y auténtico católico es el que ama la verdad de Dios y a la Iglesia, cuerpo de Cristo; aquel que no antepone nada a la religión divina y a la fe católica: ni la autoridad de un hombre, ni el amor, ni el genio, ni la elocuencia, ni la filosofía; sino que despreciando todas estas cosas y permaneciendo sólidamente firme en la fe, está dispuesto a admitir y a creer solamente lo que la Iglesia siempre y universalmente ha creído. Sabe que toda doctrina nueva y nunca antes oída, insinuada por una sola persona, fuera o contra la doctrina común de los fieles, no tiene nada que ver con la religión, sino que más bien constituye una tentación. (San Vicente de Lérins. Commonitorio, El verdadero católico y el hereje, n. 20)
 
«Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
 Mateo 16:27
 
 
Mateo 13:41 El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los que pecan y hacen pecar.
 
 
 
Mateo 13:49 Así será en el fin del mundo; los ángeles saldrán, y sacarán a los malos de entre los justos.
 
 
Judas 1:6- 7
Y a los ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene perpetuamente encarcelados en oscuridad para el juicio del gran Día. Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquéllos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza.


Hechos 15:19-29 (DHH)
19 »Considero, por lo tanto, que no se les debe imponer cargas innecesarias a aquellos que, no siendo judíos, dejan sus antiguas creencias para seguir a Dios. 20 Basta con escribirles que se aparten de todo lo que haya sido contaminado por los ídolos, que eviten los matrimonios prohibidos  (la fornicación) y que no coman carne de animales estrangulados o ahogados, ni tampoco sangre. 21 Porque desde los tiempos antiguos hay en cada pueblo quienes predican la ley de Moisés, la cual se lee en las sinagogas cada sábado.


Sabiduría 4:6  (DHH)
Los hijos que nacen de relaciones prohibidas
serán prueba de la perversidad de sus padres,
cuando Dios llame a éstos a juicio.
 
 

Tobías 6, 16-22 (Biblia Vugata)


 Díjole entonces el ángel Rafael: "Óyeme, y te enseñaré cuáles son aquellos sobre quienes tiene potestad el demonio.
Son los que abrazan con tal disposición el matrimonio, que apartan de sí y de su mente a Dios, dejándose llevar por su pasión, como el caballo y el mulo que no tienen entendimiento; ésos son sobre quienes tiene poder el demonio. Mas tú, cuando la hubieres tomado por mujer, y hayas entrado en el aposento, no llegues a ella en tres días, y no pienses en otra cosa sino en hacer oración en compañía de ella. En aquella misma noche, quemado el hígado del pez, será ahuyentado el demonio. En la segunda noche serás admitido en la unción de los santos patriarcas. En la tercera alcanzarás la bendición, para que nazcan de vosotros hijos sanos. Pasada la tercera noche te juntarás con la doncella en el temor del Señor, llevado más bien del deseo de tener hijos que de la concupiscencia, a fin de conseguir en los hijos la bendición propia del linaje de Abraham.


Tobias 8:7

 Yo ahora tomo por esposa a esta hermana mía,
no para satisfacer una pasión desordenada,
sino para constituir un verdadero matrimonio.
¡Ten misericordia de ella y de mí,
y concédenos llegar juntos a la vejez!".
 
 
 Hebreos 13:4 Tened todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado; que a los fornicarios y adúlteros los juzgará Dios.
 
 






TOBÍAS 12:15 Yo soy Rafael, uno de lo siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia".  



Oración De la Archicofradía de San Rafael

Glorioso Arcángel San Rafael, gran Príncipe de la Corte Celestial, ilustre por los dones de la sabiduría y de la Gracia, guía de los viajeros en tierra y mar, consuelo y de los pecadores, te suplico refugio que me asistas en todas las necesidades y las penas de esta vida, como sostuviste al joven Tobías en sus peregrinaciones. Ya que Tú eres el remedio de Dios, te pido humildemente que cures a mi alma de sus numerosas enfermedades y a mi cuerpo de los males que le afligen, si esta Gracias me conviene.  (Pedir la Gracia que se Necesita)
Te pido en especial una angélica pureza para merecer así ser Templo Viviente del Espíritu Santo. Amén 


"Glorioso Arcángel San Rafael, medicina de Dios, que guiaste a Tobías en su viaje para cobrar la deuda de Gabelo, le preparaste un feliz matrimonio y devolviste la vista a su anciano padre Tobit, guíanos en el camino de la salvación, ayúdanos en las necesidades, haz felices nuestros hogares y danos la visión de Dios en el cielo. Señor, que diste a tu hijo Tobías como compañero de viaje al Arcángel Rafael, concédenos la gracia de estar siempre protegidos por su custodia y asistidos por sus auxilios. Por Jesucristo Nuestro Señor, que vive y reina por siempre. Amén."


martes, 23 de octubre de 2018

“La caridad ...me obliga a gritar: ¡Hijo mío, pecador, mira que te vas a caer en los infiernos!” S. Antonio Ma Claret


“Igualmente me obliga a predicar sin parar el ver la multitud de almas que caen en los infiernos, pues es de fe que todos los que mueren en pecado mortal se condenan…
Y como veo la manera con que viven las gentes, muchísimas asentadas y habitualmente en pecado mortal, no pasa día que no aumenten el número de sus delitos. Cometen la iniquidad con la facilidad con que beben un vaso de agua, como por juguete y por risa obran la iniquidad. Estos desgraciados, por sus propios pies, marchan a los infiernos como ciegos,según el Profeta Sofonías: Ambulaverunt ut caeci quia Domino peccaverunt (Sof 1, 17: “Andarán como ciegos, porque pecaron contra el Señor”).
 
Si vosotros vierais a un ciego que va a caer en un pozo, en un precipicio, ¿no le advertiríais? He aquí lo que yo hago y que en conciencia debo hacer: advertir a los pecadores y hacerles ver el precipicio del infierno al que van a caer. ¡Ay de mí si no lo hiciera, que (me) tendría por reo de su condenación![…]
¡Ay, hermanos míos! Cuando yo veo a uno que está en pecado mortal, veo a uno que por cada paso que va dando, al suplicio del infierno se va acercando; y yo que veo al reo en tan infeliz estado, conozco el medio de librarle, que es el que se convierta a Dios, que le pida perdón y que haga una buena confesión. ¡Ay de mí si no lo hiciera!
Quizá me diréis que el pecador no piensa en infierno, ni siquiera cree en infiernos. Tanto peor. Y que ¿por ventura pensáis que por esto dejará de condenarse? No por cierto; antes bien es una señal más clara de su fatal condenación, como dice el Evangelio: Qui non crediderit, condemnabitur (Mc 16, 16: “El que no creyere será condenado”). Y, como dice Bossuet, esta verdad es independiente de su creencia; aunque no crea en el infierno, no dejará por esto de ir, si tiene la desgracia de morir en pecado mortal, aunque no crea ni piense en el infierno. […]
La caridad me urge, me impele, me hace correr de una población a otra, me obliga a gritar: ¡Hijo mío, pecador, mira que te vas a caer en los infiernos! ¡Alto, no pases más adelante! Ay, cuántas veces pido a Dios lo que pedía Santa Catalina de Siena: Dadme, Señor, el ponerme por puertas del infierno y poder detener a cuantos van a entrar allá y decir a cada uno: ¿Adónde vas, infeliz? ¡Atrás, anda, haz una buena confesión y salva tu alma y no vengas aquí a perderte por toda la eternidad!.



SAN ANTONIO MARÍA CLARET, Autobiografía, Parte 2ª, c. XI, in Escritos autobiográficos, BAC, Madrid, 1981, p. 184-186    
 
 
 
“Tampoco puedo entender por qué otros sacerdotes que creen las mismísimas verdades como yo, como todos debemos creer, no predican o exhortan a sus ovejas para que puedan evitar esta eternidad del infierno insoportable. Todavía es motivo de asombro para mí el que los laicos - a aquellos hombres y mujeres bendecidos con la fe - no dar aviso a aquellos que lo necesitan. Si una casa iban a prender en fuego en el medio de la noche, y si los habitantes de la misma casa y la otra gente de la ciudad estaban dormidos y no vieron el peligro, El primero que se dio cuenta del peligro ¿no sería el primero que gritar y correr por las calles, exclamando: "Fuego Fuego En esa casa de ahí!" Entonces ¿por qué no hacen una advertencia del fuego eterno para despertar a los que están a la deriva en el sueño del pecado de una manera tal que cuando abran los ojos se encontrarán ardiendo en las llamas eternas del infierno? ”
 
 
Ex alumno gay de Bergoglio
 
LAMENTOS DEL EPULON Y LUJURIOSO

Pecador que me imitas… ¡ay!, mira… ¡Qué penas! ¡Ay! A ti se te concede tiempo para arrepentirte; aprovéchalo; mira los tormentos que te aguardan; huye de los teatros, cafés y tabernas; arroja a las llamas aquellos cuadros, libros y papeles deshonestos e indecentes; rasga aquellos vestidos que ofenden al pudor; huye de juegos, cortejos y bailes; abandona las malas compañías; no salgas de noche; no hagas contigo ni con otros cosas deshonestas; no hables, ni cuentes, ni cantes cosas impuras; si lo haces… ¡Ay!, ¡te condenarás como yo! ¡Ay, ay!
REMEDIOS PARA CURAR LA IMPUREZA

Primer remedio.
–Por la mañana y por la noche implorarás de la Madre de la pureza, la Santísima Virgen, esta preciosa joya, saludándola al efecto con tres Avemarías.

Segundo remedio. –Así que asome algún pensamiento impuro, dale de mano al momento y di a María: Virgen Santísima, valedme, asistidme.

Tercer remedio. –Apártate de malas compañías, de bailes y cortejos; ni por el forro has de coger libros y papeles deshonestos; no mires pinturas, láminas u otros objetos provocativos, y sobre todo guárdate de hacer señales o acciones escandalosas.

Cuarto remedio. –Viste con modestia, come y bebe con templanza; no profieras palabras indecentes; no escuches ni sigas conversaciones malas y no des libertad a tus ojos.

Quinto remedio. –Acuérdate de que Dios te mira, y que tiene poder para quitarte la vida aquí mismo y arrojarte a los infiernos, como, entre otros, sucedió a Onán, que murió en el acto de cometer un pecado deshonesto, y fue condenado.

Sexto remedio. –Frecuenta los Santos Sacramentos.

San Antonio María Claret juzga a Bergoglio por arrastrar almas al infierno

 
El Heresiarca Bergoglio propaga la herejía del Universalismo y niega el Juicio Final:  “todo se salvará. Todo”.


Amoris Laetitia podría llevar al infierno


Bergoglio destruye el dogma del Infierno.

San Antonio María Claret


CALLAR SOBRE EL INFIERNO: GRAVE PECADO DE OMISIÓN
 La urgencia de predicar sobre el Infierno

“Es de fe que existe el Cielo para los buenos y el infierno para los malos. La fe nos enseña que las penas del infierno son eternos, y también nos advierte que un solo pecado mortal es suficiente para condenar un alma para siempre a causa de la maldad infinita en la que ofende a un Dios infinito. Con estos principios más tajante en la mente, ¿cómo puedo permanecer indiferente al ver la facilidad con la que se cometen pecados, los pecados que se producen tan frecuentes como tomase un vaso de agua, los pecados y las ofensas que se perpetúan por la frivolidad o la desviación? ¿Cómo puedo descansar cuando vemos a tantos que están viviendo continuamente en pecado mortal y corriendo de esta manera ciega a su propia destrucción eterna? No, ciertamente que no puedo descansar, sino que es mi deber apresurarme para gritarles una advertencia a ellos. Si yo viera a alguien a punto de caer en un hoyo o un incendio, no voy a correr hasta él y le advertirá, y haría todo en mi poder para ayudarle a no caer en el? ¿Por qué no puedo hacer esto y mucho mas para evitar que los pecadores se caigan en el pozo y los fuegos del infierno?
Tampoco puedo entender por qué otros sacerdotes que creen las mismísimas verdades como yo, como todos debemos creer, no predican o exhortan a sus ovejas para que puedan evitar esta eternidad del infierno insoportable. Todavía es motivo de asombro para mí el que los laicos - a aquellos hombres y mujeres bendecidos con la fe - no dar aviso a aquellos que lo necesitan. Si una casa iban a prender en fuego en el medio de la noche, y si los habitantes de la misma casa y la otra gente de la ciudad estaban dormidos y no vieron el peligro, El primero que se dio cuenta del peligro ¿no sería el primero que gritar y correr por las calles, exclamando: "Fuego Fuego En esa casa de ahí!" Entonces ¿por qué no hacen una advertencia del fuego eterno para despertar a los que están a la deriva en el sueño del pecado de una manera tal que cuando abran los ojos se encontrarán ardiendo en las llamas eternas del infierno? ”
 



“Igualmente me obliga a predicar sin parar el ver la multitud de almas que caen en los infiernos,....
Y como veo la manera con que viven las gentes, muchísimas de asiento y habitualmente en pecado mortal, no pasa día que no aumenten el número de sus delitos. Cometen la iniquidad con la facilidad con que beben un vaso de agua, como por juguete y por risa obran la iniquidad. Estos desgraciados, por sus propios pies, marchan a los infiernos como ciegos, según el Profeta Sofonías: Ambulaverunt ut caeci quía Domino peccaverunt.
Si vosotros viérais a un ciego que va a caer en un pozo, en un precipicio, ¿no le advertiríais? He aquí lo que yo hago y que en conciencia debo hacer: advertir a los pecadores y hacerles ver el precipicio del infierno a que van a caer. ¡Ay de mí si no lo hiciera, que (me) tendría por reo de su condenación!



....La caridad me urge, me impele, me hace correr de una población a otra, me obliga a gritar: ¡Hijo mío, pecador, mira que te vas a caer en los infiernos! ¡Alto, no pases más adelante! Ay, cuántas veces pido a Dios lo que pedía Santa Catalina de Siena. Dadme, Señor, el ponerme por puertas del infierno y poder detener a cuantos van a entrar allá y decir a cada uno. ¿Adónde vas, infeliz? Atrás, anda, haz una buena confesión y salva tu alma y no vengas aquí a perderte por toda la eternidad!”. (Autobiografía san Antonio María Claret Del llamado de Dios para ir a predicar o misionar)
 

Advertencia del Infierno por San Antonio María Claret

Las penas del Infierno
 
La sensación del los tormentos del infierno es esencialmente terrible. Figúrate, alma mía, en una noche obscura sobre la cima de una montaña alta. Debajo hay un valle profundo, y la tierra se abre de manera que con tu mirada puedes ver el infierno en su cavidad.
Figúratelo como una prisión situada en el centro de la tierra, muchas leguas abajo, toda llena de fuego, encerrado en un recinto de forma tan impenetrable que por toda la eternidad ni siquiera el humo puede escapar. En esta prisión los condenados están tan cerca el uno del otro como ladrillos en un horno. . . Considera la calidad del fuego en que se queman. Primero, el fuego se extiende por todas partes y tortura la totalidad del cuerpo y del alma.
Una persona condenada yace en el infierno para siempre, en el mismo punto en que fue asignado por la justica divina, sin ser capaz de moverse, como un prisionero en un cepo. El fuego que lo envuelve totalmente, como un pez en el agua, lo quema en derredor, a su izquierda, a su derecha, arriba y abajo. Su cabeza, su pecho, sus hombros, sus brazos, sus manos y sus pies, están totalmente penetrados con fuego, de manera que él todo se asemeja a una pieza de hierro candente y resplandeciente, que acaba de ser retirado del horno.
El techo del recinto en que moran las personas condenadas es de fuego; la comida que come es fuego; la bebida que toma es fuego; el aire que respira es fuego; todo cuanto ve y toca es fuego.... Pero este fuego no está meramente fuera de él; además traspasa a la personal condenada.
Penetra su cerebro, sus dientes, su lengua, su garganta, su hígado, sus pulmones, sus intestinos, su vientre, su corazón, sus venas, sus nervios, sus huesos, aún hasta el tuétano, y aún su sangre. «En el infierno», de acuerdo a San Gregorio Magno, «habrá un fuego que no puede apagarse, un gusano que no muere, un hedor insoportable, una obscuridad que puede sentirse, castigo por azotes de manos salvajes, con todos los presentes desesperados de cualesquier cosa buena.»
Uno de los hechos más terribles es que por el poder divino, este fuego va tan lejos como para actuar sobre las facultades del alma, quemándolas y atormentándolas. Supongamos que yo fuera a encontrarme colocado en el horno de un herrero, de manera que todo mi cuerpo estuviese al aire libre, exepto por un brazo puesto en el fuego, y que Dios fuera a preservar mi vida por mil años en esta posición. ¿No sería esto una tortura inaguantable? ¿Cómo sería entonces el estar completamente penetrado y rodeado de fuego, el cual afecta no sólo un brazo, sino inclusive todas las facultades del alma?
 
Más espantoso de lo que el hombre puede imaginar
En segundo lugar, este fuego es mucho más espantoso de lo que el hombre puede imaginar. El fuego natural que vemos durante esta vida tiene un gran poder para quemar y atormentar. Sin embargo, éste no es ni siquiera una sombra del fuego del infierno. Existen dos razones por las cuales el fuego del infierno es mucho más terrible, más allá de toda comparación, que el fuego de esta vida. La primera razón lo es la justicia de Dios, de la cual el fuego del infierno es un instrumento dirigido a castigar el mal infinito efectuado contra su suprema majestad, que ha sido despreciada por una criatura. Por lo tanto, la justicia suple este elemento con un poder tan ardiente que casi alcanza lo infinito....
La segunda razón lo es la malicia del pecado. Como Dios sabe que el fuego de este mundo no es suficiente para castigar el pecado como éste se merece, Él le ha dado al fuego del infierno un poder tan grande que nunca podrá ser comprendido por la inteligencia humana. --- Ahora bien, ¿cuán poderosamente quema este fuego? El fuego quema tan poderosamente, ¡oh alma mía!, que de acuerdo con los grandes maestros de la ascética, si una mera chispa cayera en una piedra de molino, la reduciría en un momento al polvo.
Si cayera en una bola de bronce, la derretiría instantáneamente como si se tratara de cera. Si cayera sobre un lago congelado, to haría hervir al instante. Hagamos una pausa breve, alma mía, para que contestes algunas preguntas que te haré. Primero, te pregunto: Si un horno especial fuera encendido, como usualmente se hacia para atormentar a los mártires, y entonces algunos hombres colocaran frente a ti todo tipo de bienes que el corazón humano pueda desear, y añadieran la oferta de un reino próspero -- si todo esto te fuera prometido a cambio de que sólo por media hora te introdujeras en el horno ardiente, ¿qué escogerías hacer?
¡Ni por cien reinos!
«¡Ah!» dirías, «Si me ofrecieras cien reinos nunca sería tan tonto como para aceptar unos términos tan brutales, no importa cuántas cosas grandes me ofrecieran, aún si estuviera seguro de que Dios va a preservar mi vida durante esos momentos de sufrimiento.» El segundo lugar, te pregunto: Si ya estuvieran en posesión de un gran reino y estuvieras nadando en un mar de riqueza, de manera que no carecieras de nada, y fueras atacado por un enemigo, hecho prisionero y encadenado, si fueras obligado a escoger entre perder tu reino o pasar media hora dentro de un horno ardiente, ¿qué escogerías? «¡Ah!», dirías, «¡prefiero pasar toda mi vida en la pobreza extrema y someterme a cualesquier otra injuria y desventura, que sufrir tan grande tormento!»


 
Una prisión de fuego eterno
Ahora, dirige tus pensamientos de lo temporal a lo eterno. Para evadir el tormento de un horno ardiendo, que duraría sólo media hora, tu sacrificarías cualesquier propiedad, aún las cosas que más te satisfacen, y estarías dispuesto a sufrir cualesquier otra pérdida temporal, no importa cuán pesada pudiera ser. Entonces, ¿por qué no piensas de igual modo cuando tratas los tormentos eternos? Dios no te amenaza con media hora de suplicio dentro de un horno ardiendo, sino con una prisión de fuego eterno. Para escapar de ella, ¿no deberías renunciar a todo lo que está prohibido por Él, no importa cuán placentero pueda ser, y abrazar alegremente todo cuanto Él ordena, aún si fuera extremadamente desagradable? Lo más espantoso del infierno es su duración.
La persona condenada pierde a Dios y lo pierde para toda la eternidad. Ahora bien, ¿qué es la eternidad? ¡Oh alma mía, hasta ahora ningún ángel ha podido comprender lo que es la eternidad! ¿Como entonces podrás tú comprenderla? Aún así, para formarnos alguna idea de ésta, consideremos las siguientes verdades: La eternidad nunca termina. Esta es la verdad que ha hecho temblar aún a los más grandes santos. El juicio final vendrá, el mundo será destruido, la tierra se tragará a todos los condenados, y éstos serán arrojados al infierno. Entonces, con su mano todopoderosa, Dios los encerrará para siempre en tan desdichada prisión.
Desde entonces, tantos años pasarán como hay hojas en los árboles y las plantas de toda la tierra, tantos miles de años, como hay gotas de agua en todos los mares y ríos de la tierra, tantos años como hay átomos en el aíre, como hay granos de arena en todas las costas de todos los mares. Luego, después de que todos estos incontables años pasen, ¿qué será la eternidad? Todavía no será siquiera una centésima parte de ella, o una milésima -- nada. Entonces comenzará nuevamente y durará tanto como antes, nuevamente, aún después de que se haya repetido esto miles de veces, y mil millones de veces, nuevamente. Y luego después de un período de tiempo tan largo, ni siquiera habrá pasado la mitad, ni siquiera una centésima parte o una milésima parte, ni siquiera una parte de la eternidad. En todo este tiempo no habrá interrupción en la quema de los condenados, comenzando todo nuevamente. ¡Oh qué misterio profundo! ¡Un terror sobre todos los terrores! ¡Oh eternidad! ¿Quién puede comprenderte? Supongamos que, en el caso del desdichado Caín, llorando en el infierno sólo derramará cada mil años una lágrima. Ahora, alma mía, recoge tus pensamientos y considera este caso: Por seis mil años, por lo menos, Caín ha estado en el infierno y ha derramado sólo seis lágrimas, que Dios milagrosamente ha preservado. ¿Cuántos años pasarían para que sus lágrimas cubriesen todos los valles de la tierra y que inundaran todas las ciudades, pueblos y villas y todas las montañas como para poder inundar toda la tierra? Entendemos que la distancia de la tierra al sol es de treinta y cuatro millones de leguas. ¿Cuántos años harían falta para que las lágrimas de Caín llenaran ese espacio inmenso? De la tierra al firmamento suponemos que hay una distancia de ciento sesenta millones de leguas.
 
Las lágrimas de Caín
¡Oh Dios! ¿Qué cantidad de años tendríamos que imaginar serían suficientes para llenar con lágrimas este inmenso espacio? Y aún así -- ¡Oh verdad incomprensible! -- estad seguros de ello pues Dios no puede mentir -- llegaría el tiempo en que las lágrimas de Caín serían suficientes para inundar el mundo, para alcanzar aún el sol, para tocar el firmamento, y llenar todo el espacio entre la tierra y el más alto cielo. Pero eso no es todo. Si Dios secara todas estas lágrimas hasta la última gota, y Caín comenzara otra vez a llorar, él volvería otra vez a llenar la totalidad del espacio y las inundaría mil veces y un millón de veces en sucesión, y luego de todos esos años incontables, ni siquiera habría pasado la mitad de la eternidad, ni siquiera una fracción. Después de todo ese tiempo quemándose en el infierno, los sufrimientos de Caín estarían tan sólo comenzando. La eternidad, en este caso, no tiene alivio. Sería de hecho, una pequeña consolación de muy poco beneficio para las personas condenadas si fueran capaces de recibir un breve respiro cada mil años.
 
No hay alivio
Imaginemos un lugar del infierno donde hay tres malvados. El primero está sumergido en un lago de fuego sulfúrico; el segundo está encadenado a una gran roca y está siendo atormentado por dos demonios, uno de los cuales constantemente le arroja plomo derretido por su garganta, mientras el otro se lo derrama encima de todo su cuerpo, cubriéndole desde la cabeza a los pies. El tercer réprobo está siendo torturado por dos serpientes, una de las cuales le envuelve su cuerpo y lo muerde cruelmente, mientras la otra entra a su cuerpo y le ataca el corazón. Supongamos que Dios se apiada de él y le concede un corto respiro. El primer hombre, luego de haber pasado mil años, se le remueve del lago y recibe el alivio de tomar agua fría, y luego de pasar una hora es arrojado nuevamente al lago. El segundo, luego de mil años de tormento, es removido de su lugar y se le permite descansar; pero luego de una hora se le arroja nuevamente al mismo tormento. El tercero, luego de mil años se ve librado de las serpientes; pero al cabo de una hora de alivio, nuevamente es abusado y atormentado por ellas.
¡Ah, cuán limitada sería esta consolación -- sufrir por mil años para descansar sólo por una hora! Ahora bien, el infierno ni siquiera tiene este alivio. Uno se quema siempre en esas llamas espantosas y nunca recibe ningún alivio en toda la eternidad. El condenado es mordido y herido con remordimiento, y nunca tendrá un descanso en toda la eternidad. Siempre sufrirá una sed muy ardiente y nunca recibirá el refresco de un poco de agua en toda la eternidad. Siempre se verá a sí mismo aborrecido de Dios y nunca podrá recibir la alegría de una simple mirada de ternura de Dios por toda la eternidad. El condenado se encontrará siempre maldito por el cielo y el infierno, y nunca recibirá un simple gesto de amistad. Es una de las desgracias esenciales del infierno que todo tormento será sin alivio, sin remedio, sin interrupción, sin final, eterno.
 
La bondad de su misericordia
Ahora ya comprendo en parte, ¡oh mi Dios!, lo que es el infierno. Es un lugar de tormentos extremos, de desesperanza extrema. Es donde merezco estar por causa de mis pecados, donde ya estaría confinado por varios años si tu inmensa misericordia no me hubiese librado. Repetiré mil veces: El Corazón de Jesús me ha amado, o de lo contrario ¡ahora estaría en el infierno! La misericordia de Jesús ha tenido compasión de mí, porque de lo contrario ¡ahora estaría en el infierno! La Sangre de Jesús me ha reconciliado con el Padre Celestial, o mi morada sería el infierno.
Este es el himno que quisiera contarte a Ti, mi Dios, por toda la eternidad. Sí, de ahora en adelante, mi intención es repetir estas palabras tantas veces como momentos pasen desde esa infortunada hora en que te ofendí por primera vez. ¿Cuál ha sido mi gratitud para Dios por la bondadosa misericordia que me ha mostrado? Él me libró del infierno.
¡Oh, inmensa caridad! ¡Oh, infinita bondad! Después de un beneficio tan grande, ¿no debería darle a Él todo mi corazón y amarlo con el amor del más ardiente serafín? ¿No debería dirigir todas mis acciones hacia Él, y en cada cosa buscar solamente complacer la voluntad divina, aceptando todas las contradicciones con alegría, de manera que pueda devolverle mi amor? ¿Podría hacer algo menos que eso después de una bondad tan grande? ¡Oh, ingratitud, merecedora de otro infierno! ¡Te eché a un lado, Dios mío! Reaccioné a tu misericordia cometiendo nuevos pecados y ofensas. Sé que he hecho mal, ¡oh, Dios mío!, y me arrepiento con todo mi corazón. ¡Ah, si pudiera derramar un mar de lágrimas por tan ofensiva ingratitud! Oh Jesús, ten misericordia de mí, pues ahora resuelvo mejor sufrir mil muertes que ofenderte nuevamente.



 La urgencia de predicar sobre el Infierno
“Es de fe que existe el Cielo para los buenos y el infierno para los malos. La fe nos enseña que las penas del infierno son eternos, y también nos advierte que un solo pecado mortal es suficiente para condenar un alma para siempre a causa de la maldad infinita en la que ofende a un Dios infinito. Con estos principios más tajante en la mente, ¿cómo puedo permanecer indiferente al ver la facilidad con la que se cometen pecados, los pecados que se producen tan frecuentes como tomase un vaso de agua, los pecados y las ofensas que se perpetúan por la frivolidad o la desviación? ¿Cómo puedo descansar cuando vemos a tantos que están viviendo continuamente en pecado mortal y corriendo de esta manera ciega a su propia destrucción eterna? No, ciertamente que no puedo descansar, sino que es mi deber apresurarme para gritarles una advertencia a ellos. Si yo viera a alguien a punto de caer en un hoyo o un incendio, no voy a correr hasta él y le advertirá, y haría todo en mi poder para ayudarle a no caer en el? ¿Por qué no puedo hacer esto y mucho mas para evitar que los pecadores se caigan en el pozo y los fuegos del infierno?
Tampoco puedo entender por qué otros sacerdotes que creen las mismísimas verdades como yo, como todos debemos creer, no predican o exhortan a sus ovejas para que puedan evitar esta eternidad del infierno insoportable. Todavía es motivo de asombro para mí el que los laicos - a aquellos hombres y mujeres bendecidos con la fe - no dar aviso a aquellos que lo necesitan. Si una casa iban a prender en fuego en el medio de la noche, y si los habitantes de la misma casa y la otra gente de la ciudad estaban dormidos y no vieron el peligro, El primero que se dio cuenta del peligro ¿no sería el primero que gritar y correr por las calles, exclamando: "Fuego Fuego En esa casa de ahí!" Entonces ¿por qué no hacen una advertencia del fuego eterno para despertar a los que están a la deriva en el sueño del pecado de una manera tal que cuando abran los ojos se encontrarán ardiendo en las llamas eternas del infierno? ” 

San Antonio María Claret juzga las herejías de Bergoglio




 
 
Blog sacerdotes católicos denzingerbergoglio

… juzga el modo de reformar la Iglesia que defiende Francisco

  • El remedio para el mundo es la formación de un buen clero. Con él, los impíos pierden su atrevimiento

[Los sacerdotes católicos] no estudian ni enseñan la moral y se consagran a la satisfacción de sus ambiciones y apetitos desenfrenados. No predican el Evangelio. […] Los curas de todo abusan; nada es para ellos sagrado. Todo lo han profanado y envilecido: el púlpito, el confesionario, la conciencia, la familia, y la sociedad entera, todo lo han echado a perder. […] Ellos deberían ser la luz del mundo, pero lo llenan de tinieblas con su ignorancia. […] Conclusión: Huye de ellos; son dos veces impostores; son lobos devoradores en vez de buenos pastores. […] Pienso qué remedio se puede aplicar a tan gran mal, y después de haber discurrido mucho, veo que el remedio es la formación de buen clero, sabio, virtuoso, celoso y de oración, por una parte, y por otra catequizar y predicar a los niños y demás gentes y hacer circular libros buenos y hojas sueltas. […] A la vista de la virtud y firmeza de los buenos sacerdotes, los impíos pierden su osadía y atrevimiento. (San Antonio María Claret. Autobiografía y escritos, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1959, p. 394-395)
  • ¡Ay de nosotros si ahuyentamos a los fieles!

¡Ay de nosotros si, en lugar de atraer a los fieles con buenas costumbres, los ahuyentamos con modos groseros y pasiones desenfrenadas! ¡Ay de nosotros si, en lugar de ser buen olor de Cristo en todo lugar, como dice el Apóstol, somos las pestes que los espante! (San Antonio María Claret. Autobiografía y escritos, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1959, p. 410)
  • “Aunque supiera que de mí han de hacer pedazos, no quiero callar”

¡Oh Inmaculada Virgen y Madre de Dios, Reina y Señora de la gracia! Dignaos por caridad dar una compasiva mirada a este mundo perdido. Reparad como todos han abandonado el camino que se dignó enseñarles vuestro Santísimo Hijo; se han olvidado de sus santas leyes y se han pervertido tanto, que se puede decir: “Non est qui faciat bonum, non est usque ad unum. Se ha extinguido en ellos la santa virtud de la fe, de suerte que apenas se encuentra sobre la tierra. ¡Ay! Extinguida esta divina luz, todo es obscuridad y tinieblas, y no saben donde caen. Sin embargo, agolpados van con paso apresurado por el ancho camino que les conduce a la eterna perdición. ¿Y queréis Vos, Madre mía, que yo, siendo un hermano de estos infelices, mire con indiferencia su total ruina? ¡Ah no! Ni el amor que tengo a Dios ni el que tengo al prójimo lo pueden tolerar. […] ¿Cómo tendré caridad, si, sabiendo que los carnívoros lobos están degollando a las ovejas de mi amo, callo? ¡Ah!, no es posible callar, Madre mía, en tales ocasiones; no, no callaré, aunque supiera que de mí han de hacer pedazos; no quiero callar; llamaré, gritaré, daré voces al cielo y la tierra a fin de que se remedie tan gran mal; no callaré; y si de tanto gritar se vuelven roncas o mudas mis fauces, levantaré las manos al cielo, se espeluznarán mis cabellos, y los golpes que con los pies daré en el suelo suplirán la falta de mi lengua. (San Antonio María Claret. Autobiografía y escritos. BAC, Madrid, 1959, p. 236-237)
  • Las personas oyen con afán la palabra de Dios

Además de las predicaciones hemos repartido muchos miles de hojas sueltas, opúsculos y libros; al efecto, en cada uno de los puntos adonde llegábamos ya hallábamos una gran caja que había pedido de antemano. No es posible explicar el afán con que venían a oír la divina palabra todas las gentes, el efecto que les causaba y a avidez con que pedían algún recuerdo y el amor con guardaban lo que dábamos, aunque no fuese más que una hojita. Hubo grandes conversiones. […] Muchísimos son los casos que me sucedido desde que soy sacerdote, aunque indigno, y que no he escrito por estar siempre muy ocupado. […] Hoy, día 15 de abril de 1864, me han dicho que en la parroquia de San Andrés, en la que yo había hecho la Misión en Cuaresma, habían cumplido con los preceptos de la Iglesia 4.000 almas más que en los años anteriores. Bendito sea Dios. Gloria sea a Dios. Se han confesado hombres que hacía cuarenta años y mujeres que hacía treinta años que no se habían confesado. (San Antonio María Claret. Autobiografía y escritos. BAC, Madrid, 1959, p. 386-387.408)

Cardenal Burke: “Las más altas autoridades de la Iglesia abandonan a Cristo y caen en la apostasía”

  Gloria TV Noticia El cardenal Raymond Burke pronunció en una homilía el 14 de diciembre la perogrullada de que la Iglesia se encuentra en ...