R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que nos acompañen a la hora de nuestra muerte, y ofrezcan la Santa Misa por nosotros



♰♰♰

viernes, 21 de octubre de 2016

El marxista revolucionario: los que lo conocieron desvelan quién es el nuevo Superior General Jesuita

 



Adelante la Fe
Horas después de que el cardenal Bergoglio fue elegido Papa, Rorate fue el primero en presentarles información privilegiada de Argentina sobre qué esperar (El Terror: así es como un periodista de Buenos Aires describe a Bergoglio).

Ahora, Rorate, rodeado de amigos en todo el mundo, ha sido contactado por una fuente de Venezuela, con ganas de decirle al mundo exactamente qué esperar del nuevo Superior General de la Compañía de Jesús (la propia sociedad religiosa del Papa), el P. Arturo Sosa Abascal, basándose en su experiencia en su tierra natal, ahora destrozada por el socialismo provocado, en gran medida, por los marxistas “católicos”.

En realidad, la situación actual en Venezuela, del hambre y la desesperación, es exactamente como la Teología de la Liberación se ve en la práctica. Y Sosa fue una gran parte de esta.

Ahora a nuestro invitado.

 
 
 
Una breve nota sobre el padre Arturo Sosa
Antonio Francés (seudónimo)
Querido amigo,
He conocido al P. Arturo Sosa Abascal durante mucho tiempo. Por desgracia, lo que he visto en él no está de acuerdo con las enseñanzas de Cristo.
En primer lugar, ha hecho del marxismo los lentes a través de los que ve todo, incluyendo el Magisterio católico (que él llama simplemente “fe cristiana”). Él, junto con muchos otros jesuitas en Venezuela, ha trabajado durante décadas con el fin de construir “Comunidades cristianas de base” comprometidas a construir sociedades socialistas en América Latina y Venezuela. Comunidades que viven el marxismo y el cristianismo no como los filósofos, pensadores, teólogos de Europa, sino a su manera. (Aquí él parece olvidarse de China, por cierto).
Una vez que los jesuitas habían completado este trabajo, entonces el Padre Sosa ha actuado de manera que la teología tuvo que ser reconstruida con este compromiso de las “bases” como principio rector, porque, como enseñó Marx, la praxis es el lugar de nacimiento de la teoría, y la teoría se construye con el fin de guiar la práctica. Afirma que el Evangelio es la norma de los cristianos, pero que está en una condición tal, que no puede inspirar los compromisos básicos y las herramientas de comprensión, ya que estos están históricamente condicionados. Por lo tanto, la experiencia de la “explotación” decide la orientación fundamental de las bases, y desde este punto de vista tienen que acercarse al “evangelio”.
La fe cristiana no significa otra cosa que ser capaz de acercarse al “otro”, es decir, a “los pobres”, a los “oprimidos”, que se convierte en el “punto de vista”. Por lo tanto, la fe está mediada por otros grupos de hombres. El hombre de fe tiene un enfoque científico de la realidad y tiene que elegir qué enfoque científico adoptar. La fe será mediada por esta opción. En este momento de la historia, por lo tanto, la mediación correcta es la del marxismo, porque el marxismo es el enfoque científico liberador, porque es la mejor manera de desenmascarar a los poderosos y guiar la lucha de los pobres.
Después de esto, siguió el camino convencional de la teología marxista de la liberación: rechaza la trascendencia del Reino de Cristo, propone una salvación política, adopta el materialismo e incluso el ateísmo, y asume que el cristianismo debe liberar al pueblo políticamente como lo hizo Moisés con Israel. (Ver este artículo).
El padre Sosa ha vivido su vida en conformidad con estas bases “teóricas”. En la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), los estudiantes nunca pudieron verlo usando signos de su sacerdocio. Dio charlas lado a lado con González Fausz con el fin de erradicar el culto a Dios de los estudiantes (gastar dinero en el culto a Dios sería un error: la mejor tradición “cristiana” desde Juan Crisóstomo sólo cuidaba de los pobres). Su trabajo como editor de la revista SIC y como Director del Centro Gumilla sirvió bien para destruir la fe de muchos jóvenes, incluyendo un muy buen amigo mío. (El lector puede ver sus papeles aquí).
En 1989 hubo un gran levantamiento popular en Caracas debido a la obra de un ministro liberal de economía. Se conoció después que Fidel Castro estaba detrás de esto. Las “comunidades de base” de los jesuitas trabajaron muy activamente y la radio a cargo de la cual estaban en su mayoría los jesuitas, “Fe y Alegría”, jugó un papel subversivo activo. Por lo tanto, se convirtieron en co-responsables de la muerte de 2,000 personas.
Más tarde, los jesuitas trabajaron activamente en la llegada de la revolución chavista. Había jesuitas que se oponían a Chávez, eso es cierto. Algunos muy fuertemente. Ahora, en abril de 2002, cuando Chávez estuvo fuera de la oficina durante un par de días, la gente escuchó al Padre Sosa proclamar que las Comunidades de Base “cristianas” defenderían la Revolución a muerte, que la “derecha” [?] vería la fortaleza de la Revolución …
Este hombre que ha trabajado muy duro toda su vida para re-interpretar el cristianismo desde un punto de vista marxista, que ha hecho no sólo trabajo “teórico”, sino trabajo Revolucionario directo, es el que los jesuitas ahora han elegido como su General. Tal vez el momento revolucionario en crecimiento en Colombia, comprobado por la población en sí en el referéndum que votó en contra de las demandas marxistas que se habrían insertado en su propia Constitución – y por la cual su presidente ganó, como era de esperar, el Premio Nobel de la Paz), lo exige. Pero uno aún queda desconcertado: ¿qué es lo que el revolucionario busca, todavía? En Venezuela han destruido sistemáticamente la infraestructura productiva, la agricultura, la industria, la administración pública, los tribunales, los hospitales, las escuelas, incluso la industria de la energía que soporta al país; han matado a miles de personas, tienen al país al borde de la hambruna desastrosa nunca antes vista en tal escala en las Américas. ¿Qué es lo que buscan? Probablemente la única explicación es la completa destrucción del mundo de Dios con el fin de construir “un mundo nuevo” en la historia. Que Dios nos proteja del bajo mundo revolucionario. Que Dios convierta los corazones y abra los ojos de su pueblo. Y, sobre todo, que Cristo proteja a su Iglesia.
[Traducido por Rocío Salas. Artículo original.]



Los medios liberales comentan: “Pero es que además esta elección representa un nuevo respaldo a la línea Arrupe.



Arturo Sosa ante la tumba del Marxista Pedro Arrupe, rindiéndole homenaje

Bergoglio ante la tumba del Marxista Pedro Arrupe, rindiéndole homenaje.


 

El marxista Pedro Arrupe,  fue el responsable de desviar al marxismo y secularizar la compañía.

El Padre Malachi Martin en su libro: "Los jesuitas y la traición a la Iglesia Católica Romana" explicó cómo, en 1963, los jesuitas se convirtieron en fanáticos comunistas de extrema izquierda, al mando de Pedro Arrupe, marxista y un gran defensor de Fidel Castro.



 
 
 

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