R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que nos acompañen a la hora de nuestra muerte, y ofrezcan la Santa Misa por nosotros



♰♰♰

domingo, 31 de octubre de 2021

Acto de Consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús

                     

Jesús, dulcísimo Redentor del género humano, míranos postrados humildemente delante de tu altar; tuyos somos y tuyos queremos ser, y a fin de estar más firmemente unidos a ti, he aquí que, hoy día, cada uno de nosotros se consagra espontáneamente a tu Sagrado Corazón.
  
Muchos, Señor, nunca te conocieron; muchos te desecharon al quebrantar tus mandamientos; compadécete, Jesús, de los unos y de los otros, y atráelos a todos a tu Santo Corazón. Sé Rey, ¡Señor!, no sólo de los fieles que jamás se separaron de ti, sino también de los hijos pródigos que te abandonaron; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, no sea que perezcan de miseria y de hambre.
  
Sé Rey de aquéllos a quienes engañaron opiniones erróneas y desunió la discordia; tráelos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que luego no quede más que un solo rebaño y un solo pastor.
  
Sé Rey de los que aún siguen envueltos en las tinieblas de la idolatría o del islamismo. A todos dígnate atraerlos a la luz de tu Reino.
  
Mira, finalmente, con ojos de misericordia, a los hijos de aquel pueblo, que en otro tiempo fue tu predilecto; que también descienda sobre ellos, como bautismo de redención y vida, la sangre que reclamó un día contra sí.
  

Concede, Señor, a tu Iglesia incolumidad y libertad segura, otorga a todos los pueblos la tranquilidad del orden; haz que del uno al otro polo de la tierra resuene esta sola aclamación: “ALABADO SEA EL DIVINO CORAZÓN, POR QUIEN HEMOS ALCANZADO LA SALUD...; A ÉL GLORIA Y HONOR, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS”. Así sea.




LATÍN

ACTUS CONSECRATIÓNIS HUMÁNI GÉNERIS AD SACRATÍSSIMI CORDIS JESU
Jesu dulcíssime, Redémptor humáni géneris, réspice nos ad altáre (Extra ecclesiam vel oratorium, dicitur: ante conspéctum) tuum humíllime provolútos. Tui sumus, tui esse vólumus; quo autem tibi conjúncti fírmius esse possímus, en hódie sacratíssimo Cordi tuo se quisque nostrum sponte dédicat. Te quidem multi novére nunquam; te, spretis mandátis tuis, multi repudiárunt. Miserére utrorúmque, benigníssime Jesu, atque ad sanctum Cor tuum rape univérsos.

Rex esto, Dómine, nec fidélium tantum qui nullo témpore discessére a te, sed étiam prodigórum filiórum qui te reliquérunt: fac hos, ut domum patérnam cito répetant, ne miséria et fame péreant.

Rex esto eórum, quos aut opiniónum error decéptos habet, aut discórdia separátos, eósque ad portum veritátis atque ad unitátem fídei révoca, ut brevi fiat unum ovíle et unus pastor.

Rex esto, eórum ómnium, qui in ténebris idololatríæ aut islamísmi adhuc versántur, eósque in lumen regnúmque tuum vindicáre ne rénuas.

Réspice dénique misericórdiæ óculis illíus gentis fílios, quæ támdiu pópulus eléctus fuit: et Sanguis, qui olim super eos invocátus est, nunc in illos quoque redemptiónis vitǽque lavácrum descéndat.

Largíre, Dómine, Ecclésiæ tuæ secúram cum incolumitáte libertátem; largíre cunctis géntibus tranquillitátem órdinis; pérfice, ut ab utróque terræ vértice una résonet vox: “SIT LAUS DIVÍNO CORDI, PER QUOD NOBIS PARTA SALUS: IPSI GLÓRIA ET HONOR IN SǼCULA”. Amen

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