Bergoglio ocupa el lugar de líder mundial de las religiones, y no busca ni le interesa la conversión de ninguno a la Iglesia católica, sino que al contrario los confirma en su rechazo a Cristo. Un principio de la masonería es el indiferentismo religioso por eso Bergoglio insiste en que no le interesa mezclar las religiones porque así los confirma en sus falsas creencias.
En lugar de predicar el Evangelio de Jesucristo y velar por la salvación de las almas Bergoglio, se opone al Reinado Universal de Cristo.
Los anima a que sigan en sus falsas creencias y que se unan a él y no a Cristo ni a la Iglesia, le hace proselitismo a los ideales de la masonería, para que todos ellos estén unidos unidos, no en la Verdad, sino en las obras sociales, de filantropía.
Bergoglio promueve el culto al hombre y la herejía del indiferentismo religioso, que es la mayor blasfemia. Bergoglio viola el Primer mandamiento de la ley de Dios y pone delante de Dios a falsos dioses.
En lugar de predicar el Evangelio de Jesucristo y velar por la salvación de las almas Bergoglio, se opone al Reinado Universal de Cristo.
Los anima a que sigan en sus falsas creencias y que se unan a él y no a Cristo ni a la Iglesia, le hace proselitismo a los ideales de la masonería, para que todos ellos estén unidos unidos, no en la Verdad, sino en las obras sociales, de filantropía.
Bergoglio promueve el culto al hombre y la herejía del indiferentismo religioso, que es la mayor blasfemia. Bergoglio viola el Primer mandamiento de la ley de Dios y pone delante de Dios a falsos dioses.
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