(En la foto: Bergoglio de pie delante del SS Sacramento - como de costumbre - dejando el reclinatorio sin usar.)
Es el discurso en la vigilia de la noche del viernes (la bendición de las velas) el decisivo.
No sólo él nunca mencionó, ni el infierno, ni el comunismo ateo, sino que desafió explícitamente las palabras de la Madonna y su profecía, hasta ridiculizó el informe de Sor Lucía.
De hecho, el contenido central de la aparición de Fátima fue la visión terrorífica de demonios, que reveladas a los pastorcitos.
Esta es la razón por la cual la Virgen ha aparecido: ella expresó su dolor agonizante debido a que muchas almas se pierden, se hunde allí abajo; Ella advirtió del advenimiento del comunismo ateo (que, de hecho, unos meses más tarde tomaron el poder en Rusia), ella pidió la conversión y conversión para evitar la eterna perdición y los desastres que la elección del mal atrae a la humanidad y al mundo.
Bueno, Bergoglio fue a Fátima para demolerlo todo.
Argumentó que se comete una “cometemos una gran injusticia contra Dios y su gracia cuando afirmamos en primer lugar que los pecados son castigados por su juicio, sin anteponer —como enseña el Evangelio— que son perdonados por su misericordia”, porque hay que “anteponer que se le perdona por su misericordia.” Repite: “debemos anteponer la misericordia al juicio”.
Es evidente que el objetivo es el Mensaje de Fátima, reportado por Sor Lucia. Pero la visionaria ha informado simplemente las palabras de la Virgen.
Así que hay tres opciones:
¿Creemos?
Que Bergoglio en realidad no creen en las apariciones y milagros de verdad es más que una sospecha, porque él mismo lo dice en el libro entrevista “Sobre el cielo y la tierra”, donde afirma:
“Siento una desconfianza inmediata frente a casos de curación, incluso cuando se trata de revelación o visión; esas son todas las cosas que me ponen a la defensiva. Dios no es una especie de Correo Andreani (un mensajero, ed) que envía mensajes todo el tiempo”.
De hecho, Bergoglio nos dice que él cree en un Dios, pero no es el Dios de los católicos. Además, dijo abiertamente en la entrevista con Scalfari: “Creo en dios, no en un Dios católico, no hay un Dios católico”.
Los musulmanes o incluso los masones - por decir - pueden suscribirse a tal declaración. Pero no los católicos.
El problema es éste: un hombre que —como Papa de la Iglesia Católica — pretende sacar a la Iglesia del catolicismo. Por esta razón, en Fátima Bergoglio de hecho ridiculizó el temor del infierno y la amonestación maternal de la Virgen sobre la perdición eterna.
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