Durante la Transfiguración de Jesucristo el Padre Celestial, nos ordena que debemos escuchar a su hijo amado, pero quienes no aceptan a Cristo como redentor y rechazan ser bautizados en el nombre de la Santísima Trinidad, y no se convierten en discípulos de Cristo, la Escritura nos afirma que esos obstinados tampoco se salvarán y como no aceptan al Mesías para ser redimidos, entonces la maldición de Dios permanece sobre ellos.
Juan 3:36
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él.»
1 Corintios 16:22
El que no ama a nuestro Señor Jesucristo, sea anatema: Maranatha.
Beda, in Marcum, 3,27 Transfigurado el Salvador, no perdió su sustancia corporal, sino que mostró la gloria de la futura resurrección suya o nuestra. El que así apareció a los Apóstoles, así aparecerá después del juicio a todos los elegidos.
San Beda, in Marcum, 3, 27
Después de pensar en un tabernáculo material, Pedro recibió abrigo en una nube, con lo cual se le enseñó que en la resurrección seremos protegidos, no por el techo de una casa, sino por la gloria del Espíritu Santo. "En esto, prosigue, se formó una nube que los cubrió". Pero como han hecho una pregunta imprudente, no mereciendo respuesta del Señor, es el Padre quien responde por el Hijo. "Y salió de esta nube una voz que decía: Este es mi Hijo", etc.
San Beda, in Marcum, 3, 27
Es de notar que, en la glorificación del Señor en el monte se declara todo el misterio de la Santísima Trinidad, así como se había declarado en el bautismo en el Jordán, porque veremos y alabaremos en la resurrección la misma gloria que confesamos en el bautismo. Y no en vano el Espíritu Santo, que apareció allí bajo la figura de una paloma, aparece aquí en una nube brillante, porque el que ahora guarda con sencillo corazón la fe que recibió, contemplará entonces con toda claridad el objeto de su fe. En el momento, pues, en que sonó esta voz sobre el Hijo, se encontró solo, porque, cuando se manifieste a los elegidos, será Dios en todo para todo ( 1Cor 15), o más bien brillará Cristo en todo con los suyos, como la cabeza con el cuerpo
San Remigio
El acto de caer los discípulos sobre sus rostros es indicio de santidad. Porque de los santos se dice que caen sobre sus rostros y los impíos de espaldas.
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