El Sábado Santo (de Sabbatum Sanctum, su nombre oficial litúrgico) es sagrado como el día de descanso del Señor; se le ha llamado el "Segundo día de reposo" después de la creación. Según la tradición, todo el cuerpo de la Iglesia está representada en María: ella es la "credentium collectio universa" De este modo, la Virgen María, mientras espera cerca de la tumba del Señor, tal como se la representa en la tradición cristiana, es un icono de la Iglesia Virginal que permanence en vigilia en la tumba de su esposo a la espera de la celebración de su resurrección.
El Cuerpo de Jesús permanece en la Tumba pero su Espíritu desciende al lugar de los Muertos, para anunciar la liberación de la sombra de la oscuridad a sus antepasados. La Virgen representa la fidelidad de la Iglesia que espera confiada en la Victoria de Cristo sobre la Muerte.
A LA VIRGEN DE LOS DOLORES
Señora y Madre nuestra: tu estabas serena y fuerte junto a la cruz de Jesús. Ofrecías tu Hijo al Padre para la redención del mundo.
Lo perdías, en cierto sentido, porque El tenía que estar en las cosas del Padre, pero lo ganabas porque se convertía en Redentor del mundo, en el Amigo que da la vida por sus amigos.
María, ¡qué hermoso es escuchar desde la cruz las palabras de Jesús: "Ahí tienes a tu hijo", "ahí tienes a tu Madre".
¡Qué bueno si te recibimos en nuestra casa como Juan! Queremos llevarte siempre a nuestra casa. Nuestra casa es el lugar donde vivimos. Pero nuestra casa es sobre todo el corazón, donde mora la Trinidad Santísima. Amén.
Acompañemos a nuestra Madre María en su serena soledad rezando el Santo Rosario.
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