R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que nos acompañen a la hora de nuestra muerte, y ofrezcan la Santa Misa por nosotros



♰♰♰

viernes, 8 de mayo de 2020

San Miguel en el Monte Gargano prometió la protección contra la invasión pagana de los pueblos cercanos


 Santo Tomás dijo: "Miguel es el aliento del espíritu del Redentor que al final del mundo combatirá y destruirá al Anticristo, como hizo con Lucifer al principio".

 
“La veneración a San Miguel es el mas grande remedio en contra de la rebeldía y la desobediencia a los mandamientos de Dios, en contra del ateísmo, escepticismo y de la infidelidad.” San Francisco de Sales
 
 
“En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo”. -Daniel 12:1  


                              ‘¿Quién como Dios?’

Es una grito de guerra contra la idolatría,  contra las fuerzas demoniacas, contra la rebelión, contra la herejía, que proclama que por encima de Dios no hay nada ni nadie mas poderoso que El.


San Miguel remedio contra del Paganismo, la idolatría, la apostasía.


El Santuario del glorioso San Miguel Arcángel en la gruta del Monte Gargano es considerado uno de los más antiguos, célebres y devotos de todo el mundo. La Iglesia, para atestiguar este hecho histórico, marcó en el Calendario Litúrgico Universal la fiesta conmemorativa de esta Aparición el día 8 de mayo. En la fiesta de hoy 8 de Mayo celebramos al gran príncipe de las huestes celestiales, fiesta que fue extendida a la Iglesia universal por el Papa san Pío V.

Ya vemos porque los herejes modernistas la eliminaron del Misal Romano.


La aparición tuvo lugar en el año 490 en el sur de Italia, en el monte Gargano. Es el más antiguo santuario en Europa Occidental dedicado al Arcángel Miguel y ha sido un importante lugar de peregrinación desde la edad media.-Ex 23:20


“He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado. Pórtate bien en su presencia y escucha su voz: no le seas rebelde, que no perdonara vuestras transgresiones, pues en el esta mi Nombre. si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que yo diga, tus enemigos serán mis enemigos y tus adversarios mis adversarios. Mi ángel caminara delante de ti y te introducirá en el país de los amorreos, de los hititas, de los perizitas, de los cananeos, de los jivitas y de los jebuseos; y yo los exterminaré. No te postrarás ante sus dioses, ni les darás culto, ni imitaras su conducta; al contrario, los destruirás por completo y romperás sus estelas. Vosotros daréis culto a Yahveh, vuestro Dios”.

Imploremos que San Miguel Arcángel nos defienda  en esta lucha contra las herejías de Bergoglio que se levanta desafiante contra la Santa Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo violado el primer mandamiento y promoviendo la idolatría y el paganismo.
 
  
 
Muchos santos han visitado este monte sagrado entre ellos se pueden mencionar a san Francisco, el Padre Pío, San Antonio, San Agustín.
El Monte Gargano donde está este santuario, está cerca del convento de Nuestra Señora de Gracia, donde vivió y murió el célebre estigmatizado Santo Padre Pío de Pietrelcina.
 
 San Francisco de Sales, nos enseña que: "La veneración a San Miguel es el mas grande remedio en contra de la rebeldía y la desobediencia a los mandamientos de Dios, en contra del ateísmo, escepticismo y de la infidelidad."
 
Dios ha prometido que nos guiara por medio de San Miguel Arcángel en la batalla final que estamos liberando contra la fuerza de los apostatas confiémonos a su poderosa protección pues Dios nos ha prometido la victoria final.

“En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo”. -Daniel 12:1
 
 

Dom Prospero Gueranger:
ELOGIO. — Cuán hermoso eres oh Arcángel San Miguel, dando gloria al Señor cuyo enemigo derribaste. Tu mirada se dirige al trono de Dios cuyos derechos defendiste concediéndote la victoria. Tu grito ¿quién como Dios? electrizó a las legiones fieles y se trocó en tu nombre y tu corona. En la eternidad nos recordará siempre tu fidelidad y tu triunfo sobre el dragón. Entretanto, descansamos bajo tu custodia: somos leales servidores tuyos. 






PROTECTOR DE LA IGLESIA. — ¡Angel custodio de la Santa Iglesia! Ha llegado el momento de desplegar toda la fuerza de tu brazo. Satanás, amenaza furioso a la Esposa de tu Señor. Haz que brille tu espada y lánzate contra ese enemigo implacable y contra sus horrendos cohortes. El reino de Cristo se ha conmovido en sus cimientos. Pero si la tierra debe existir aún, si no se han cumplido los destinos de la Iglesia ¿no es tiempo, poderoso Arcángel, de mostrar al demonio que en la tierra no se ultraja impunemente a Aquel que la creó y la rescató y se llama Rey de Reyes y Señor de señores? El torrente del error y del mal no cesa de arrastrar hacia el abismo a la generación seducida; sálvala y destruye las malvadas conjuraciones de que es víctima. 



PROTECTOR DE LA BUENA MUERTE. — Eres el protector de nuestras almas en el momento de su  paso del tiempo a la eternidad. Durante nuestra vida tu mirada nos sigue y tu oído nos escucha. Te amamos, Príncipe inmortal, y vivimos felices y confiados a la sombra de tus alas. Pronto llegará el día en que, ante nuestros restos inanimados, la Iglesia nuestra Madre, pedirá para nosotros que seamos libres de las garras del león infernal y que tus manos poderosas nos reciban y nos eleven a la luz eterna. En espera de este momento solemne, vela Arcángel sobre tus devotos. El dragón nos amenaza y quisiera devorarnos. Enséñanos a repetir contigo: "¿Quién como Dios?" El honor de Dios, el sentimiento de sus derechos, la obligación de serle siempre fieles, de servirle, de confesarle en todos los tiempos y lugares serán el escudo y la armadura con que venceremos como tú venciste. Pero necesitamos algo de ese valor que tú sacabas del amor de que estabas lleno. Haz que amemos a nuestro común Señor y entonces seremos también invencibles como tú. Satanás no resiste a la criatura que está llena de amor de Dios y huye vergonzosamente de ella. El Señor te creó y tú le amaste como a tu Criador; a nosotros no sólo nos ha creado sino que nos ha rescatado con su propia sangre. ¿Cuál deberá ser, pues, nuestro amor para con él? Afianza ese amor en nuestros corazones; y puesto que combatimos en tu ejército, dirígenos, anímanos, sosténnos con tu mirada y detén los golpes de nuestro enemigo. En nuestra hora postrera estarás, así lo esperamos, a nuestro lado abanderado de nuestra salvación. En pago de nuestra devoción está presente en nuestro lecho y cúbrele con tu escudo. No abandones a nuestra alma cuando a ti se acoja. Llévala ante el tribunal de Dios, cúbrela con tus alas, disipa sus temores y que el Señor se digne mandarte transportarla con presteza a la región de las alegrías eternas.

 


 

 
LETANÍA DEL ARCÁNGEL SAN MIGUEL

Kyrie, eleison.
(Señor, ten piedad)

Christe, eleison.
(Cristo, ten piedad)
Kyrie, eleison.
(Señor, ten piedad)

Christe, audi nos.
(Cristo, óyenos)

Christe, exaudi nos
(Cristo, escúchanos)
Pater de caelis Deus, miserere nobis.
(Dios Padre Celestial, ten misericordia de nosotros)
Fili Redemptor mundi, Deus, miserere nobis.
(Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros)
Spiritus Sancte, Deus, miserere nobis.
(Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros)
Sancta Trinitas, unus Deus, miserere nobis.
(Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros)

Sancta Maria, Regina Angelorum, ora pro nobis.
(Santa María, Reina de los Ángeles, ruega por nosotros)

Sancte Michael Archangele, ora pro nobis.
(San Miguel Arcángel, ruega por nosotros)
Sancte Michael, sapientiae divinae fons abundans, ora pro nobis.
(San Miguel, fuente abundante de la sabiduría divina, ruega por nosotros)

Sancte Michael, divini Verbi adorator perfectissime, ora pro nobis.
(San Miguel, adorador pefectísimo del Verbo Divino, ruega por nosotros)

Sancte Michael, quem gloria et honore Deus coronavit, ora pro nobis.
(San Miguel, a quien coronó Dios de gloria y honor, ruega por nosotros)
Sancte Michael, caelestis exercitus princeps potentissime, ora pro nobis.
(San Miguel, príncipe poderosísimo del ejército celestial, ruega por nosotros)
Sancte Michael, Trinitatis sanctissimae signifer, ora pro nobis.
(San Miguel, portaestandarte de la Santísima Trinidad, ruega por nosotros)
Sancte Michael, paradisi custos, ora pro nobis.
(San Miguel, guardián del Paraíso, ruega por nosotros)

Sancte Michael, dux et consolator populi Dei, ora pro nobis.
(San Miguel, caudillo y consolador del pueblo de Dios)
Sancte Michael, splendor et fortitudo militantis Ecclesiae, ora pro nobis.
(San Miguel, esplendor y fortaleza de la Iglesia militante, ruega por nosotros)
Sancte Michael, confortator prgantis Ecclesiae, ora pro nobis.
(San Miguel, confortador de la Iglesia purgante, ruega por nosotros)

Sancte Michael, honor et gaudium triumphantis Ecclesiae, ora pro nobis.
(San Miguel, honor y gozo de la Iglesia triunfante, ruega por nosotros)

Sancte Michael, lumen Angelorum, ora pro nobis.
(San Miguel, lumbrera de los Ángeles, ruega por nosotros)

Sancte Michael, praesidium orthodoxi populi, ora pro nobis.
(San Miguel, asilo del pueblo ortodoxo, ruega por nosotros)

Sancte Michael, sub signo Crucis militantium fortitudo, ora pro nobis.
(San Miguel, fortaleza de los que militan bajo el signo de la Cruz, ruega por nosotros)

Sancte Michael, lux et spes animarum in agone mortis, ora pro nobis
(San Miguel, luz y esperanza de las almas que están en agonía, ruega por nosotros)
Sancte Michael, auxilium tutissimum, ora pro nobis.
San Miguel, auxilio segurísimo, ruega por nosotros)
Sancte Michael, in adversitatibus nostris adiutorium, ora pro nobis.
(San Miguel, ayuda en nuestras adversidades, ruega por nosotros)

Sancte Michael, aeternarum sententiarum proclamator, ora pro nobis.
(San Miguel, proclamador de las sentencias eternas, ruega por nosotros)
Sancte Michael, consolator animarum in purgatorio languentium, ora pro nobis.
(San miguel, consolador de las almas del Purgatorio, ruega por nosotros)

Sancte Michael, animas electorum post mortem suscipiens, ora pro nobis.
(San Miguel, que recibes las almas de los elegidos cuando mueren, ruega por nosotros)
Sancte Michael, princeps noster, ora pro nobis.
(San Miguel, nuestro príncipe, ruega por nosotros)
Sancte Michael, defensor noster, ora pro nobis.
(San Miguel, defensor nuestro, ruega por nosotros)

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, parce nobis, Domine.
(Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor)

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, exaudi nos, Domine.
(Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor)
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis.
(Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros)

V. Ora pro nobis, Sancte Michael Archangele.
(Ruega por nosotros, San Miguel Arcángel)

R. Ut digni efficiamur promissionibus Christi.
(Para que seamos dignos de las promesas de Cristo)

Oremus. Domine Iesu Christe, benedictione perpetua sanctifica nos, et concede, per intercessionem sancti Michaelis illam sapientiam quae doceat nos thesaurizare thesaurum in caelis, et pro temporalibus, aeterna bona eligere. Qui vivis et regnas in saecula saeculorum. R. Amen
(Oremos. Señor Jesucristo, santifícanos con tu perpetua bendición y concédenos por intercesión de San Miguel aquella sabiduría que nos enseñe a acumular tesoros en el cielo y, en las cosas temporales, elegir los bienes eternos. Que vives y reinas por los siglos de los siglos, R. Amén.)


 

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