Santa Mónica, otra santa católica que tampoco pertenece a la secta de Bergoglio.
Fue una madre bondadosa pero no fue cobarde, ni débil de carácter.
Una santa más a las que la secta de Bergoglio en complicidad con la secta cismática alemana atacarían de “fundamentalista” y “apegada a las tradiciones”, que tampoco se dejó sorprender por el falso dios bergogliano “de la sorpresa”.
Si eres bergogliano se coherente, no celebres tampoco a Santa Mónica, una mujer católica que no acompañó a su hijo en el concubinato, ni en su falsa religión maniquea, sino que lo echó de su casa para no escuchar sus blasfemias.
Santa Mónica en lugar de acompañar a Agustín en el pecado y en la herejía, derramó incontables lágrimas suplicando a Dios que rescatara a su hijo de la esclavitud del pecado, y Dios se compadeció de ella, dándole a Agustín el don de la conversión, enviándole como mentor de su hijo a San Ambrosio y haciendo de Agustín un gran santo.
Bergoglio no profesa la fe católica, desafía la Ley Natural Divina, niega el Credo Católico y contradice toda la doctrina católica, por eso es un hereje y un apóstata que no profesa la misma fe de ningún santo católico.
Si “Profundizar en la historia es cesar de ser protestante”. Nosotros podemos decir que: Profundizar en la historia de los santos es dejar de ser bergogliano.
Pero si alguno se obstina en apoyar a Bergoglio en su rebelión contra Dios, ha dejado de ser cristiano.
San Agustín enseña que: “Los que no quieren ser vencidos por la verdad, son vencidos por el error”.
San Agustín enseña que: “Los que no quieren ser vencidos por la verdad, son vencidos por el error”.
Estas palabras de San Agustín se aplican bien a todos aquellos herejes bergoglianos que promueven la inmoralidad sexual:
“¿Qué pensar de los que se adornan con un nombre y no lo son? ¿De qué sirve el nombre si no se corresponde con la realidad? Así, muchos se llaman cristianos, pero no son hallados tales en la realidad, porque no son lo que dicen en la vida, en las costumbres, en la esperanza, en la caridad.”
“El pan de la verdad es amargo al gusto de los pecadores”. San Agustín
“El pan de la verdad es amargo al gusto de los pecadores”.
San Agustín
Santa Mónica es la figura de la mujer cristiana que odian los grupos feministas izquierdistas.
“Si sois buenos sólo tendréis por enemigos a los malos.” San Agustín
“Si sois buenos sólo tendréis por enemigos a los malos.”
San Agustín
San Agustín escribió: “Las ardientes súplicas y cotidianas oraciones de mi buena madre […] evitaron mi perdición”
–“muy preocupada me amonestó en privado que no fornicase y, sobre todo, que no adulterase”
“No tengo palabras para expresar el amor tiernísimo que me tenía y cuánto mayor y más angustioso era el cuidado que tenía de procurar para mi alma el ser y la vida de la gracia que el que tuvo para darme a la luz del mundo”.
“Mi santa madre, tu sierva, nunca me abandonó. Ella me
dio a luz con la carne a esta vida temporal y con el corazón a la vida eterna. Lo que llegué
a ser y cómo, se lo debo a mi Madre!”.
dio a luz con la carne a esta vida temporal y con el corazón a la vida eterna. Lo que llegué
a ser y cómo, se lo debo a mi Madre!”.
Concluyamos meditando en el versículo que transformó el corazón de san Agustín. El cual nos enseña que: Debemos comportarnos dignamente. Vivir correctamente y no de manera desenfrenada. Debemos portarnos con decencia, como lo hace la gente santa a la luz del día. No debemos participar de las obras de la oscuridad, no debemos asistir a fiestas indecentes, ni emborracharnos, ni drogarnos. No debemos usar nuestro cuerpo para inmoralidades ni pecados sexuales. Debemos revestirnos de nuestro Señor Jesucristo, y no buscar cómo contentar los antojos de la sensualidad. Porque la Voluntad de Dios es que seamos santos, que no cometamos inmoralidades sexuales.
Romanos 13:13-14Andemos decentemente, como de día, no en orgías y borracheras, no en promiscuidad sexual (vicios) y lujurias, no en pleitos y envidias. Más bien, revístanse ustedes del Señor Jesucristo, y no se preocupen por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa.
Romanos 13:13-14
Andemos decentemente, como de día, no en orgías y borracheras, no en promiscuidad sexual (vicios) y lujurias, no en pleitos y envidias. Más bien, revístanse ustedes del Señor Jesucristo, y no se preocupen por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa.
Y respondemos: Amén.
Pidamos a Dios que su Santa Palabra sea el escudo que nos proteja contra los dardos de la herejía bergogliana.
Santa Mónica ruega por nosotros.
"¿Y a mí que más me puede amarrar a la tierra ? Ya he obtenido mi gran deseo, el verte cristiano católico. Todo lo que deseaba lo he conseguido de Dios".
‘Confesiones’ de San Agustín :
‘Confesiones’ de San Agustín :
“Es que tu mano, Dios mío, en el secreto de tu providencia, no abandonaba mi alma. Es que, día y noche, mi madre te ofrecía en sacrificio por mí la sangre de su corazón y las lágrimas de sus ojos” (Confesiones, V, 10-13).
‘Confesiones’ de San Agustín:
“... Tú has tendido tu mano desde lo alto y has sacado mi alma de estas densas tinieblas, ya que mi madre, siéndote fiel, lloraba sobre mí más que cuanto lloran las madres la muerte física de los hijos… sin embargo aquella viuda casta, devota, morigerada, de las que tú prefieres, hecha más animosa por la esperanza, pero no por ello menos fácil al llanto, no dejaba de llorar delante de ti, en todas las horas de oración”.
‘Confesiones’ de San Agustín:
En lo que a mí respecta, hijo mío, ya no deseo nada de esta vida. No veo que tenga que hacer más -dijo-, ni por qué he de vivir aquí; se desvaneció ya la esperanza de este mundo. Sólo una cosa me hacía desear la vida todavía algún tiempo aquí abajo. Deseaba antes de morir verte cristiano católico. Dios me la concedió con creces. Veo que menosprecias las alegrías terrenales para ser su siervo. ¿Qué hago yo aquí? (Confesiones, IX, 26).
‘Confesiones’ de San Agustín:
"Yo le cerré los ojos. Una inmensa tristeza inundó mi corazón presto a enmudecer en lágrimas, pero mis ojos, bajo el mandato imperioso de mi voluntad, las contenían hasta el punto de secarse... La muerte de mi madre no tenía nada de lastimoso y no era una muerte total: la pureza de su vida lo atestiguaba, y nosotros lo creíamos con una fe sincera y por razones seguras" (Confesiones. IV, 9-11).
ORACIÓN A SANTA MÓNICA PARA PEDIR POR LOS HIJOS
A ti recurro por ayuda e instrucciones, Santa Mónica, maravillosa ejemplo de firme oración por los niños. En tus amorosos brazos yo deposito mi hijo(a) (mencionar aquí los nombres), para que por medio de tu poderosa intercesión puedan alcanzar una genuina conversión a Cristo Nuestro Señor. A ti también apelo, madre de las madres, para que pidas a nuestro Señor me conceda el mismo espíritu de oración incesante que a ti te concedió. Todo esto te lo pido por medio del mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.
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