Que podemos hacer mientras vemos que los apostatas se han apoderado de los Templos hagamos de nuestros hogares verdaderas Iglesias domesticas vivamos en santidad para que la Santísima Trinidad haga morada en Nosotros.
Profecías de Ana Catalina Emmerich:
«Vi en el futuro la religión caída muy bajo y conservándose únicamente en algunos lugares, en algunos hogares y en algunas familias que Dios ha protegido también de los desastres de la guerra» (AA.III.557)
Ella anuncia la anarquía de la Iglesia. Anarquía significa sin soberano , sin dirigente, sin gobierno, en este caso acefalía del gobierno de la Iglesia.
No hay más que una Iglesia, la Iglesia católica romana. Y cuando no quedare sobre la tierra más que un católico, este constituiría la Iglesia una, universal, es decir católica, la Iglesia de Jesucristo, contra la cual las puertas del infierno no prevalecerán.
La mística Emmerich describe el orgullo en el que caen los sacerdotes que se separan de la verdadera Iglesia que se rebelan contra el magisterio de la Iglesia despreciando incluso las enseñanzas de los santos doctores de la Iglesia. Y dice que ellos se sitúan por encima de todo poder y rechazan las buenas obras mientras pretenden que ellos poseen la perfección.
Yo los veo siempre alejarse cada vez más de la Iglesia, y veo un mal porvenir para ellos. (AA.I.536)
¡Cristo para nosotros! ¡Cristo en nosotros!(AA.I.536)
Ellos habían rechazado todo juicio de la autoridad legítima de la Iglesia, que únicamente ella ha recibido su poder de Dios, que únicamente ella tiene misión para poder decidir sobre la verdad o falsedad de estos tipos de manifestaciones interiores; ellos se habían puesto por encima de las reglas de la fe y de los mandamientos divinos y habían por ello quitado toda barrera que hubiera podido preservar a estos infortunados de este mal cuya influencia desastrosa hacían crecer como una simiente de maldición por todo lugar por donde pasaban. (AA.I.537)
Estos «iluminados», los veo siempre en una cierta relación con la venida del Anticristo, ya que ellos también, por sus manejos, cooperan en el cumplimiento del misterio de iniquidad. (AA.I.536)
Jorge Mario Bergoglio no tienen ningún tipo de autoridad espiritual sobre ningún católico. Como podemos verificar en las profecías de Ana Catalina Emmerich:
Vi a continuación que cuando ellos introducían el obispo de la manera que se habían propuesto, él era intruso, introducido contra la voluntad del Papa y que no poseía legítimamente la autoridad espiritual. (AA.III.128)
Un hereje no es Papa ni tampoco es legítimo un ‘Papa’ que se pone en duda.
Wernz-Vidal – Derecho Canónico de 1943
“A través de herejía notoria y abiertamente difundida, el Romano Pontífice, en caso de caer en herejía, por ese mismo hecho (ipso facto) se considera privado de la potestad de jurisdicción, incluso antes de cualquier sentencia declaratoria por la Iglesia … Un Papa que cae en la herejía pública dejaría ipso facto de ser miembro de la Iglesia; por lo tanto, él también dejaría de ser cabeza de la Iglesia .”Y además : “Un Papa dudoso no es papa .”
Nuestra Señora del Buen Suceso también anunció la falta de un papa reinante durante estos tiempos:
“El clero secular dejará mucho que desear porque los sacerdotes se habrán descuidados en sus deberes sagrados. Al carecer de la brújula divina, van a desviarse del camino trazado por Dios para el ministerio sacerdotal, y se apegarán a los placeres y las riquezas, que ellos indebidamente se esforzaran por alcanzar.
La Iglesia sufrirá durante esta noche oscura! Al carecer de un Pastor y un Padre para guiarlos ... muchos sacerdotes perderán su espíritu, poniendo sus almas en gran peligro. Las pobres almas sacerdotales que quedarán para defender la Iglesia sufriría mucho.”
Jesús nos prometió que no nos desampararía y que vendría a hacer morada en nosotros si cumplimos sus mandamientos.
¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él. Juan 14:21
¡Amemos al Sagrado Corazón!
¿Y cómo se le ama? se le ama guardando su ley, procurando seguir sus inspiraciones, buscándole amigos que le quieran, ganándole almas que un día sean con El dichosas, evitándole injurias y menosprecios, desagraviandole por ellos. Si así nos amamos los seres humanos cuanta mas fidelidad y honor le debemos a Jesús que es Dios.
Acto de consagración y desagravio al Sagrado Corazón de Jesús
¡Oh Corazón de Jesús! Yo quiero consagrarme a ti con todo el fervor de mi espíritu. Sobre el ara del altar en que te inmolas por mi amor, deposito todo mi ser; mi cuerpo que respetaré como templo en que tú habitas; mi alma que cultivaré como jardín en que te recreas; mis sentidos, que guardaré como puertas de tentación; mis potencias, que abriré a las inspiraciones de tu gracia; mis pensamientos, que apartaré de las ilusiones del mundo; mis deseos, que pondré en la felicidad del Paraíso; mis virtudes que florecerán a la sombra de tu protección; mis pasiones, que se someterán al freno de tus mandamientos; y hasta mis pecados, que detestaré mientras haya odio en mi pecho, y que lloraré sin cesar mientras haya lágrimas en mis ojos. Mi corazón quiere desde hoy ser para siempre todo tuyo, así como tú, ¡oh Corazón divino! has querido ser siempre todo mío. Tuyo todo, tuyo siempre; no más culpas, no más tibieza. Yo te serviré por los que te ofenden; pensaré en ti por los que te olvidan; te amaré por los que te odian; y rogaré y gemiré, y me sacrificaré por los que te blasfeman sin conocerte. Tú, que penetras los corazones, y sabes la sinceridad de mi deseo, comunícame aquella gracia que hace al débil omnipotente, dame el triunfo del valor en las batallas de la tierra, y cíñeme la oliva de la paz en las mansiones de la gloria.
Amén.
¡Oh Corazón de Jesús! Yo quiero consagrarme a ti con todo el fervor de mi espíritu. Sobre el ara del altar en que te inmolas por mi amor, deposito todo mi ser; mi cuerpo que respetaré como templo en que tú habitas; mi alma que cultivaré como jardín en que te recreas; mis sentidos, que guardaré como puertas de tentación; mis potencias, que abriré a las inspiraciones de tu gracia; mis pensamientos, que apartaré de las ilusiones del mundo; mis deseos, que pondré en la felicidad del Paraíso; mis virtudes que florecerán a la sombra de tu protección; mis pasiones, que se someterán al freno de tus mandamientos; y hasta mis pecados, que detestaré mientras haya odio en mi pecho, y que lloraré sin cesar mientras haya lágrimas en mis ojos. Mi corazón quiere desde hoy ser para siempre todo tuyo, así como tú, ¡oh Corazón divino! has querido ser siempre todo mío. Tuyo todo, tuyo siempre; no más culpas, no más tibieza. Yo te serviré por los que te ofenden; pensaré en ti por los que te olvidan; te amaré por los que te odian; y rogaré y gemiré, y me sacrificaré por los que te blasfeman sin conocerte. Tú, que penetras los corazones, y sabes la sinceridad de mi deseo, comunícame aquella gracia que hace al débil omnipotente, dame el triunfo del valor en las batallas de la tierra, y cíñeme la oliva de la paz en las mansiones de la gloria.
Amén.
Acto de Consagración de la Familia al Sagrado Corazón
Señor Jesús,/ dígnate visitar este hogar/ en compañía de Tu Santísima Madre,/ y derrama sobre sus habitantes/ las gracias que Tu has prometido/ a las familias especialmente consagradas/ a Tu Divino Corazón. Fuiste Tu solo,/ Oh Salvador del mundo,/ quien al revelarlas Tu mismo/ a Santa Margarita María/ pediste por designio misericordiosísimo,/ el homenaje solemne de amor universal/a Tu Divino Corazón,/ que tanto ha amado a los hombres/ y que tan poco ha recibido en pago.
Esta familia busca prontamente/ contestar a Tu llamado,/ y, en reparación por la indiferencia/ y la apostasía/ de tantas almas,/ viene, Oh Divino Corazón,/ a proclamarte como su Soberano amoroso/ y a consagrarse a Ti, sin querer conseguir una recompensa, las alegrías, labores, y dolores,/ presentes y futuros de este hogar,/ que de ahora en adelante no pertenecen a nadie más que a Ti.
Por eso, bendice a quienes están aquí presentes. Bendice a quienes, por la voluntad del Altísimo,/ dejaron este mundo. Bendice también a aquellos que están ausentes, ¡Oh Jesús! En nombre de la Virgen María,/ Te suplicamos,/ Oh Corazón de Amor, pon esta casa en el reino de la caridad. Derrama sobre ella Tu espíritu de fe,/ de santidad,/ y de pureza. Se Tu el único Maestro de estas almas:/ aléjalas de la mundanalidad y líbralas de las vanidades. Abre para ellas, Señor,/ la adorable herida de Tu misericordioso Corazón;/ y como un Arca de Salvación, ¡guárdala dentro,/ para que sea Tuya en la Vida Eterna!
More entre nosotros el Corazón Triunfante de Jesús,/ ¡por siempre amado, bendito y glorificado! Amen.
Acto de desagravio al Sagrado Corazón de Jesús
Divino Salvador Jesús, dígnate mirar con ojos de misericordia a tus hijos, los socios de los Sagrados Corazones, que unidos por un mismo pensamiento de fe, esperanza y amor, vienen a deplorar ante tu sacratísimo Corazón sus infidelidades y las de sus hermanos culpables. Ojalá podamos con nuestras solemnes y unánimes promesas, conmover a ese Divino Corazón y obtener de El misericordia para nosotros, para el mundo infeliz y criminal, y para todos aquellos que no tienen la dicha de conocerte y amarte.
Sí, de hoy en adelante lo prometemos todos:
Por el olvido e ingratitud del hombre, Te consolaremos, Señor.
Por tu desamparo en el sagrado Tabernáculo,
Por los crímenes de los pecadores,
Por el odio de los impíos,
Por las blasfemias que se vomitan contra Ti,
Por las injurias hechas a tu divinidad,
Por las inmodestias e irreverencias cometidas en tu adorable presencia,
Por las traiciones de que eres víctima adorable,
Por la frialdad de la mayor parte de tus hijos,
Por el desprecio que se hace de tus amorosos convites,
Por la infidelidad de los que se dicen tus amigos,
Por el abuso de tus gracias,
Por nuestras propias infidelidades,
Por la incomprensible dureza de nuestros corazones,
Por nuestra tardanza en amarte,
Por nuestra tibieza en tu santo servicio,
Por la amarga tristeza que te causa la perdición de las almas,
Por tus largas esperas a la puerta de nuestros corazones,
Por los amargos desprecios con que eres insultado,
Por tus quejas de amor,
Por tus lágrimas de amor,
Por tu cautiverio de amor,
Por tu martirio de amor,
ORACIÓN
Oh Jesús, divino Salvador mío, de cuyo Corazón se ha desprendido esta dolorosa queja: ¡Busqué quien me consolara y no lo hallé! dignate aceptar el modesto tributo de nuestros consuelos, y asístenos tan eficazmente con el auxilio de tu divina gracia, que, huyendo cada vez más en lo venidero de todo lo que pudiera desagradarte, nos mostremos en toda circunstancia, tiempo y lugar, tus hijos más fieles y obsecuentes. Te lo pedimos por Ti mismo, que, siendo Dios, vives, reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Divino Salvador Jesús, dígnate mirar con ojos de misericordia a tus hijos, los socios de los Sagrados Corazones, que unidos por un mismo pensamiento de fe, esperanza y amor, vienen a deplorar ante tu sacratísimo Corazón sus infidelidades y las de sus hermanos culpables. Ojalá podamos con nuestras solemnes y unánimes promesas, conmover a ese Divino Corazón y obtener de El misericordia para nosotros, para el mundo infeliz y criminal, y para todos aquellos que no tienen la dicha de conocerte y amarte.
Sí, de hoy en adelante lo prometemos todos:
Por el olvido e ingratitud del hombre, Te consolaremos, Señor.
Por tu desamparo en el sagrado Tabernáculo,
Por los crímenes de los pecadores,
Por el odio de los impíos,
Por las blasfemias que se vomitan contra Ti,
Por las injurias hechas a tu divinidad,
Por las inmodestias e irreverencias cometidas en tu adorable presencia,
Por las traiciones de que eres víctima adorable,
Por la frialdad de la mayor parte de tus hijos,
Por el desprecio que se hace de tus amorosos convites,
Por la infidelidad de los que se dicen tus amigos,
Por el abuso de tus gracias,
Por nuestras propias infidelidades,
Por la incomprensible dureza de nuestros corazones,
Por nuestra tardanza en amarte,
Por nuestra tibieza en tu santo servicio,
Por la amarga tristeza que te causa la perdición de las almas,
Por tus largas esperas a la puerta de nuestros corazones,
Por los amargos desprecios con que eres insultado,
Por tus quejas de amor,
Por tus lágrimas de amor,
Por tu cautiverio de amor,
Por tu martirio de amor,
ORACIÓN
Oh Jesús, divino Salvador mío, de cuyo Corazón se ha desprendido esta dolorosa queja: ¡Busqué quien me consolara y no lo hallé! dignate aceptar el modesto tributo de nuestros consuelos, y asístenos tan eficazmente con el auxilio de tu divina gracia, que, huyendo cada vez más en lo venidero de todo lo que pudiera desagradarte, nos mostremos en toda circunstancia, tiempo y lugar, tus hijos más fieles y obsecuentes. Te lo pedimos por Ti mismo, que, siendo Dios, vives, reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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