San Bernardo de Claraval (Clairvaux)
Fiesta: 20 de agosto
(1090-1153)
Abad Cisterciense, Doctor de la Iglesia,
el último de los Padres de la Iglesia.
Fiesta: 20 de agosto
(1090-1153)
Abad Cisterciense, Doctor de la Iglesia,
el último de los Padres de la Iglesia.
San Bernardo, patrono de la defensa de la Iglesia y el Papado.
"A los herejes no se les vence con la fuerza, sino con la persuasión de la razón".
San Bernardo defendió a la Iglesia y el Papado en contra de la infiltración judía.
San Bernardo es un gran santo católico contra quien el apóstata Bergoglio se ensañaría, perseguiría, atacaría y acusaría de "fundamentalista". San Bernardo asistió a concilios, aconsejó a los Pontífices, disputó con los herejes, predicó en la segunda Cruzada.
Pidamos a San Bernardo que nos ayude a combatir la herejía judaizante que promueve el anti-papa Bergoglio.
“Hacer el mal, sea quien fuere el que lo mande, no tanto será obediencia, cuanto desobediencia -porque se falta a lo que debemos a Dios-”. (San Bernardo)
Recordemos que ante la elección del hereje Pierleoni en 1131, surgió San Bernardo de Claraval, un humilde monje cisterciense que se enfrentó a reyes, cardenales, poderosos y sabios para denunciar al usurpador que se sirvió de la simonía para la predica de su herejía .
Por el pecado de simonía y por judaizante, el usurpador Pierleoni fue declarado antipapa, electo en forma inválida, aunque ya detentaba la sede papal tras una elección aparentemente canónica.
Por esta razón San Bernardo es considerado patrono de la defensa de la Iglesia y del Papado.
Los judíos para salvarse necesitan a Cristo. Nadie va al Padre sino por el Hijo.
Skorka explica que durante su visita con Bergoglio en el Vaticano, que comenzó el 25 de septiembre de 2013, Bergoglio lo ayudó a practicar el judaísmo y observar las ceremonias de la ley mosaica y rechazó el proselitismo (esto es, tratar de convertir a Skorka al catolicismo).
Catena Aurea Remigio:
Se permitió, por disposición de Dios, que una vez publicada la ley de gracia, fuese destruido el templo y quedaran abolidas sus ceremonias; no fuera que alguno, siendo todavía pequeñuelo en la fe, cuando viera, que después que se había realizado todo aquello que Dios había establecido, y que los profetas habían santificado subsistía aun, retrocediese poco a poco de la verdadera fe, volviendo al judaísmo material.
Concilio de Florencia (XVII Ecuménico)
[La sacrosanta Iglesia Romana, fundada por la palabra del Señor y Salvador nuestro] firmemente cree, profesa y enseña que las legalidades del Antiguo Testamento, o sea, de la Ley de Moisés, que se dividen en ceremonias, objetos sagrados, sacrificios y sacramentos, como quiera que fueron instituidas en gracia de significar algo por venir, aunque en aquella edad eran convenientes para el culto divino, cesaron una vez venido nuestro Señor Jesucristo, quien por ellas fue significado, y empezaron los sacramentos del Nuevo Testamento. Y que mortalmente peca quienquiera ponga en las observancias legales su esperanza después de la pasión, y se someta a ellas, como necesarias a la salvación, como si la fe de Cristo no pudiera salvarnos sin ellas. No niega, sin embargo, que desde la pasión de Cristo hasta la promulgación del Evangelio, no pudiesen guardarse, a condición, sin embargo, de que no se creyesen en modo alguno necesarias para la salvación; pero después de promulgado el Evangelio, afirma que, sin pérdida de la salvación eterna, no pueden guardarse. Denuncia consiguientemente como ajenos a la fe de Cristo a todos los que, después de aquel tiempo, observan la circuncisión y el sábado y guardan las demás prescripciones legales y que en modo alguno pueden ser participes de la salvación eterna, a no ser que un día se arrepientan de esos errores. (Denzinger-Hünermann 1348. Concilio de Florencia, Decreto para los Jacobitas, 4 de febrero de 1442)
Concilio de Florencia (XVII Ecuménico)
Nadie, ni siquiera los judíos, puede salvarse fuera de la Iglesia
Firmemente cree, profesa y predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia Católica, no sólo paganos, sino también judíos o herejes y cismáticos, puede hacerse partícipe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está aparejado para el diablo y, sus ángeles (Mt 25, 41), a no ser que antes de su muerte se uniere con ella; (Denzinger-Hünermann, 1351. Concilio de Florencia. Bula Cantate Domino, de 4 de febrero de 1442)
San Juan Crisóstomo
Los judíos serán perdonados no por la circuncisión ni por otras normas, sino sólo por el Bautismo
‘Y esta será mi alianza con ellos, cuando los purifique de sus pecados’ No cuando sean circuncidados, ni cuando sacrifiquen, ni cuando cumplan las otras normas, sino cuando encuentren absolución de sus pecados. Si, pues, esto ha sido prometido, aunque todavía no ha acontecido con ellos, ni se han apartado mediante la absolución del Bautismo, tendrá lugar ciertamente. Así añade: ‘Porque los dones y el llamado de Dios son irrevocables’. (San Juan Crisóstomo, Homilía IX sobre la Carta a los Romanos, n.6. Francés. Latín-griego)
Aniquilador de herejías y predicador de la II Cruzada contra el Islam.
San Bernardo en contra de la invasión musulmana Segunda cruzada.
Bernardo de Claraval predicando en la Segunda Cruzada en Vézelay en 1146. |
El papa Eugenio III encomendó a San Bernardo predicar en la segunda Cruzada para libertar a los Santos Lugares del poder musulmán.
Concilio de Troyes
El Concilio de Troyes fue un concilio de la Iglesia Católica, que se convocó en la ciudad francesa de Troyes el 13 de enero de 1128, con el principal objeto de reconocer oficialmente a la Orden del Temple. Se encargó a San Bernardo, abad de Claraval, y a un clérigo llamado Jean Michel la redacción de una regla durante la sesión, que fue leída y aprobada por los miembros del concilio.
Segunda Cruzada guerra Santa en contra del Islam.
«La Cristiandad medieval se sentía cercada por el mundo musulmán y consideraba al Islam como la fuerza diabólica, política y militar, que amenazaba la fe. Frente a ella, sólo la fuerza militar podría garantizar la paz y restituir la tierra de Cristo a los cristianos.» (La Cristiandad medieval ante el Islam)
El que, por obediencia, se somete al mal, está adherido a la rebelión contra Dios y no a la sumisión.
(San Bernardo).
San Bernardo Aniquilador de herejías y predicador de la II Cruzada
«Bernardo fue el protector de la Fe contra las herejías de Pedro Abelardo y Arnaldo de Brescia, que querían renovar los antiguos errores de Arrio, Nestorio y Pelagio. Combatió también los errores de Gilberto de la Porée, Obispo de Poitiers.
Pero la principal herejía que el santo combatió fue la de un monje apóstata llamado Enrique, que en el Languedoc llevaba a cabo una guerra cruel contra la Iglesia, atacando los Sacramentos y los sacerdotes fieles.
El santo abad fue también llamado a predicar la II Cruzada, lo que hizo con la fuerza de su elocuencia y el poder de los milagros. Cuenta su secretario que en Alemania curó, en un solo día, nueve ciegos, diez sordos o mudos, diez paralíticos. En Mayence, la multitud que lo rodeó fue tan grande, que el Rey Conrado debió tomarlo en sus brazos para sacarlo de la iglesia.»
San Bernardo ruega por nosotros.
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