“Vendré a pedir la comunión reparadora de los primeros sábados”.
El apostata activista gay James Martin disidente Jesuita promociona un ‘rosario LGTB’ blasfemo con que se financian causas abortistas
San Pío X: “Por eso, cada uno debe estar persuadido de que, si la piedad que declara hacia la Santísima Virgen no le aparta del pecado o no le estimula a la decisión de enmendar las malas costumbres, su piedad es artificial y falsa, por cuanto carece de su fruto propio y genuino”.
- a) Por aquellas almas religiosas que traicionan su vocación
- b) Para reparar el pecado mortal de estas almas
- c) Para reparar la traición de los Sacerdotes que se hacen indignos de su Sagrado Ministerio.
Primer Sábado del mes en reparación por las blasfemias proferidas por Bergoglio y su secta apostata contra la Virgen María
El Padre Gonçalves, confesor de la Hermana Lucía, preguntó, "¿Por qué cinco sábados y no nueve, o siete, en honor de los siete dolores de Nuestra Señora?" Sor Lucía responde que le fue revelado lo siguiente:
"Hija mía, el motivo es sencillo. Cinco son las clases de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María:
1. Las blasfemias contra la Inmaculada Concepción.
2. Las blasfemias contra Su Virginidad Perpetua;
Bergoglio ataca el Dogma de la Virginidad Perpetua de María
3. Las blasfemias contra la Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo reconocerla como la Madre de los hombres; 4. Las blasfemias de aquellos que públicamente buscan sembrar en el corazón de los niños la indiferencia, el desprecio y hasta el odio para con esta Inmaculada Madre; y 5. Las ultrajes dirigidos a Ella en Sus sagradas imágenes.
He aquí lo que el Padre Alonso fue el gran experto sobre Fátima; dijo sobre las blasfemias de los herejes, cismáticos y hombres impíos, "cegados por un ecumenismo engañador, hemos tenido la tendencia de olvidar que existe una verdad evidente, recordada aquí por el Mensaje de Fátima: Aquellos que obstinadamente y con pleno conocimiento abiertamente niegan las prerrogativas de la Santísima Virgen María, comenten las blasfemias más odiosas en cuanto a Ella".
Primera blasfemia: contra la Inmaculada Concepción. El padre Alonso pregunta, ¿quienes son aquellos que pueden cometer esta ofensa contra el Inmaculado Corazón de María? La respuesta no deja duda: "En primer lugar, y en general, las sectas protestantes que rehúsan recibir el dogma definido por Pío IX, y que han continuado sosteniendo que la Santísima Virgen fue concebida con la mancha del pecado original y aun de pecados personales. Lo mismo podría decirse de los cristianos orientales [disidentes], puesto que a pesar de su gran devoción mariana, ellos también rehúsan este dogma."
La segunda blasfemia: Aunque la Ortodoxia la admite, la mayoría de los protestantes también rechazan la virginidad perfecta y perpetúa de María antes, durante y después de dar la luz, que es, también, un dogma definido de la Iglesia.
La tercera blasfemia: es contra el dogma de la Santísima Virgen que fue definida por el Concilio de Efeso. Aunque algunos protestantes puedan teóricamente aceptar la Maternidad Divina de María que fue definida en el Concilio de Efeso, en realidad ellos caen fácilmente en negar este dogma lo mismo que en rechazar reconocerla como Madre de los hombres en el sentido católico, lo cual implica Su co-redención y Su oficio como Mediadora de todas las gracias.
La cuarta blasfemia se refiere a la perversión de los niños por los enemigos de Nuestra Señora que procuran inculcar indiferencia, desprecio o aun odio por la Virgen Inmaculada. Y por supuesto, que es tal vez hecho más por gente como los satanistas, o masones o comunistas que odian todas las religiones, especialmente la única verdadera religión de Jesucristo, la Iglesia Católica.
La quinta blasfemia está en relación con aquellos que La ultrajan en Sus santas imágenes. Tenemos hoy una suerte de repetición de la iconoclasia que ocurrió durante el Siglo Octavo que fue condenada por la Iglesia. Hay mártires en la Iglesia Católica a quienes dieron muerte por defender las santas imágenes y las estatuas.
Nuestra Señora de Fatima: "Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de espinas que los hombres ingratos, a cada momento, me clavan con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, haz algo por consolarme y di que a todos aquellos que durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la sagrada comunión, recen el rosario y me acompañen quince minutos meditando sus misterios con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirlos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación".
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