R. Señor, danos sacerdotes santos.
V. Para que nos acompañen a la hora de nuestra muerte, y ofrezcan la Santa Misa por nosotros



♰♰♰

miércoles, 7 de julio de 2021

Novena en Honor a la Virgen del Carmen

                                      

 
1.) Lo primero que hay que remarcar es que esta Novena puede realizarse en cualquier época del año, ya sea en nueve días consecutivos o en nueve sábados consecutivos (este día elegido como consagrado a la Madre de Dios); pero el tiempo apropiado para realizarlo es en el mes de julio, comenzando el ocho de julio y terminándolo el día dieciséis de ese mes, que es la Fiesta de la Santísima Virgen del Monte Carmelo; o comenzando el día quince, es decir, la víspera de la Fiesta, y concluyéndola el día veintitrés, que es el último día de la octava.

 2.) La segunda es que esta Novena puede ser dicha en la propia casa de la persona ante una imagen o cuadro de Nuestra Señora del Monte Carmelo; pero el mejor lugar para decirlo es la iglesia, ante un altar de la Santísima Virgen, si lo hay, o si no, se puede usar un cuadro o medalla. Y la Novena debe decirse de rodillas, si la enfermedad o cualquier otra causa justa no la previene.

 3.) La tercera es, que la persona que hace la Novena debe confesarse y comulgar el primer día de la Novena si es posible, o al menos algún día durante el transcurso de la misma; y que, para estar mejor preparados para recitar esta Novena, deben realizar con mucha devoción los actos de fe, esperanza, caridad y contrición, tal como figuran en la primera oración, con el fin de purificar el alma para alabar a Dios y a la Santísima Virgen: que si un alma llena de fallas e imperfecciones ofreciera a Dios ya la Virgen oraciones y alabanzas, sería como presentar deliciosas viandas en una vasija inmunda, para que no se las comiera; y también sería bueno confesarse y comunicarse el último día de la Novena.

 4.) El cuarto es, que el primer día de la Novena, la persona que la realiza debe determinar con qué fin o intención desea realizarla, es decir, qué desea obtener de Dios por la intercesión de Su Santa Madre; y ha de pedirlo con gran humildad y entera resignación a la voluntad de Dios, deseándolo sólo si es para mayor gloria de Su Divina Majestad y bien de su propia alma; y también debe estar dispuesto, si no obtiene lo que pide, a estar tan satisfecho como si Dios le hubiera concedido su deseo, prefiriendo la voluntad y el placer divinos a los suyos.

 5.) La quinta observación es, que cualquier persona que no pueda leer o escuchar leer la Novena, puede hacerlo diciendo todos los días cinco Salve Reginas y cinco Ave Marías, diciendo primero un acto de contrición y observando en la medida de lo posible las instrucciones. aquí dadas.

 6.) El sexto y último es, que la persona que hace la Novena debe ofrecer a Dios y a la Santísima Virgen algún acto de virtud todos los días durante la Novena: como dar limosna, escuchar Misa, un breve tiempo de oración mental, frecuentes actos de fe, esperanza, caridad y contrición, como también de conformidad con la santa voluntad de Dios. Y debe tener una gran confianza, por intercesión de la Santísima Virgen, en que obtendrá de la Majestad de Dios lo que pide en esta Novena, si es por el bien de su alma.


Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. Propongo firmemente nunca más volver a pecar y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Os ofrezco mi vida, obra y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Y así como os lo suplico, así confío en que por vuestra infinita bondad me has de conceder el perdón de mis culpas, y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
 
Oración preparatoria para todos los días

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces.

Oración final para todos los días

¡Oh, Virgen del Carmen! Madre amorosa de todos los fieles, pero especialmente de los que visten vuestro sagrado Escapulario, en cuyo número tengo la alegría de estar incluido, interceded por mí junto a vuestro Divino Hijo. Obtenedme que, después de una vida verdaderamente cristiana, expire revestido del santo Escapulario y, librándome del fuego del infierno, conforme prometisteis, merezca salir cuanto antes, por vuestra intercesión poderosa, de las llamas del purgatorio.
¡Oh, Virgen misericordiosa! Vos dijisteis que el Escapulario es nuestra defensa en los peligros, es señal de vuestro amor y de alianza para siempre entre Vos y vuestros hijos. Haced, pues, que el Escapulario me una perpetuamente a vos y libre para siempre mi alma del pecado. En prueba de mi reconocimiento y fidelidad, me ofrezco todo a vos consagrándoos en este día mis ojos, mis oídos, mi boca, mi corazón y todo mi ser.
Y porque os pertenezco enteramente, guardadme y defendedme como hijo y siervo vuestro. Amén.
Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros.


 
 
Día primero
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que fuiste figurada en aquella nubecilla que el gran Profeta de Dios, Elías, vio levantarse del Mar, y con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, significando la purísima fecundidad con que diste al mundo a tu querido Hijo Jesús, para remedio universal de nuestras almas: te ruego, Señora, me alcances de su majestad copiosas lluvias de auxilios, para que mi alma lleve abundantes frutos de virtudes y buenas obras, a fin de que sirviéndole con perfección en esta vida, merezca gozarle en la eterna. Amén.

Pedir la gracia se desea conseguir. Rezar 3 Avemarías.
 
Día segundo
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que por tu singular amor a los Carmelitas los favoreciste con tu familiar trato y dulces coloquios, alumbrándolos con las luces de tu enseñanza y ejemplo de que dichosamente gozaron. Te ruego, Señora, me asistas con especial protección, alcanzándome de tu bendito Hijo Jesús luz para conocer su infinita bondad y amarle con toda mi alma; para conocer mis culpas y llorarlas para saber como debo comportarme a fin de servirle con toda perfección; y para que mi trato y conversación sean siempre para su mayor honra y gloria y edificación de mis prójimos. Amén.

Pedir la gracia se desea conseguir. Se Rezar 3 Avemarías.
 
Día tercero
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos los mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo en el Monte Carmelo, donde concurrían fervorosos a darte culto y alabanza. Te ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios, adornado de todas las virtudes, donde El habite siempre amado, adorado y alabado por mi, sin que jamás le ocupen los afectos desordenados de lo temporal y terreno. Amén.

Pedir la gracia se desea conseguir. Rezar 3 Avemarías.
 
Día cuarto
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para mostrar tu especialísimo amor a los Carmelitas les honraste con el dulce nombre de hijos y hermanos tuyos, alentando con tan singular favor su confianza, para buscar en ti, como en amorosa Madre, el remedio, el consuelo y el amparo en todas sus necesidades y aflicciones, moviéndoles a la imitación de tus excelsas virtudes. Te ruego, Señora, me mires, como amorosa Madre y me alcances la gracia de imitarte, de modo que dignamente pueda yo ser llamado también hijo tuyo, y que mi nombre sea inscrito en el libro de la predestinación de los hijos de Dios y hermanos de mi Señor Jesucristo. Amén.
Pedir la gracia se desea conseguir. Rezar 3 Avemarías.
 
Día quinto
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los Carmelitas, tus hijos, cuando se intentaba extinguir la sagrada Religión del Carmen, mostrando siempre el amor y singular predilección con que los amparas, mandaste al Sumo Pontífice, Honorio III, los recibiese benignamente y confirmase su instituto, dándole por señal de que esta era tu voluntad y la de tu divino Hijo, la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían. Te ruego, Señora, me defiendas de todos mis enemigos de alma y cuerpo, para que con quietud y paz viva siempre en el santo servicio de Dios y tuyo. Amén.

Pedir la gracia se desea conseguir. Rezar 3 Avemarías.
 
Día sexto
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular prenda del santo Escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus obligaciones, procuran vivir de manera que imitando tus virtudes, muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano y cofrade amante del santo escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción. Amén.

Pedir la gracia se desea conseguir. Rezar 3 Avemarías.
 
Día séptimo
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo Escapulario diste a los que devotamente lo visten, un firmísimo escudo para defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros. Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal, para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para conseguirlo. Amén.

Pedir la gracia se desea conseguir. Rezar 3 Avemarías.
 
Día tercero
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos los mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo en el Monte Carmelo, donde concurrían fervorosos a darte culto y alabanza. Te ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios, adornado de todas las virtudes, donde El habite siempre amado, adorado y alabado por mi, sin que jamás le ocupen los afectos desordenados de lo temporal y terreno. Amén.

Pedir la gracia se desea conseguir. Rezar 3 Avemarías.
 
Día cuarto
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para mostrar tu especialísimo amor a los Carmelitas les honraste con el dulce nombre de hijos y hermanos tuyos, alentando con tan singular favor su confianza, para buscar en ti, como en amorosa Madre, el remedio, el consuelo y el amparo en todas sus necesidades y aflicciones, moviéndoles a la imitación de tus excelsas virtudes. Te ruego, Señora, me mires, como amorosa Madre y me alcances la gracia de imitarte, de modo que dignamente pueda yo ser llamado también hijo tuyo, y que mi nombre sea inscrito en el libro de la predestinación de los hijos de Dios y hermanos de mi Señor Jesucristo. Amén.
Pedir la gracia se desea conseguir. Rezar 3 Avemarías.
 
Día quinto
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los Carmelitas, tus hijos, cuando se intentaba extinguir la sagrada Religión del Carmen, mostrando siempre el amor y singular predilección con que los amparas, mandaste al Sumo Pontífice, Honorio III, los recibiese benignamente y confirmase su instituto, dándole por señal de que esta era tu voluntad y la de tu divino Hijo, la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían. Te ruego, Señora, me defiendas de todos mis enemigos de alma y cuerpo, para que con quietud y paz viva siempre en el santo servicio de Dios y tuyo. Amén.

Pedir la gracia se desea conseguir. Rezar 3 Avemarías.
 
Día sexto
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular prenda del santo Escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus obligaciones, procuran vivir de manera que imitando tus virtudes, muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano y cofrade amante del santo escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción. Amén.

Pedir la gracia se desea conseguir. Rezar 3 Avemarías.
 
Día séptimo
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo Escapulario diste a los que devotamente lo visten, un firmísimo escudo para defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros. Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal, para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para conseguirlo. Amén.

Pedir la gracia se desea conseguir. Rezar 3 Avemarías.


Día Octavo:
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que ejerces tu especial protección en la hora de la muerte para con los que devotamente visten tu santo Escapulario, a fin de que logren por medio de la verdadera penitencia salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de las penas del infierno. Te ruego, Señora, me asistas, ampares y consueles en la hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia, perfecta contrición de todos mis pecados, encendido amor de Dios y ardiente deseo de verle y gozarle, para que mi alma no se pierda ni condene, sino que vaya segura a la felicidad eterna de la gloria. Amén.

Pedir la gracia se desea conseguir. Rezar 3 Avemarías.


Día noveno:
¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que extendiendo tu amor hacia los Carmelitas, aún después de la muerte, como piadosísima Madre de los que visten tu santo Escapulario consuelas sus almas, cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgan cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios, nuestro Señor, en la gloria. Te ruego, Señora, me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones de cristiano y la devoción del santo Escapulario, de modo que logre este especialísimo favor. Amén.

Pedir la gracia se desea conseguir. Rezar 3 Avemarías.
 

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